Tratando de encontrar el lado bueno de las cosas y ver el vaso medio lleno, puede concluirse que el impacto de la pandemia de la Covid ha obligado a flexibilizar, por ejemplo, los modelos tradicionales de trabajo o el diseño de los edificios que habitamos. Aspectos a los que hay que agregar uno más en Málaga: un descenso apreciable en las emisiones contaminantes.
Buena parte de los informes que se vienen elaborando en los últimos años constatan esta realidad. Y ahora son, nuevamente, confirmados por la publicación realizada por el Observatorio de Medio Ambiente Urbano, organismo dependiente del Ayuntamiento de Málaga.
De acuerdo con este trabajo, durante el peor año de la crisis sanitaria del coronavirus, 2020, las emisiones de CO2 a la atmósfera en la capital de la Costa del Sol se redujeron de manera drástica un 36,6%, con un total de 1.955.389 toneladas. La diferencia respecto a 2019, cuando ya se apreció un descenso del 18%, fue de unas 680.000 toneladas.
Aunque relevante, era esperable este comportamiento. El propio documento relaciona esta disminución de las emisiones contaminantes con la situación de paralización casi completa que se dio durante los meses de la pandemia, cuya propagación obligó al Gobierno central a establecer duras restricciones a la movilidad. Y ello, a su vez, conllevó una ralentización en la actividad económica y social. Muestra de ello es que esa anualidad el Producto Interior Bruto (PIB) de Málaga cayó un 11%.
Por este motivo, los redactores toman con cierta prudencia la posibilidad de que lo que empezó en 2019 y ha continuado en 2020 tenga traslación en los ejercicios siguientes en los que, incluso con la Covid presente, han permitido una recuperación paulatina y ya total de la actividad. "En los próximos años veremos si además de la crisis sanitaria, la nueva cultura de ahorro y eficiencia energética colabora en la disminución de emisiones", destacan los autores
Los datos manejados permiten observar cómo la caída de la curva iniciada en 2002 es significativa en 2019 y 2020, "llegando en este último año prácticamente a los objetivos previstos para 2020 en el Plan del Clima, 1,9 millones de toneladas".
La Cementera de la Araña
Por sectores, la disminución es general, "con la excepción de la gestión de residuos y la Cementera de la Araña, que aumentan ligeramente". Pese a ello, es de reseñar que la fábrica emitió en 2020, como ya lo hiciera en 2019, "150.000 toneladas menos de las 800.000 tn que anualmente solía emitir". Pese a esta mejora, ese año fue el mayor contaminante en la capital, con unas 650.000 toneladas.
Y no es el único centro de producción que mejora sus valores. La Central de Ciclo Combinado de Campanillas emitió en 2020 un total de 170.000 toneladas de CO2, "un 243,3% menos que las 700.000 que emitía habitualmente, aunque también en 2019 emitió aproximadamente 100.000 menos".
"Estas dos grandes plantas emitían habitualmente casi la mitad (48%) del total de emisiones de Málaga, y en 2020 emitieron 832.000 toneladas, el 42% del total de la ciudad", se destaca en el documento, en el que se indica que las emisiones de ambas instalaciones se obtienen de las emisiones verificadas presentadas en los informes de aplicación de la Ley 1/2005 en el MITECO (EU ETS).
La otra gran fuente de emisiones en la capital de la Costa del Sol, el tráfico privado y comercial, pasó ese año de 830.091 toneladas de CO2 a 632.835, un 38,4% menos. El trabajo refleja, asimismo, una bajada del 22,9% de emisiones en los edificios residenciales (156.830 toneladas), del 36,4% en los edificios municipales (13.936 toneladas), del 52,2% en los edificios terciarios (86.725 toneladas).
Hay que recordar que el OMAU realizó en los primeros meses de 2020 una primera aproximación al modo en que la paralización de la actividad se dejaba sentir sobre las emisiones contaminantes. Aquel informe concluyó que podrían haberse reducido unas 147.500 toneladas respecto a las 3.046.000 toneladas anuales.
"Solo en un mes, en una situación límite con unos costes sociales y económicos enormes, con una actividad económica y ciudadana muy reducida, apenas se ha disminuido algo menos del 5% las emisiones de CO2 con carácter anual, cuando la reducción prevista para cumplir los compromisos adquiridos es del 7% anual para llegar a la neutralidad carbónica en 2050", expresaban los redactores.
En su apuesta por convertirse en una urbe más sostenible, Málaga se ha dotado de varias estrategias, en la que destaca el Alicia: Plan del Clima. En el mismo se subraya la necesidad de que en 2050 la ciudad produzca un máximo de 250.000 toneladas de CO2, muy lejos de las algo más de 1,9 millones de 2020. Ello implica una reducción de un 7% anual durante las próximas tres décadas.