Como en tantos órdenes de la vida, una cosa es lo que se pinta sobre el papel, lo que se presupuesta, lo que se imagina, y otra bien distinta lo que acaba convirtiéndose en realidad. En el año 2003, cuando se sentaron las bases del Metro de Málaga, la inversión estimada para la construcción de las líneas 1 y 2 del suburbano rondaba los 360 millones, cifra que alcanzaba los 400 millones con el material móvil. Dos décadas después, el proyecto, con destacadas modificaciones en el trazado, ya se da por seguro que va a ascender a 1.000 millones de euros.
Esta es la última estimación que maneja oficialmente la Junta de Andalucía, el principal promotor de la obra del ferrocarril urbano. La cuenta global incluye los 760 millones que ha supuesto llevar el trazado hasta la Alameda Principal, así como la previsión de lo que va a costar la prolongación del recorrido bajo tierra hasta el entorno del Hospital Civil.
Precisamente, el pasado lunes, coincidiendo con el acto de inauguración del tramo final entre El Perchel y la Alameda Principal, el presidente del Gobierno andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, verbalizó este extremo, situando en unos 220 millones de euros el coste de ejecución de los 1,8 kilómetros de túnel entre la parada Guadalmedina (junto a El Corte Inglés) y la estación que se localizará junto al futuro Nuevo Hospital de Málaga. A este montante hay que sumar los 18,5 millones que cuestan los 4 trenes que se incorporarán al servicio.
Desde la Agencia de Obra Pública inciden en que se trata de una estimación inicial, dado que aún están en proceso de redacción dos de los tres proyectos constructivos en los que se ha dividido el trazado completo. El primero de los tajos, entre Guadalmedina y la calle Hilera, tiene un coste de partida de unos 56 millones y se encuentra en fase de licitación.
Coste medio del kilómetros de 67 millones
Estos números se aplican a un trazado completo de 14,8 kilómetros de longitud, que, una vez finalizado, dispondrá de 22 estaciones, la mayor parte bajo tierra. Relacionando la inversión con la extensión de la red puede concluirse que el coste medio del kilómetro en la ciudad será de unos 67,5 millones de euros.
Un parámetro ciertamente alejado de los otros metros andaluces. El caso más semejante es el de Sevilla, cuya línea 1 cuenta con un trazado de unos 18 kilómetros, buena parte del mismo soterrado. Ese ramal, inaugurado en abril de 2009, costó unos 658 millones tras varias alteraciones. Esto supone un valor medio de 36,5 millones el kilómetro; o lo que es lo mismo, 31 millones menos que en Málaga.
¿Qué ha ocurrido en todos estos años para que las previsiones económicas iniciales se hayan visto transformadas de manera tan radical? Uno de los detalles a tener en consideración es que las primeras estimaciones presupuestarias se hicieron sobre la base de anteproyectos que, poco después, se confirmaron alejados de la realidad de la obra.
Y ello hizo que en el momento en que la empresa adjudicataria de la operación se puso manos a la obra, los números empezasen una subida que no ha tenido freno hasta la fecha. El esquema primario dejaba en manos de los socios privados tanto la construcción de las dos líneas, en inicio pensadas hasta la zona de la Malagueta, como la explotación comercial del Metro.
Sin embargo, en 2010, ante el evidente sobrecoste de los trabajos y la demora de los mismos, la Consejería de Fomento tomó la determinación de recuperar parte de los tramos con el objetivo de ejecutarlos de manera directa.
El cambio sustancial fue objeto de un nuevo convenio entre las dos partes, de manera que las empresas privadas asumían la responsabilidad sobre todo el trazado de Carretera de Cádiz, así como el recorrido de la línea 1 entre El Perchel y la Universidad. Toda esta obra conllevó una inversión de 594,7 millones, incluyendo el material móvil y otros servicios.
Por su parte, la Junta se quedaba con el tramo en superficie de la Universidad (Doctor Domínguez-Asperones; Renfe-Guadalmedina y Guadalmedina-Malagueta). Este último fue desgajado en dos piezas: Guadalmedina-Atarazanas, ya en servicio, y Guadalmedina-Hospital Civil, en fase de licitación.
Lo que resulta evidente, con la perspectiva del tiempo, es que la decisión drástica asumida por Fomento de quitar parte de los tramos a los socios privados no se ha dejado traslucir ni en un ahorro económico, dado que la obra se ha seguido encareciendo en estos tramos, ni en un acortamiento de los plazos.
Y ello queda claramente evidenciado en que el Metro no ha llegado hasta el Centro histórico hasta más de 13 años después de que arrancaran los trabajos en Callejones del Perchel, dentro del tajo Renfe-Guadalmedina. Un primer elemento al que sumar que, en el mejor de los casos, la red del suburbano no estará completa hasta finales de 2027.