Adiós al edificio futurista frente al Cortijo Jurado: Málaga quiere preservar la visión del inmueble histórico
Es uno de los cambios que la Gerencia de Urbanismo ha exigido a los promotores de un gran centro de oficinas junto a la antigua hacienda.
7 junio, 2023 05:00Noticias relacionadas
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El tan esperado proyecto de transformación del antiguo Cortijo Jurado de Málaga y su conversión en un gran complejo de oficinas con el que ampliar la aún escasa oferta terciaria de la capital de la Costa del Sol sufre alteraciones más que significativas. Y ello como consecuencia de los ajustes exigidos por la Gerencia de Urbanismo, que ha obligado a los promotores de la iniciativa a, por ejemplo, eliminar el edificio de diseño futurista que inicialmente estaba dibujado frente a la histórica hacienda, que data del siglo XIX.
Según ha confirmado el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, y fuentes próximas al proyecto privado, la propuesta de ordenación remitida por la empresa SUBA fue objeto de varias subsanaciones por parte de los técnicos municipales.
Todas ellas han sido finalmente recogidas en la última versión planteada, que es la que tendrá que ser sometida a un prolijo y extenso proceso de verificación urbanística y medioambiental.
De acuerdo con ambas fuentes de información, desde Urbanismo se ha reclamado la retirada de la edificación próxima al espacio protegido debido a la afectación que tenía sobre la misma. En este caso, el bien que se pretende poner en valor, minimizando cualquier impacto sobre su contemplación y visualización, es el Cortijo Jurado, sobre el que pesa una protección arquitectónica grado 1.
Esto implica, según indican desde la parte privada, la imposibilidad de fijar frente al cortijo el edificio de diseño ciertamente innovador propuesto desde el estudio de Ángel Asenjo, responsable de la propuesta de modificación del Plan General de Ordenación Urbanística.
Es la principal variación que sufre la idea original dada a conocer por SUBA a finales del año pasado. Pero no la única. La otra responde al mismo objetivo marcado por Urbanismo de preservar lo máximo posible la visual actual del antiguo Cortijo Jurado e implica una rebaja de la cota prevista para el desarrollo de oficinas que se plantea rodeando, en forma de U, la histórica edificación.
Actualmente, como parte del proyecto original que Grupo Mirador planteó para este sector, que incluía la rehabilitación del cortijo como hotel de alta categoría y usos terciarios alrededor, hay una especie de esqueleto a medio construir en forma de L.
Una estructura que podrá mantenerse, según las fuentes. Sin embargo, Urbanismo ha remarcado la necesidad de que las obras añadidas a esta primera fase deberán reducir la altura, de manera que "no se supere la visual del espacio protegido".
Si bien estos ajustes inciden de manera clara sobre el diseño inicial de SUBA para el complejo, no altera las condiciones urbanísticas previstas. En este sentido, se mantiene la pretensión de dar forma a unos 20.000 metros cuadrados de oficinas, así como de unos 40.000 metros cuadrados de espacios abiertos.
De acuerdo con los datos dados a conocer por SUBA, la inversión final puede rondar los 25 millones de euros. La operación busca crear "espacios inteligentes y multifuncionales" en una zona estratégica de la capital, en las proximidades del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA); de la Universidad, y de los terrenos en los que se proyecta la Expo Internacional de 2027. A esto hay que sumar la decisión de recuperar el histórico edificio como sede social de Sinerba.
Los responsables de SUBA hablaban de una propuesta "revolucionaria" con la que responder a la creciente demanda de espacios de oficinas existente en la urbe, convertida en foco de atracción para numerosas empresas nacionales e internacionales.
El proyecto prevé generar distintos formatos de espacios que se adapten al modelo laboral de cada empresa. En la elaboración de la propuesta se ha contado con la colaboración de firmas especializadas para optimizar el diseño y materiales del edificio, con el objetivo de reducir su consumo energético, además de buscar alternativas ecológicas y económicas a los sistemas constructivos.
Tal y como expresó el director general de SUBA, Bartolomé Inglés, la aspiración es la de convertir el complejo "en una isla ecológica, de modo que sea autosuficiente, tanto en la generación de energía, como en su consumo y almacenamiento". Y ello incluye la introducción de espacios verdes y láminas de agua, elementos con los que contribuir a la disminución de las emisiones de dióxido de carbono y a reducir la temperatura ambiental.