Transformar por completo el entorno del Peñón del Cuervo y de la Araña, reduciendo el espacio reservado a la carretera de Almería, la velocidad del tráfico, ganando vías ciclables, y eliminando actividades como barbacoas y merenderos en el ecosistema dunar. Este es el ambicioso objetivo que se ha marcado en el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU) para lograr la restauración ecológica de este enclave de la zona este de Málaga.
La operación, para la que no se conocen ni plazos ni costes económicos, es considerada como el punto de partida en el lado más oriental del ambicioso Anillo Verde que se quiere construir en la Costa del Sol. Precisamente, para sentar las bases de su desarrollo, el organismo municipal dispuso de un proyecto específico.
El planteamiento busca intervenir sobre un entorno del que forman parte el cauce y la ribera de los arroyos del Judío y Totalán (en sus tramos medio y bajo), así como la franja litoral que va desde el Puerto del Candado hasta la playa del Arroyo Totalán.
A juicio de los responsables de la propuesta, este enclave reúne varias características que lo hacen "muy peculiar". Una de ellas es su situación en el límite este del municipio con la comarca de la Axarquía; otro es un paisaje con playas "engastadas" entre los salientes rocosos; otro su alto valor económico, con especies endémicas protegidas como la siempreviva malagueña, y arqueológico, con la presencia yacimientos paleolíticos en las tres terrazas calizas y el Cerro Juan.
"Pero de todas ellas, la característica más importante que hace posible y necesaria esta restauración ecológica es que esta área Málaga es la única zona costera de la ciudad que no está sometida a una presión urbanística masiva, siendo el poblado de la Araña el único núcleo poblacional presente en la zona de intervención", enfatizan.
Acciones previstas
Con el objetivo de abordar la restauración ecológica de esta zona y convertirla en una nueva infraestructura urbana, se propone llevar a cabo un conjunto de actuaciones agrupadas en tres grandes áreas: la recuperación y preservación de los espacios naturales, la integración de las infraestructuras urbanas en el entorno natural, y la generación de espacios dotacionales dentro de la nueva infraestructura verde.
El primer grupo de acciones, encaminadas a la restauración ecológica, tiene como finalidad reformar el espacio natural acercándose en la medida de lo posible "a sus características primigenias", buscando con ello reforzar las relaciones ecosistémicas y garantizar su supervivencia.
Con este fin, los técnicos plantean prestar atención especial a los dos arroyos que forman parte del proyecto. Y ello, "protegiendo y defendiendo la anchura del bosque de ribera, asegurando una correcta distribución de las especies vegetales, protegiendo las especies más vulnerables y eliminando los elementos de encauzamiento y los pasos compartidos del cauce".
A esta primera intervención se suma la recomposición de la orografía original del terreno reconstruyendo las dos plataformas litorales cortadas por la construcción de la autovía y eliminando solados y barreras antropológicas del ecosistema dunar y los valles de inundación de los arroyos. Finalmente, se llevarán a cabo un grupo de actuaciones en la franja litoral encaminadas a recuperar y proteger el ecosistema dunar.
El segundo grupo de actuaciones tiene como objetivo transformar las instalaciones e infraestructuras urbanas presentes en la zona integrándolas en el entorno natural restaurado, "para que no supongan una barrera en las relaciones ecosistémicas y ciudadanas de la zona".
Y es en este punto en el que se dibuja una ambiciosa iniciativa que consiste en convertir la carretera de Almería en una vía urbana, "reduciendo el número de viales y la velocidad máxima de circulación de los vehículos".
Tras esta actuación, los nudos de carretera que conecta esta vía con la autovía A-7 en ambos extremos "quedarán simplificados en rotondas y se eliminarán los pasos a nivel". De este modo, entienden los urbanistas, la antigua carretera de Almería sería una vía urbana "capaz de convivir de forma segura con la bicicleta y el peatón, subsanando las carencias actuales".
El tercer conjunto de actuaciones va encaminado a garantizar la usabilidad de la nueva infraestructura verde conseguida. Para ello, se propone eliminar los usos incompatibles con la restauración ecológica, como las barbacoas y merenderos en el ecosistema dunar y los aparcamientos en áreas de elevado interés natural.
Otra de las medidas pasa por disponer nuevos espacios dotacionales en el espacio remanente tras la operación a desarrollar sobre la carretera, localizando nuevas áreas de aparcamiento y zonas recreativas y deportivas. En este apartado también se defiende la creación de nuevas vías ciclables.
El equipo encargado de la propuesta aboga, igualmente, por poner en valor los elementos patrimoniales del entorno, caso del conjunto de las Cuevas del Humo, la Torre de las Palomas y el puente sobre el Arroyo del Judío del Camino Viejo de Vélez.