Aunque sin pretenderlo, las torres de 30 plantas de Martiricos, que asoman ya en plenitud junto al cauce del Guadalmedina, rompiendo la estampa tradicional de los montes de Málaga al norte, son protagonistas indirectos del encendido debate sobre la vivienda y el modelo urbanístico de la capital de la Costa del Sol. Y, por ello mismo, son clave en la presente campaña electoral.
Muestra de la incidencia que tienen ambas edificaciones, promovidas por la empresa AQ Acentor, es que son constantes las alusiones que determinados grupos políticos, con el PSOE como gran representante, hacen a las mismas para denunciar el incremento de los precios del residencial. El pasado viernes el candidato socialista a la Alcaldía, Daniel Pérez, quiso dar a conocer sus propuestas sobre vivienda con la inmensidad de las torres como telón de fondo.
Y no es el único que tira de estos dos gigantes. La alcaldable de Ciudadanos, Noelia Losada, ha llegado a vincular su decisión de oponerse a la Torre del puerto de Málaga con el resultado impactante que tienen los edificios de Martiricos.
Dado el peso de estas construcciones, que marcan ya el skyline de la ciudad, EL ESPAÑOL de Málaga ha querido ir al origen del proyecto. La raíz de las torres de cemento y acero que ya forman parte del paisaje urbano de Málaga se encuentra en el convenio urbanístico que el Ayuntamiento y Telefónica, entonces propietaria de los terrenos de la antigua Citesa, firmaron en 2006, definitivamente en vigor desde marzo de 2007.
El acuerdo entre las partes recogía la posibilidad de que el privado pudiese ejecutar un máximo de 674 viviendas, incluyendo 202 de protección oficial. A cambio, las arcas municipales iban a ingresar unos 23,2 millones de euros. Los promotores privados, que con el paso de los años fueron variando, tenían la oportunidad de edificar tres torres de 23 plantas cada una, modelo que derivó en la propuesta ya materializada de dos edificios de 30 niveles.
Fue en el Plan General de Ordenación Urbanística de 2011 (el actualmente en vigor) cuando quedó confirmada plenamente la operación. Un documento de planeamiento que fue ratificado por la Junta de Andalucía, en aquellos años con el PSOE al frente, administración que si bien sí cuestionó determinados proyectos, caso de Arraijanal, no planteó objeción a las edificaciones en altura de Martiricos.
¿Qué hizo el PSOE? A diferencia de la aquiescencia del Gobierno andaluz, el PSOE sí votó en contra de la aprobación del PGOU de la ciudad, así como de los diferentes instrumentos de planeamiento. Un sentido del voto que coincidió con el de la otrora Izquierda Unida, ahora integrada en una coalición con Podemos. Como ocurre ahora, fue el Partido Popular su único valedor, hasta el punto de valerse de su ya perdida mayoría absoluta para sacar adelante la propuesta de ordenación y el desarrollo de las torres.
Inmuebles convertidos en referencia visual de la capital de la Costa del Sol en los últimos años. Desde el arranque de la obra y conforme han ido creciendo, estos dos gigantes han sido objeto de atención permanente. Su localización junto al Guadalmedina y con los montes de la capital como telón de fondo han hecho que sean inconfundibles.
Pero al impacto visual hay que añadir el peso que su puesta en el mercado ha tenido sobre los precios del residencial del entorno. Los análisis realizados por el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU) han venido confirmando que la incorporación de las viviendas de las torres de AQ Acentor han elevado el valor medio del metro cuadrado en esta zona geográfica de la capital.
Y aunque el precio de venta de estos pisos está muy lejos de los de las torres de 21 plantas del litoral oeste, donde se supera con creces el millón de euros, los más de 500.000 euros que se piden por inmuebles de 130 metros cuadrados construidos suponen un salto mayúsculo para Martiricos.
Pese a estas cifras, la promotora valora el buen ritmo de comercialización, por encima del 80%, con alto interés por parte de compradores locales y de otras provincias españolas. De hecho, la existencia de clientes dispuestos a invertir en este producto ha llevado a AQ Acentor a virar su plan inicial y a destinar a venta las 200 viviendas que en origen iba a destinar a alquiler.
Las torres de 30 plantas son el elemento protagonista de una operación urbanística que ha traído consigo la transformación de una vieja parcela industrial y que, hay que recordar, incluye un parque de más de 30.000 metros cuadrados ya abierto al público y una promoción de unas 200 VPO, ya ocupada.
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