Los obreros vuelven a tener vía libre para volver a los trabajos de rehabilitación del antiguo Convento de San Agustín para su transformación en sede de la Biblioteca del Estado en Málaga, parados durante algunas semanas ante la necesidad de que el Gobierno central tramitase y validase un proyecto modificado.
Un paso adelante que acaba de dar este miércoles el Consejo de Ministros, que ha aprobado, a propuesta del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, un ajuste en el contrato de obras que va a suponer un incremento del coste final de la operación de 2.961.658,76 euros.
Conforme a los parámetros económicos de la iniciativa, que fue adjudicada a la unión de empresas integrada por Ecsa, Reca y Bañuls, la inversión final va a ascender a 17,9 millones de euros, casi un 20% más que el valor de adjudicación.
Según han informado desde la Administración estatal, esta modificación ha sido motivada por la aparición de una serie de relevantes hallazgos arqueológicos. Entre ellos, destaca una cripta de enterramiento en uno de los laterales del edificio, caetarias romanas, la mayor extensión de los restos de las murallas fenicias y los aljibes originales del convento, que exigen ser protegidos e integrados en el proyecto.
La labor arqueológica realizada en el inmueble, que data del siglo XVI, ha permitido profundizar en un viaje de más de 25 siglos. Tras una primera etapa fenicia, que coincide con la fundación de la ciudad entre los siglos VII y V antes de Cristo, destaca el hallazgo de una batería de piletas de la época romana donde se almacenaba el "garum", la salsa a base de pescado por la que Málaga era famosa en la capital del Imperio.
Ya a partir de la Reconquista cristiana, han sido hallados restos de edificios de nobles y, de la época desde la construcción del convento, las criptas donde eran enterrados los monjes agustinos, con numerosos restos óseos, otro de los grandes descubrimientos. También han salido a la luz vestigios de aljibes de la época conventual e, incluso, de la estancia en la ciudad de las tropas napoleónicas durante dos años.
De acuerdo con las previsiones actuales, las piletas romanas serán visitables, mientras que la gran cripta principal tendrá un acceso para investigadores. Otros elementos como la muralla fenicia podrán divisarse a través de un vidrio, mientras que algunos muros quedarán "descarnados" para que se puedan observar los distintos estratos de las épocas constructivas.