Apagado desde hace años el debate sobre la posibilidad de que Málaga permitiese nuevos desarrollos residenciales al norte de la Ronda Este en el marco de su Plan General de Ordenación Urbanístico, ahora la cuestión vuelve a ponerse sobre la mesa después de que se haya reactivado una operación que va a permitir la construcción de 285 viviendas por encima de la autovía, en la zona de Pinares de San Antón.

Una operación que viene del plan anterior, de 1997, y cuya última versión acaba de recibir el visto bueno de la Junta de Andalucía desde el punto de vista medioambiental. La iniciativa privada afecta al sector SUP-LE-8 Lagarillo, que se localiza al oeste de la urbanización Pinares de San Antón. Cuenta con una superficie de 363.014,91 metros cuadrados. 

La modificación ahora validada por la Consejería de Sostenibilidad, que no ve que su materialización tenga efectos significativos sobre el medio ambiente, dibuja 285 viviendas, con una densidad de 8,5 viviendas por hectárea. Del techo edificable total, de 61.712,53 metros cuadrados, el 10% será cedido al Ayuntamiento. En el Plan Parcial se establecen reservas para equipamientos (comercial, hotelero, social, escolar y deportivo), zona verde pública (44.328,47 metros), zona de sistemas técnicos, red viaria y aparcamientos. 

Pese a validar la actuación, la Junta sí fija una serie de condicionantes que habrá de resetear el promotor. Uno de ellos es la necesidad de deslindar como dominio público hidráulico los 8.500 metros cuadrados de la superficie atravesada por el arroyo San Antón. 

También se pide la inclusión de una planimetría más precisa sobre el riesgo de inundación que implica el trazado del arroyo, y que sus espacios de servidumbre no sean invadidos por viales ni mobiliario o cerramientos. 

En cuanto al abastecimiento de agua, desde la Junta también se apunta la necesidad de adoptar medidas que contribuyan a reducir la demanda hídrica. Si bien los promotores marcan acciones que afectan solo a las zonas verdes, desde la Administración regional se subraya la necesidad de ir más allá, atendiendo al consumo doméstico, de viviendas, centros comerciales, hoteles, áreas deportivas…

Y todo ello porque "el agua, como recurso indispensable para el desarrollo de la vida, exige una gestión eficaz, máxime ante los periodos de sequía que se esperan y que agravan la situación actual".

En materia de fauna, la Junta aconseja facilitar la cohabitación del desarrollo con especies como las lechuzas, cernícalos primilla y las especies de insectívoros (sobre todo golondrinas, vencejos y aviones) que suelen convivir aprovechando ciertas estructuras de los edificios. Y apunta que eso puede solucionarse mediante la colocación de nidales en las zonas verdes o abriendo oquedades en los muros y tabiques en los espacios comunes. 

También se propone, para favorecer la alimentación de los pájaros frugívoros invernantes, la plantación de especies productoras de bayas, drupas y otros frutos carnosos, que durante el invierno proporcionan abundante alimento a currucas, zorzales, mirlos y otras especies en entornos periurbanos.

Hay que recordar que este desarrollo fue objeto de un contencioso judicial por parte de un colectivo vecinal, que reclamó su anulación, alegando la necesidad de que el mismo asumiese la ejecución de unas infraestructuras viarias de acceso no contempladas. Finalmente, el Tribunal Supremo rechazó la petición.

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