Málaga tiene un grave problema para aparcar sus motos. Una dificultad que no es nueva y que se viene extendiendo en el tiempo, sin que exista una respuesta contundente para dar respuesta a la cada vez mayor demanda de usuarios del vehículo de dos ruedas.
Los datos hablan por sí solos. Tomando como referencia el geoportal del Ayuntamiento de Málaga, en el mapa de la urbe hay repartidos puntos habilitados para el estacionamiento de estos dispositivos, con unos 4.800 metros lineales reservados. Frente a esta fotografía, los 100.000 motos y ciclomotores que, según las estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT) están dadas de alta en la capital de la Costa del Sol.
Según los datos municipales, uno de estos vehículos necesita de media unos 0,7 metros para estacionar, lo que supone que en Málaga hay espacio reglado para aparcar del orden de 6.800 motos. Esto implica que apenas 7 de cada 100 motos o ciclomotores tienen ‘asignada’ una plaza en las calles de la ciudad; o lo que es lo mismo, hay 93 de cada 100 que quedan en el olvido.
Bien es cierto que esa es una medida ciertamente generosa. Otras fuentes, usuarios de motos, inciden en que más allá de la dimensión del vehículo hay que contar con el espacio necesario para que el conductor pueda subir y bajar con cierta holgura. Y por ello consideran que el parámetro a tomar en consideración es de 1 metro. En ese caso, la capacidad de todas las zonas habilitadas desciende drásticamente a 4.800.
Justamente esta circunstancia hace que desde hace décadas sea habitual ver grandes cantidades de motos aparcadas sobre las aceras, en la mayoría de los casos de manera irregular, arriesgándose a ser multadas por la Policía Local. Y la pupa no es pequeña, dado que alcanza los 200 euros.
Siendo preocupante el estado actual de la cuestión, más lo será en unos meses. La anunciada Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que por lo que parece se hará esperar en Málaga (el Ayuntamiento ha pedido una prórroga de un año para poder activarla), hace prever un incremento sustancial en el número de personas que optan por las dos ruedas para moverse por toda el área delimitada.
Impacto de la Zona de Bajas Emisiones
Esto favorecido por la intención municipal, siguiendo las directrices de la legislación estatal, de poner límites al uso de coches contaminantes. Aunque queda por concretarse cuáles serán los que dispondrán de autorización para moverse por el área de 436 hectáreas prevista, sí se parte de la premisa de dar prioridad a aquellos que dispongan de cualquier tipo de etiqueta medioambiental de la DGT, y de aquellos que aunque no tengan etiqueta, sí dispongan de una antigüedad menor de 20 años (diésel) y 27 (gasolina) y estén domiciliados en la ciudad.
Según los datos manejados en la Casona del Parques, esto permitirá una reducción de un 40% de las emisiones en ese entorno geográfico. No obstante, se apunta la necesidad de elaborar y aprobar una nueva ordenanza de movilidad sostenible.
En este contexto es especialmente relevante la planificación del área de Movilidad para minimizar el problema. Si bien desde el departamento ahora dirigido por Trinidad Hernández no hay respuesta a la petición de información precisa sobre futuras intervenciones, sí es posible observar en el programa electoral de Francisco de la Torre la voluntad de desarrollar un plan de estacionamiento para motos, de manera que se incremente el número de aparcamientos "en todos los aparcamientos de la red municipal".
Lo que no se precisa en el documento es el número de plazas que se pretenden generar, si las mismas estarán solo en los edificios de parking soterrados repartidos por la urbe y el plazo de ejecución de la iniciativa.
Otra propuesta pasa por ampliar las posibilidades de estacionamiento de estos vehículos para los residentes del Centro mediante la conversión del edificio de Tejón y Rodríguez en aparcamiento 100% exclusivo para residentes, con unas 200 plazas en régimen de propiedad.