Decenas de curiosos, en su mayoría extranjeros, se paraban a curiosear en la parada de Atarazanas sobre las cuatro y media de la tarde, en plena Alameda Principal. Querían saber qué ocurría y si venía “alguien conocido”. Sin embargo, cuando se acercaban se daban cuenta de que todo se trataba de una inauguración y no una cualquiera. El Metro de Málaga llegaba al centro después de más de una década de obras.
Los malagueños llegaban a tomarse hasta selfies con la estación. “Esto es algo histórico”, decía uno de ellos. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, llegó tan solo unos minutos antes que Moreno a la estación. Pudo hacer hueco en su agenda para un evento tan especial antes de marcharse mañana a París por asuntos de la candidatura de Málaga para la Expo 2027. Tras bajarse del vehículo saludó a agentes de la Policía Local y se retiró sus auriculares -de cable, por cierto- para acercarse a la zona donde se ubicaban las autoridades, justo frente a la boca de metro.
Casi a las cinco de la tarde llegaba el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, quien junto al alcalde de Málaga y otras autoridades, además de los periodistas, ha disfrutado del trayecto entre Atarazanas y El Perchel. En esta última parada, algunos usuarios se han llevado la sorpresa de que no podían coger el tren que acababa de llegar por la visita institucional. Unos se lo tomaron bien, haciendo fotografías y saludando al presidente, pero otros no tanto, todo sea dicho.
En El Perchel precisamente dio la clásica vuelta cruzando los vagones el conductor del metro, Juan Manuel —tocayo de Moreno Bonilla—, quien lleva conduciéndolo desde los inicios del suburbano. Además, ha sido uno de los encargados de formar a los nuevos conductores del Metro de Málaga contratados para esta ampliación de la línea. “La verdad es que no voy a olvidar este viaje. Es un día muy bonito para todos y la verdad es que lo he disfrutado muchísimo”, ha declarado al finalizar el trayecto en la estación de Guadalmedina, la más grande de la red de suburbanos de Andalucía.
Los fotógrafos pudieron realizar su labor con algo más de facilidad en Guadalmedina, por sus dimensiones, que en Atarazanas, donde tuvieron que agolparse unos encima de los otros para lograr tomar la foto perfecta del presidente entrando a uno de los vagones. Se puede confirmar lo comentado en los últimos días: el andén es largo pero muy delgado.
Tras un acto en el que Moreno presumió de los avances de su ciudad natal e insistió en la necesidad de mirar al presente y al futuro y no tanto al pasado, al hacer referencia a los retrasos del Metro, y lo que estos han supuesto económicamente —todo un guiño al pasado socialista de Andalucía— hubo tiempo para la fotografía de familia y evidentemente también para el cóctel. Hubo cátering y los invitados al destacado evento pudieron hasta merendar en el vestíbulo de Guadalmedina. A las 21.00 horas, comenzará el servicio hasta estas dos nuevas estaciones con sus correspondientes transbordos. No os perdáis.