Casi 15 años después de que se pusiera sobre la mesa el gran proyecto residencial de La Térmica, la operación urbanística tiene el camino expedito para hacerse realidad. Y ello después de que la Dirección General de Costas haya dado por bueno el "esfuerzo" realizado por los promotores de rebajar a un máximo de 11 las plantas la altura de futuras edificaciones y haya decidido levantar el reparo que hasta fecha había expresado al proyecto.
Así lo han confirmado fuentes conocedoras de la iniciativa, que apuntan que es previsible la remisión inmediata al Ayuntamiento de Málaga, como competente en la tramitación urbanística, del informe positivo por parte del organismo estatal.
El fallo venía siendo largamente esperado por la Gerencia de Urbanismo y por los socios privados que impulsan la actuación, Nueva Marina Real Estate, con el fondo Ginkgo como principal.
De hecho, la negativa de Costas venía retrasando desde hacía meses el avance en el trámite para la aprobación definitiva del Plan Especial de Reforma Interior (Peri) del sector. Si bien siempre se ha tratado de un informe no vinculante, aunque preceptivo, ni los privados ni el Consistorio parecían estar en disposición de ir adelante con el proceso sin el visto bueno de Costas. ¿Por qué? Por la posibilidad de que el ente pudiese, llegado el caso, interponer un contencioso judicial.
Una opción que ahora queda descartada. Bien es cierto que para que Costas haya allanado su posición ha sido necesario que Nueva Marina Real Estate haya aceptado disminuir de manera considerable la dimensión en vertical de las alturas. En concreto, de un máximo de 14 plantas se pasa a 11.
Han pasado casi dos meses desde que se hizo llegar a Costas la última propuesta rebajando las alturas. Con el mismo se pretendía lograr lo que finalmente se ha conseguido, sortear el "efecto pantalla" expuesto por la Dirección General de Costas para oponerse al desarrollo.
Meses antes, organismo estatal emitió otro informe contrario al proyecto de La Térmica, apelando a artículo 30 de la Ley de Costas, en el que se advierte de la necesidad de "evitar la formación de pantallas arquitectónicas o acumulación de volúmenes, sin que, a estos efectos, la densidad de edificación pueda ser superior a la media del suelo urbanizable programado o apto para urbanizar en el término municipal respectivo".
No es la primera ocasión en la que los promotores de La Térmica se ven obligados a retocar las alturas. A mediados de 2020 se supo que la aplicación de las nuevas servidumbres del aeropuerto de la Costa del Sol exigió la fijación en 57 metros de altura de la cota máxima de La Térmica. Esta circunstancia forzó a bajar la altura en al menos tres de los bloques dibujados: el previsto para albergar un hotel, que alcanzaba los 68,5 metros, y otros dos que llegaban a los 62 metros.
Detalles de la operación
El planeamiento vigente autoriza un máximo de 870 viviendas, 273 de ellas protegidas. No parece, en cualquier caso, que la intención de los promotores sea alcanzar estos números, en una clara apuesta por incrementar las superficies de los pisos futuros.
A estos parámetros hay que sumar más de 16.826 metros cuadrados de techo para uso hotelero y otros 14.755 metros de techo para oficinas. Del sector, hay otros 59.524 metros que se destinarán a zonas verdes; 6.377 metros serán para equipamiento. Dentro de esta última pastilla, se establece una superficie máxima a construir de 19.366 metros para servicios sociales, administrativos y deportivos.
La intervención también incluye 580 plazas de aparcamiento sobre la vía pública, un mínimo de 2.317 plazas de aparcamiento en las parcelas de titularidad privada y otras 315 bajo las parcelas destinadas a equipamiento, lo que supone un total de 3.212 estacionamientos.
La propuesta de ordenación aprobada recoge como carga externa al sector el trazado y la prolongación del bulevar Pilar Miró y calle Villanueva de Algaidas, de manera que se conecte la barriada de Parque Litoral con esta nueva centralidad y a ésta con la futura prolongación del paseo marítimo de Poniente. A esto se suma la demolición de la actual subestación eléctrica.
Es igualmente relevante la necesidad de respetar la chimenea de la antigua central térmica, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC). Para ello, se genera un importante espacio público con una distancia mínima de 70 metros al edificio más cercano.
Entre las actuaciones más significativas que incluye esta nueva ordenación es la reubicación y renovación de la subestación eléctrica existente, que será demolida; así como la continuidad del paseo marítimo y la ejecución de importantes espacios libres públicos entre las edificaciones.
El coste aproximado de las obras de urbanización e implantación de los servicios en el sector se estima en 13,8 millones de euros (IVA no incluido). Un presupuesto al que habrá que añadir una serie de cargas complementarias valoradas en 14,8 millones de euros, tales como el traslado de la subestación eléctrica, el refuerzo o reforma de redes eléctricas y la adecuación del espigón de La Térmica, entre otras.