La necesidad de unir esfuerzos y territorios para hacer frente a los grandes retos actuales es cada vez más evidente. El mensaje que desde hace años vienen lanzando urbanistas como Salvador Moreno Peralta, reclamando la convergencia de municipios en materias como la movilidad y el agua, queda reforzado después de que a principios de mes 24 alcaldes del área metropolitana, junto a la Junta de Andalucía y la Diputación provincial, se sentasen a la misma meses para subrayar la importancia de afrontar conjuntamente algunas de las asignaturas pendientes de la zona.
Este primer gesto debe tener ahora una continuidad con acuerdos y decisiones formales para no caer en el vacío en el que ya sucumbieron otras iniciativas semejantes décadas atrás. El punto de partida sobre el que se asienta este renacer de la colaboración municipal es el plan estratégico elaborado por la Fundación Ciedes y que perfila en el horizonte del año 2030 algunos de los principales desafíos.
Una de las primeras líneas de reflexión que se hace en el documento tiene que ver con el papel que debe adoptar la capital de la Costa del Sol, tras años de crecimiento continuado. A ojos de los redactores del plan, esta evolución sugiere que en el 2030 "se producirá un cambio de marco territorial de referencia hacia lo internacional y habrá de entenderse como una conurbación urbana-rural con carácter de ciudad global".
Y como "ciudad global", Málaga actuará con el "barrio" principal de la conurbación, "compartiendo fortalezas y oportunidades con el resto del territorio, donde hay otros barrios importantes (Marbella, Vélez, Antequera, Álora, Ronda, etc.) y mucha naturaleza conectada que hace de pegamento territorial".
En este sentido, se incide en la importancia de "impulsar y construir una solidaridad territorial" que requerirá de una diplomacia conjunta en la escala supraprovincial para que Málaga se consolide en el mapa de ciudades globales.
"El gran reto será diseñar e implantar una estrategia previa ordenada, coordinada y respaldada preferentemente por figuras de ordenación territorial, de manera que hasta los municipios más pequeños estén alineados con los mayores", se destaca.
Este proceso, remarca el plan, obliga a un cambio de visión del modelo territorial en Andalucía, potenciando no sólo una planificación coordinada para vincular el campo y la ciudad, sino exigiendo, además, una "una auténtica convicción política de alcance económico, territorial y cultural".
Descentralización de la actividad productiva
De manera precisa, se señala que el evidente desplazamiento residencial que se viene produciendo hacia los espacios rurales debe ir acompañado de una descentralización de la actividad productiva, emprendedora y del conocimiento que se apoye en las nuevas tecnologías, las oportunidades de la inteligencia artificial y la mejora de las infraestructuras de comunicación.
"Málaga podría fraguar de cara al 2030 un modelo de desarrollo de ciudad media, que encuentra en coordinación y gobernanza entre municipios, el papel estructural que le corresponde y que las grandes metrópolis no han sabido articular en la mayoría de los casos, con su avasalladora concentración de poder económico y mediático", se afirma.
Pero para alcanzar este objetivo, los técnicos subrayan la necesidad de lograr una mejora en la movilidad territorial mediante soluciones sostenibles y eficientes y la ejecución de infraestructuras de comunicación y mejora del transporte.
En este punto, se destaca el valor estratégico del aeropuerto, "pieza clave que abre la ciudad a un ritmo de vida y de trabajo de carácter global", y la previsión de que siga creciendo su vocación internacional, al tiempo que se trabaja "la estrategia de unión de esta infraestructura con la ciudad y el espacio metropolitano".
A modo de propuesta concreta, el Plan Estratégico 2030 aboga por poner en valor todos los suelos del espacio aeroportuario, incluyendo los de la denominada Ciudad Aeroportuaria de Alhaurín de la Torre, paralizados desde hace años.
En cuanto a la intermodalidad del transporte aéreo, si bien se admite su mejora, se recuerda la necesidad de avanzar más con proyectos como el corredor ferroviario, el puerto seco de Antequera o el eje litoral. Incluso, se pide retomar su papel en el triángulo productivo con la Universidad y Málaga Tech Park, uniéndolo al puerto.
Corredor ferroviario de la Costa del Sol
No se olvidan en la planificación a 2030 de las infraestructuras largo tiempo olvidadas, como el corredor ferroviario de la Costa del Sol hasta Algeciras, la ampliación del tren de cercanías o la mejora de su conexión con el Valle del Guadalhorce y Antequera.
La parte de carreteras recoge el vial perimetral por el que viene apostando el alcalde. Francisco de la Torre, desde hace años, así como el Plan Málaga Litoral, que se ha convertido en la gran apuesta del regidor.
El documento de planificación estratégica valora la apuesta de Málaga por la innovación, el talento y la tecnología de última generación, ejes a potenciar en los próximos años atrayendo inversión extranjera y empresas, capitales y personas. "La idea de Málaga como el Silicon Valley europeo es cada vez una realidad más palpable, pero con una identidad y características propias; la ciudad conectada no sólo debe pensarse para las personas, sino también para las mercancías y la logística en general", remarca.
Y en este sentido, se incide en que los grandes medios de transporte deben repensar su papel (aeropuerto, tren, metro) para dar soporte a esta distribución y acceso a las mercancías y la paquetería en todo el espacio de la ciudad global. Un escenario en el que el Hub de Antequera "está llamado a convertirse en un epicentro de la logística del sur de Europa".
Se habla también del desarrollo de la comarca del Guadalhorce como huerta natural de la capital y parque agrario productivo de esta Málaga global, ello sin dejar de lado la potenciación del valor productivo y generador de empleo de este espacio.
Los redactores defienden, además, que Málaga proteja un modelo urbano basado en la ciudad compacta, con múltiples centros y una movilidad preferente peatonal o basada en el transporte público. Pero para ello, se apunta que será preciso aumentar la densidad residencial en algunas zonas, "que podrá hacerse en altura", pero también el incremento de los espacios naturales y lugares públicos de encuentro.
Se pone sobre la mesa que uno de los principales cambios a los que deben someterse los barrios está vinculado a poner al día el parque de viviendas, recomponiendo estas zonas desde el punto de vista paisajístico.
En este sentido, se sugiere la posibilidad de que las normas de habitabilidad pasen a incluir principios como la ventilación cruzada, la eficiencia energética o no computar terrazas y porches como metros habitables del inmueble. Detalles a los que sumar la promoción de otro tipo de vivienda para los nuevos modelos familiares y para aquellas personas que trabajan desde su hogar gracias a las nuevas tecnologías.