El problema de Málaga con la vivienda turística sigue creciendo. Lejos de frenar el crecimiento del fenómeno en la capital de la Costa del Sol, la proliferación de este modelo alojativo va en aumento. Su dimensión es tal que, tomando como referencia el Registro de la Junta de Andalucía, ya ha superado la frontera de los 10.000 pisos turísticos.
Esta cifra simbólica se alcanzó a las 17:28 horas de este miércoles 16 de agosto. Y atendiendo a la base de datos oficial, el privilegio de haberse convertido en la vivienda turística 10.000 de la capital de la Costa del Sol ha correspondido a un inmueble localizado en el número 20 de la Avenida Manuel Agustín Heredia.
El registro autonómico permite conocer en detalle tanto el explotador de la vivienda como la localización y el número de plazas de cada una de ellas. Todas las que están incluidas en el mismo cuentan con las autorizaciones necesarias para su funcionamiento como alojamiento. Sin embargo, no necesariamente todas están siendo gestionadas como pisos turísticos.
Puede concluirse que estos ya más de 10.000 inmuebles son los que están regularizados en la capital. Sin embargo, desde la Asociación de Viviendas Turísticas en Andalucía advierten de que los datos reales no son tan elevados, dada la existencia de un elevado porcentaje de inmuebles que no son explotados.
"Hemos venido observando una correlación clara entre los anuncios que lanzan las administraciones para poner coto a esta actividad y un incremento de viviendas que se registran", explica Francisco Martín, responsable del colectivo en Málaga. Conforme a los números manejados, los anucios activos en Airbnb rebajan las viviendas reales a 7.200.
Para Martín, que haya tan gran número de viviendas registradas se debe, en buena medida, al "miedo" que muchos propietarios tienen a la legislación y las medidas que se vienen anticipando desde hace meses, sin que hasta la fecha haya tomado forma.
"Eso lo que hace es poner sobre aviso a la gente, que opta por dar de alta sus viviendas", añade, recordando que actualmente el reglamento no obliga a los tenedores de viviendas a mantener la actividad o a darse de baja en caso de no desarrollarla. Esto hace que, a priori, haya muchos pisos que funcionaban como turísticos pero que con motivo de la pandemia de la Covid cambiaron a alquiler de larga duración.
El mensaje de De la Torre
Málaga llega a este picos en un momento ciertamente relevante en el plano político y administrativo. Desde hace varios años, el Ayuntamiento, con su alcalde, Francisco de la Torre, al frente, viene verbalizando su interés por poner coto a esta actividad. Un movimiento de peso que siempre se ha condicionado a que previamente exista una regulación regional por parte de la Consejería de Turismo.
Por más que se ha venido avanzando en el decreto andaluz sobre la materia, en el que se precisan todas las condiciones que han de cumplir estas viviendas para ejercer como alojamientos, la realidad es que el mismo sigue sin estar culminado ni ha entrado en vigor. Y, por ende, el Consistorio ha eludido aplicar medida alguna. Una circunstancia que complica sobremanera la verdadera posibilidad de intervenir sobre este sector.
A finales de mayo de 2022, De la Torre, en un foro hotelero, lanzó un mensaje taxativo: "Hay muchas viviendas turísticas y no queremos crecer más". La afirmación invitaba a pensar en que desde la Casona del Parque se iba a activar un proceso contundente para frenar el modelo. Sin embargo, no ha sido así, como confirman los datos oficiales.
Para constatar la evolución de las viviendas turísticas sirvan los datos del mismo registro de la Junta a finales de 2022. En ese momento, había en Málaga 8.327 pisos de este tipo, muy lejos de los actualmente contabilizados.
La mayoría de ellos establecidos en el Centro Histórico, siendo la calle Carretería un epicentro claro de la actividad. Otros emplazamientos ciertamente relevantes del casco antiguo son el entorno de la Plaza de la Merced, el barrio de Lagunillas y la zona de La Victoria. Y otro parámetro que ejemplifica aún más el crecimiento exponencial es el dato de 2016, cuando había apenas 943 viviendas, con 4.015 plazas.