Málaga va a contar con la colaboración de la Junta de Andalucía en su ambiciosa apuesta por transformar la movilidad en el eje litoral, operación que, en el mejor de los casos, supondrá una inversión de unos 400 millones de euros.
A la espera de los días en que ello obligue a asignar dinero para una hipotética obra, el Gobierno regional sí se compromete a licitar en 2023 la redacción del proyecto de construcción de unas piezas clave de esta intervención: el intercambiador soterrado de la Explanada de la Estación.
Así queda recogido en los documentos que forman parte del Proyecto de Presupuesto de la Junta de Andalucía para 2023. La referencia si bien es escueta y sin concreción alguna respecto al gasto económico, supone un respaldo significativo en la propuesta municipal.
Sobre ello, fuentes consultadas han indicado que la asignación está incluida en una partida de 15 millones de euros reservada para obras de intercambiadores en la región. Y aunque queda recorrido por delante, es de suponer que la apuesta del Gobierno andaluz para ejercicios posteriores se mantendrá con la ejecución material.
Para el año que viene, la Consejería de Fomento prevé culminar la construcción de los intercambiadores de Mojácar, El Puerto de Santa María, Huéscar, El Rocío-Almonte, Beas de Segura, Lebrija, y las obras de mejora y reforma de la Estación de Autobuses de Huelva y Plaza de Armas en Sevilla, así como avanzar las de Loja y San Pedro de Alcántara.
A la espera de que se dé forma a este documento, el Consistorio sí contrató la redacción de un anteproyecto mediante el que se ha perfilado cómo será el futuro equipamiento. Una labor que partía de un estudio previo en el que se dibujaba un intercambiador de planta trapezoidal, de 129 metros por 85 metros.
Y en el que se destacaba la necesidad de disponer al menos de 39 dársenas para autobuses, así como 12 plazas para aparcamiento de regulación, distribuidas en dos niveles (-2 y -3), mientras que el nivel -1 es peatonal, acogieron las taquillas y los servicios para el viajero.
El acceso de los autobuses a este edificio se realizará mediante dos túneles, ambos de entrada y salida. El túnel Norte, situado bajo la Avenida de las Américas, tiene una longitud total de 373 metros, accediendo directamente al nivel -2. Su traza final (109 metros) discurre sobre el trazado del Metro de tal forma que su forjado de solera constituye el dintel superior del Metro.
El acceso Sur discurre por la Avenida Ingeniero José María Garnica, con una longitud de 304 metros. En este caso, el túnel conecta en la planta -3 debido a la necesidad de pasar bajo el ferrocarril de Cercanías. El nivel -2 del intercambiador se destina íntegramente a zona de embarque y descenso de viajeros, para lo que se dispone de 22 dársenas.
La hoja de ruta trazada años atrás por el alcalde, Francisco de la Torre, se ha venido cumpliendo hasta la fecha, con una inversión elevada en la elaboración de estudios previos y anteproyectos sobre los diferentes elementos que componen esta iniciativa.
Porque al intercambiador dibujado junto a Renfe hay que añadir otra estación bajo tierra en la Plaza de la Marina, cuyo coste se estima en unos 76 millones de euros; un túnel de 2,3 kilómetros para llevar bajo tierra el tráfico que ahora circula por la Avenida Manuel Agustín Heredia y el Paseo de los Curas (así como parte del Paseo Pablo Ruiz Picasso) y una importante actuación de generación con la peatonalización de unos 70.000 metros cuadrados.