El sueño de Málaga de contar en las próximas décadas de un anillo verde de 7.600 hectáreas que rodee todo el municipio sigue dando pasos. El último de ellos es la adjudicación a la empresa Deurza Consulting de la asistencia técnica para redactar el plan especial de esta gran infraestructura ecológica.
De acuerdo con los datos oficiales de la propuesta, la actuación va a tener un coste económico de 259.717,53 euros (incluido el IVA), siendo el plazo para la materialización del planeamiento de 20 meses. Es decir, que a la espera de la formalización del contrato, el citado plan especial del anillo no estará sobre la mesa antes de finales de 2024.
Este movimiento tiene una carga simbólica evidente, por cuanto confirma el compromiso municipal, al menos sobre el papel, de ir más allá de los estudios realizados hasta la fecha por el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU). Informes que han permitido fijar las líneas de partida que ahora se pretende desarrollar.
Tal y como reconocía el Consistorio en las bases de la licitación ahora adjudicada, el adjudicatario tiene que aportar, como mínimo, una memoria informativa con antecedentes sobre el medio natural de Málaga, la evolución en la planificación del suelo no urbanizable; las características ambientales del municipio; elementos patrimoniales, recreativos y de ocio, la oportunidad del plan, una propuesta general de ordenación, programa de actuaciones y un estudio económico.
La labor se divide en varias fases. La primera de ellas, de ocho meses, incluye el documento inicial del Plan Especial necesario para iniciar su tramitación administrativa. A partir de ahí, las fases segunda, tercera y cuarta se corresponden con los trabajos precisos para la aprobación inicial, provisional y definitiva del plan.
El desarrollo de este documento es esencial en la apuesta del Consistorio por impulsar un gran anillo verde de más de 7.600 hectáreas de suelo no urbanizable que rodee de este a oeste la ciudad. El mismo estará compuesto por tres piezas: la este, con 2.024 hectáreas de superficie; la localizada al norte de la hiperronda, con 2.940 hectáreas, y la situada en la zona suroeste, integrada principalmente de suelos agrícolas, con otras 2.655 hectáreas.
De toda la superficie, la más numerosa corresponde a matorral disperso, con 1.010,57 hectáreas en la zona este, y 2.129,65 en la norte. En el caso del suroeste, destaca, además del matorral disperso, con 834,22 hectáreas, la zona de cultivos de cítricos, con 747,91. Para tomar buena dimensión del cinturón pretendido, sirva para recordar que los más de 76 kilómetros cuadrados de superficie equivalen al 19,26% de todo el municipio malagueño.
La operación se dibuja a largo plazo, dado que se fija como horizonte temporal para el desarrollo pleno de la misma el año 2050. Sin embargo, a la enorme superficie del cinturón, integrada por un total de 2.616 suelos rústicos, hay que sumar el montante económico necesario para ir adelante con la misma.
De acuerdo con los estudios del OMAU, la inversión precisa se estima en 56.544.662 euros. De esta suma, es la parte norte a la hiperronda la que más necesita, con 24 millones; le sigue la parte suroeste, con 16,3 millones, y la este, con otros 16.148.927 euros.
Los ecosistemas que comprenden el anillo verde absorbieron 1.426.289 toneladas de CO2 en el año 2021. Y la previsión es que mediante las actuaciones previstas en los anteproyectos, en función de las especies a plantar y de la superficie de cada una, el secuestro de carbono se incremente a 1.835.957 toneladas a 30 años vista.
La previsión es que en las casi tres décadas de desarrollo del plan sean plantados más de 10,6 millones de ejemplares de árboles y arbustos. De todos ellos, más de 4,6 millones al norte de la hiperronda; 3.013.268 en la zona suroeste, y otros 3 millones en la parte este.