Con el primero de los dos acuerdos que ha de adoptar el Ayuntamiento de Málaga para sentar las bases de la futura Torre del Puerto ya validado, el emitido este lunes por la Comisión de Ordenación del Territorio (queda pendiente el del Pleno), resulta más que necesario explicar los detalles esenciales de una operación de enorme volumen e impacto para la ciudad y cargada de polémica desde su misma concepción.
Muestra de ello es que al pronunciamiento crítico expresado en los últimos años por colectivos como Icomos, asesor de la Unesco en asuntos de patrimonio; el Colegio de Arquitectos, y la Academia de Bellas Artes, entre otros, hay que sumar la duda planteada por los grupos de la oposición municipal, que señalan ya incluso la posible vía en los tribunales. De hecho, Con Málaga ha anunciado un recurso de reposición al acuerdo.
Y con este objetivo desde EL ESPAÑOL de Málaga lanzamos 10 preguntas con sus correspondientes respuestas.
¿Qué es lo que aprueba ahora el Ayuntamiento de Málaga?
Objetivamente, lo que ha aprobado de manera definitiva la comisión informativa de Pleno no es la Torre del Puerto tal y como la llevamos visualizando desde hace varios años, sino una modificación de elementos del Plan Especial del Puerto de Málaga que va a permitir asignar a los terrenos ganados tras la construcción del dique de Levante un techo edificable (lo que se va a poder construir) de 45.000 metros cuadrados. Y ello condicionado a respetar una altura máxima de 38 plantas.
¿Con qué propósito se plantea este ajuste urbanístico?
Con el de hacer posible la construcción de un hotel por parte del grupo inversor Al Alfia, vinculado a la familia real de Catar. Sin esta modificación del planeamiento no sería posible levantar la torre que se viene proyectando desde hace años sobre este punto estratégico del recinto portuario.
¿Qué supone la modificación?
El impacto que tiene esta modificación urbanística es más que evidente. La primera y fundamental es que supone multiplicar casi por 8 el techo edificable que actualmente está autorizado en esta parte del puerto. El documento actual, sin revisión, únicamente reserva para la zona un techo de 6.000 metros cuadrados, con una altura máxima de 13 metros. Un aprovechamiento suficiente para desarrollar una especie de edificio satélite que sirviera de complemento a la actual estación de cruceros. Frente a este volumen, se va a pasar a 45.000 metros de techo y a hasta 150 metros de altura.
¿Qué pasos restan para que cobre vida este ajuste en el planeamiento?
Tras pasar por la Comisión de Ordenación del Territorio, el Pleno deberá aprobar nuevamente el dictamen (se da por seguro dada la mayoría absoluta del Partido Popular en el Consistorio). Superado este último paso, habrá que esperar a que el acuerdo sea publicado en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) de Málaga para que la citada modificación cobre vigencia.
¿Superada la tramitación municipal la Torre del Puerto ya estará aprobada?
No. La tramitación municipal sólo y exclusivamente permite diseñar el traje a medida para hacer posible el complejo hotelero y de congresos propuesto por Al Alfia. Pero no despeja por sí sola su construcción. Para completar el proceso, activo desde hace ya más de 8 años, es indispensable que el Consejo de Ministros autorice el pretendido uso hotelero, actualmente prohibido en el espacio portuario.
¿Cabe la posibilidad de que el Consejo de Ministros lo rechace?
Sí. Aunque se antoja complicada una posición negativa sobre una propuesta técnica que ha contado con todos los informes sectoriales favorables emitidos hasta la fecha. Y entre ellos se incluyen los de Puertos del Estado, que es, precisamente, el organismo estatal que en las próximas semanas o meses deberá elevar la aprobación de la propuesta. Hay que recordar que el camino que está recorriendo el Puerto de Málaga, como principal promotor de la iniciativa, ya fue andado por otras ciudades como Barcelona, Valencia, Alicante…
¿Y después?
Si la posición del Gobierno es contraria a los deseos del Puerto, el proyecto de la Torre quedaría en agua de borrajas. Si por el contrario avala el uso hotelero, la Autoridad Portuaria otorgará a la entidad Andalusian Hospitality II (vinculada Al Alfia) la concesión de los terrenos sobre los que se plantea la construcción de un hotel de lujo.
Porque aunque el concurso mediante el que fue seleccionada esta entidad data de julio de 2016, la realidad es que ese acuerdo quedó en todo momento condicionado a que se completara la larga tramitación urbanística. Con el camino despejado por completo, los promotores privados deberán activar la petición de licencia. Ello devolverá la iniciativa a la esfera municipal, aunque en ese supuesto ya con la propuesta formal de edificación sobre la mesa.
¿Qué es lo que quiere hacer el fondo catarí?
Tras varias propuestas técnicas, la última puesta sobre la mesa (tratando de acallar las críticas de numerosos colectivos sociales de Málaga), rebaja la altura máxima de la Torre a 116,62 metros de altura. En total, 27 plantas, en las que se dará cabida a 378 habitaciones hoteleras (312 standard y 66 suites). A ello se añadirá el Salón de Convenciones, con 1.100 plazas. La superficie de techo construida sobre rasante será de 43.515,73 metros, algo por debajo de los 45.000 máximos autorizados. Y bajo el complejo, dos plantas con capacidad para 400 plazas de aparcamientos. La inversión que se maneja puede rondar los 200 millones de euros.
¿Cuántos años pasarán antes de que se inicien las obras?
La respuesta a esta pregunta no es sencilla y está condicionada al devenir de los futuros acontecimientos. El primero de ellos, como hemos apuntado, es que el Consejo de Ministros dé el ok a la operación. No parece, según fuentes consultadas, que el expediente llegue a ese punto antes de la Semana Santa del año que viene. La pretensión de los promotores, en cualquier caso, es que todo este camino esté despejado para finales del año que viene.
¿Qué pasa con La Farola?
La figura de La Farola de Málaga, seña de identidad de la ciudad desde hace décadas, se ha convertido en protagonista en el debate actual sobre la Torre. De hecho, los colectivos que se oponen al proyecto arguyen, entre otras razones, que impactará negativamente sobre un edificio que ha sido catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).
Una apreciación que no parece que coincida con la realizada por los técnicos del Ministerio de Cultura que incoaron y tramitaron la máxima protección para La Farola y que no hacen mención de la prohibición de ir adelante con la propuesta del hotel. Lo que sí es evidente es que la futura construcción del edificio de 27 plantas va a obligar a apagar La Farola. Su uso histórico como señal luminosa será sustituido por otro elemento que será instalado en el morro del dique de Levante.