El Palmeral de las Sorpresas, inaugurado en marzo de 2011 como la pieza pública definitiva de acercamiento de Málaga a su puerto, ha adquirido la dimensión de gran paseo de la ciudad. A diario, y en especial en los meses de verano, son miles los ciudadanos que lo recorren atraídos por la proximidad del mar y por su conversión en un escenario sin fin de actividades.
Músicos, dibujantes, atléticos jóvenes que protagonizan piruetas de todo tipo… En fin, un salón repleto de vida… Pero también de ruido. Y es justamente el bullicio que acaba generándose en torno a tanto movimiento que el Puerto ha decidido tomar cartas en el asunto y poner coto.
Y lo ha hecho colocando varios carteles con el título: "Medidas de control de actividades molestas en la zona de acceso público El Palmeral de las Sorpresas". Cuando se acude al contenido del texto, en el que se menciona la Ley de Puertos del Estado, se reproduce una resolución del presidente del Puerto, Carlos Rubio, con fecha del pasado 24 de julio.
Según la misma, desde el 1 de agosto próximo (es decir, desde este martes), quedarán prohibidas aquellas actividades "que impliquen la estancia o uso abusivo de la zona, tales como la venta ambulante, las actuaciones circenses o que representen acciones de presión o insistencia hacia los ciudadanos, o que perturben la libertad de circulación de estos".
A todas ellas se suman "actuaciones musicales grupales en espacios exteriores aun cuando no utilicen medios de amplificación de sonido y cuya emisión sonora no esté dentro de los límites establecidos en la Ordenanza para la Prevención y Control de Ruido y Vibraciones vigente del Ayuntamiento de Málaga. Cualquier actividad musical a partir de las 23:00 horas".
En la parte final de la resolución, se recuerda que el incumplimiento de las prohibiciones señaladas, "tras el oportuno requerimiento verbal de los agentes de la Policía Portuaria al ciudadano o ciudadana que vulneren las prohibiciones para que finalicen en el acto las actividades prohibidas que perturban el debido respecto a la normal convivencia ciudadana en el Palmeral de las Sorpresas o su colindante entorno residencial, dará lugar a la denuncia de la correspondiente infracción grave".
Para ello, se aplica el artículo 307 de la Ley de Puertos, que recoge penalizaciones de unos 120.000 euros. Los implicados también se enfrentan a la posible incautación y depósito de los medios materiales "utilizados para generar el incumplimiento en cuestión".
Fuentes próximas al organismo portuario relacionan la medida adoptada con la existencia de algunas quejas de residentes cercanos por el ruido generado por la actividad en el Palmeral. A ello suman algunos altercados ocurridos y protagonizados por algunos músicos.