El nuevo eje Carretería-Álamos abre oficialmente el telón. La última gran obra de transformación urbana impulsada por el Ayuntamiento de Málaga, con el respaldo indispensable de los millones procedentes de Europa, está lista para su disfrute pleno. Tras más de dos años de trabajos sobre el terreno, con la amenaza cierta de cumplir los plazos exigidos por Bruselas, la operación de regeneración de ambas calles se da por concluida.
Aunque quedan aún ciertos remates, el Ayuntamiento da por finalizada la actuación este 15 de diciembre. Una fecha que no es baladí, por cuanto no sólo culmina un largo y complejo proceso de materialización, dados los imprevistos surgidos (huelgas de transportistas, ajustes en la obra, incremento de los precios de los materiales), sino porque además confirma el cumplimiento de las obligaciones asumidas con Europa.
Hay que recordar que este proyecto de intervención forma parte del plan Edusi, en el que el 80% de la financiación es comunitaria. Y conforme a este principio, Málaga estaba obligada a finalizar esta y otras operaciones antes del cierre del 31 de diciembre próximo. En caso contrario, existía un riesgo evidente de tener que devolver el dinero.
Superados todos estos episodios, el desarrollo de la actuación, que fue objeto de un amplio proceso de participación ciudadana (en ocasiones controvertido), supone un antes y un después en toda regla en la manera de entender y de vivir Carretería-Álamos.
En línea con otras operaciones de regeneración, como la de la Alameda, el peatón es protagonista, reduciéndose de manera drástica el espacio destinado al tráfico rodado. De hecho, desde finales del pasado mes de octubre, está activo el sistema de control por el que sólo está permitido el acceso a aquellos vehículos que disponen de autorización. Para ello, el proyecto incluye la colocación de cámaras que se encargan de leer las matrículas de los coches.
El proyecto ha marcado un mismo tipo de urbanización tanto para Carretería como para Álamos, si bien ambas se han desgajado en dos contratos diferentes. Entre los grandes atractivos de la iniciativa están la rehabilitación de la Tribuna de los Pobres, uno de los espacios más populares de la Semana Santa, y la reducción de la plataforma destinada al paso de vehículos.
Una acción con la que, según las estimaciones, se va a conseguir rebajar un 21% la intensidad media diaria de vehículos (unos 6.000 vehículos actuales). Durante años, este eje ha funcionado como si se tratara de una circunvalación del Centro. Para ello, la calzada ha quedado reducida a un vial, logrando la ampliación de la zona peatonal de 4.105 metros cuadrados a 6.216 metros.
Como añadido, la reurbanización de la Plaza de San Pedro, que también se da por terminada. La superficie afectada por la regeneración es de 1.000 metros cuadrados, incluyendo la protección y desarrollo del patrimonio cultural y natural a través de la puesta en valor del ficus centenario que se ubica en la plaza, así como de la muralla medieval a través del trazado del pavimento del actual colector, anterior foso de la muralla defensiva, conservado desde el siglo XVIII.
A esto se ha sumado la recuperación del empedrado tradicional existente en la Plaza del Teatro y la conservación del busto de Rockberto de Tabletom, instalado en la plaza desde el año 2013. El proyecto incluye elementos lúdicos infantiles en la Plaza San Pedro de Alcántara que permitan desarrollar capacidades artísticas de niños y niñas de diferentes edades y la creación de una zona dinámica que actúe de paseo recorrido dotada de mobiliario urbano.