17 diciembre de 2010. Esa es la fecha en la que arranca la historia de un proyecto por hacer, de un deseo incumplido y de un compromiso pendiente. Hace 12 años se escribieron las primeras líneas del relato del solar de los antiguos cines Astoria y Victoria, comprados a precio de oro por el Ayuntamiento de Málaga con el firme propósito de destinar su terreno a un equipamiento cultural de primer nivel.
Contados casi 4.380 días en el calendario, la parcela sobre la que se levantaron los que fueron referencias cinematográficas de la Costa del Sol, es un erial sobre el que, parcialmente, crecen las malas hierbas, y bajo el que permanecen ausentes restos arqueológicos que no hace tanto vieron la luz.
La compraventa quedó formalizada un día como el de hoy pero de 2010, cuando Francisco de la Torre estampó su firma, ante notario, en el documento que convertía al Consistorio en nuevo propietario de los viejos inmuebles. La otra rúbrica que aparecía era la de José Ignacio Basáñez, representante de la promotora Baensa, como parte vendedora. Una posición a la que se vio abocada tras quedar enterrado su proyecto por edificar viviendas de lujo en el sector.
La operación obligó a las arcas municipales a un desembolso mayúsculo. Casi 21 millones de euros. Parte en dinero, el resto en once parcelas de suelo en Arroyo del Cuarto, Parque del Norte, Morillas y Hacienda Paredes.
"El Ayuntamiento tenía la voluntad expresa de que esa parcela acogiera un equipamiento cultural; es la confirmación del compromiso firme de la ciudad con la cultura", dijo De la Torre en aquel acto. Doce años después, tras una larga espera, no hay viejos cines, demolidos hace ahora algo más de tres años, pero tampoco equipamiento alguno con el que cerrar el lateral este de la Plaza de la Merced.
La apuesta del mandatario local era la de levantar sobre la pastilla el que fue bautizado Museo de Museos. Su anhelo se vio truncado por la crisis económica y la incapacidad de las arcas municipales a afrontar un proyecto millonario.
La idea de Banderas
Tampoco tuvo éxito la decisión de acudir al sector privado para que a cambio de permitirle la explotación comercial de ciertos espacios hosteleros, asumiesen la ejecución del inmueble. Una parte del camino en la que fue protagonista el actor y empresario Antonio Banderas, quien, de la mano del arquitecto José Seguí, pensó que La Merced era el lugar ideal para edificar su teatro. Tras ganar incluso un concurso internacional, el ruido generado en torno al procedimiento y la envergadura económica de la iniciativa, disuadieron a Banderas de seguir adelante.
Cerrada esta vía, se abrió otra alternativa de la mano de una firma privada que proyectaba un gran zoco cultural, en el que los espacios reservados para la Casa Natal Picasso y un doble sótano destinado a auditorio, compartían edificio con usos hosteleros.
Cuando la iniciativa parecía contar con todos los parabienes, las excavaciones arqueológicas y la exigencia de la Consejería de Cultura de que los restos hallados fueran conservados in situ dio al traste con la propuesta.
Tras los dos varapalos, De la Torre decidió a principios de año avanzar en el camino municipal, de manera que sea el Consistorio el que asuma el desarrollo de un inmueble que sirva para completar la actual oferta del Teatro Cervantes. Y ello con la danza como epicentro.
Pese a la convicción mostrada en su anuncio, realizado en el marco del Debate del Estado de la Ciudad, el Ayuntamiento no ha activado aún los mecanismos para impulsar su desarrollo. Desde la Gerencia de Urbanismo se asegura que el pliego de condiciones que va a regir la contratación del anteproyecto está completado y pendiente de su publicación.
Un documento inicial que permita sentar las bases de la futura edificación, al tiempo que buscar fórmulas técnicas para, si es posible, integrar los restos arqueológicos como elemento enriquecedor de la propuesta.
La hoja de ruta trazada, en cualquier caso, obliga a fijar la mirada bien avanzado el próximo mandato municipal para esperar a ver movimientos sobre el terreno de los antiguos cines. Otra vez, como viene ocurriendo desde aquel 17 de diciembre de 2010, el Astoria volverá a ser uno de los proyectos estrella.