El pasado industrial de Málaga, que durante varias décadas del pasado siglo XIX fue un referente en toda España, sigue salpicando su geografía en forma de grandes chimeneas de ladrillo. Algunas, como la de Los Guindos, alcanzaron el estrellato después de que un enamorado pintase sobre su estructura el nombre de su amada, Mónica; otras, lucen en plenitud, como la situada en el pleno paseo marítimo Antonio Banderas, y otras acumulan años de abandono y ostracismo, como la de la vieja Fábrica de Ácido Sulfúrico La Trinidad.
Un olvido que ahora va a ser compensado por el Ayuntamiento con el impulso de una importante obra de recuperación y rehabilitación. Una operación que requerirá de al menos año y medio de trabajos, según las previsiones, y mediante la que se quiere devolver el esplendor perdido a esta estructura de 39 metros de alto que se encuentra encajonada entre edificios.
El paso adelante dado por la Gerencia de Urbanismo abre la oportunidad a hacer un repaso histórico por este elemento de la planta ya desaparecida. La documentación técnica que forma parte del pliego de condiciones de este proyecto ensalza la necesidad de intervenir sobre esta construcción.
El objetivo no es otro que recuperar parte del legado de una ciudad que, gracias a una situación económica favorable, unos empresarios emprendedores y una ubicación estratégica, con puerto y ferrocarril, estaba entre las más pujantes del país.
"La ciudad desde estas primeras décadas del XIX avanza hacia la modernidad, la burguesía industrial y de negocios propicia la creación de un nuevo paisaje donde destacan, tanto la implantación de áreas de gran extensión industriales ligadas a la costa por su vinculación con el puerto y el ferrocarril, como la creación de barrios obreros que acogen el incremento demográfico", se destaca.
La antigua capital destacaba por su especialización en siderurgia y altos hornos, ferrerías, metalurgia, industria textil, sector vinícola, harinero, azucarero, del aceite, del ladrillo o fabricación de abonos. Y dentro de este conjunto, una pieza relevante era la Fábrica de Ácido Sulfúrico La Trinidad, creada como apoyo a la fábrica de Petróleo La Concepción, fundada en 1884 para el refinado y destilación del petróleo.
Un proceso en el que era indispensable la utilización de ácido sulfúrico. Esto hizo que fueran segregados 12.583 metros cuadrados de la finca matriz de La Concepción para crear la Sociedad La Trinidad. Su finalidad estaba clara: producir el ácido sulfúrico necesario para el proceso.
Con el paso de los años y como consecuencia de los cambios en la demanda de productos y de titularidad, la fábrica quedó centrada en la producción de abonos artificiales, solicitados por el sector agroalimentario. Su peso fue en crecimiento, beneficiándose de la posición estratégica de Málaga por su cercanía a Huelva, de donde procedían las piritas, y al norte de África, de donde llegaban los fosfatos.
Esto llevó en 1905 a la Unión Española de Explosivos a configurar un auténtico complejo químico en la zona. "En 1909 la Cros es la empresa que se hace cargo de las instalaciones hasta que, ya iniciada la década de 1920, es absorbida por la empresa Vasco-Andaluza de Abonos, que la explotará hasta su cierre en 1969", se refleja en el documento.
Pero de todo este complejo fabril, solo ha llegado hasta la actualidad la chimenea y un cuerpo edificatorio adyacente. La chimenea cuenta con grado de protección integral, de manera que es objeto de obligado mantenimiento. Pese a esta consideración, la realidad es que el estado en el que se encuentra es más que cuestionable, asunto que ha movido a Urbanismo a poner en marcha las acciones necesarias.
Así será el nido para halcones
Una de las particularidades del proyecto de rehabilitación de la chimenea es que contará en su corona, a 39 metros de altura, con un nido para halcones peregrinos, siguiendo las recomendaciones para la protección de la biodiversidad que utiliza los edificios como lugar de refugio o nidificación.
El mismo ha de estar colocado con una orientación norte-este para que sea más eficaz su utilización. La estructura quedará fijada mediante tornillos sobre rastreles embutidos en la cumbrera de la chimenea. La zona de balcón con su percha debe volar de la base de la chimenea para facilitar al pájaro la salida y entrada al nido y para que sirva a las crías como zona de entrenamiento donde desarrollar sus músculos de vuelo.
La caja nido de cemento de madera para halcón peregrino tiene unas dimensiones externas de 80x73x130cm y un peso propio vacío de 260 kilogramos. El cemento de madera se realiza con serrín de madera al 75%, cal, cemento y otros aditivos y tiene una garantía de durabilidad de 25 años.