La arqueología, de nuevo, rescata del olvido parte del pasado de Málaga. Como ya ocurriera en la Avenida de Andalucía con los restos del antiguo arrabal musulmán de Attabanim o en el solar de los antiguos cines Astoria y Victoria, la excavación ejecutada durante meses en el Convento de San Agustín, en el marco del proyecto de construcción de la nueva Biblioteca Provincial, ha permitido desenterrar y recuperar elementos "de alto valor" para el conocimiento de etapas pretéritas. Y que, conforme a la pretensión del Ministerio de Cultura, promotor de la actuación, serán puestos en valor.
De entre todos, llama especialmente la atención el hallazgo de una cripta de enterramiento localizada en el corredor del claustro próximo al ámbito de la Calle de Pedro de Toledo. Así consta en una resolución emitida por la Consejería de Cultura autorizando determinados cambios en el proyecto original.
En el expediente, que data de finales del pasado mes de septiembre, se describe cómo el 23 de enero de este mismo año, la empresa responsable de la investigación arqueológica se topó con la cripta cuando acometía la fase de trabajos previa a la excavación de los encepados de cimentación en el claustro.
Analizado y evaluado este hallazgo por equipo experto, "se determina que debido al buen estado de conservación del sistema de enterramiento subterráneo sería conveniente definir un registro practicable en su entrada desde la planta baja de la nueva biblioteca y de esta forma permitir su acceso posterior".
Con este objetivo, se pone sobre la mesa la posibilidad de realizar la apertura de un hueco en la losa armada de la planta baja, reforzado por zunchos de borde, sobre la que se apoyará un angular perimetral que servirá de cierre del registro. Dicho elemento, se precisa, "garantizará una adecuada estanqueidad, evitando un elevado grado de permeabilidad del aire hacia el interior de la estancia".
Este es uno de los ajustes que se demandan respecto al proyecto original de Cultura. No obstante, en el expediente, que fue analizado por la Comisión de Patrimonio, se relacionan otras modificaciones relacionadas con el cambio de distribución de espacios interiores ante la aparición de restos arqueológicos.
Uno de ellos incluye la sustitución de parte del forjado de madera conservado en la planta primera del claustro del Convento de San Agustín. En su nuevo planteamiento, se propone conservar exclusivamente la parte sana, "a los efectos de poder observar la trazabilidad estructural primitiva".
Se indica que de las 12 vigas existentes 9 deben retirarse, "por no garantizar unas condiciones adecuadas de seguridad estructural durante su vida útil". Las mismas serán sustituidas por elementos metálicos acordes a los existentes en el resto del forjado del claustro. Sí prevé mantener y restaurar 3 de las vigas de madera que, aun presentando una pérdida de escuadría, conservan una madera sana en el corazón del elemento.
Con el fin de promover su conservación, "se instalará un suelo de vidrio de seguridad transitable, que salve la luz entre los elementos primitivos, de forma que permitan ser visualizados por parte de los usuarios del inmueble".
Otra de las peticiones afectan a la configuración arquitectónica prevista en el proyecto tras el informe arqueológico. Con ello se busca evitar cualquier alteración en el subsuelo a causa de la cimentación prevista. La modificación afecta únicamente al cuerpo completo frente a la calle San Agustín, así como al volumen central del mismo que sirve de transición al claustro del convento.
"Debido al alto valor arqueológico de los hallazgos recuperados, no resulta posible intervenir sobre la cimentación existente, por lo que la actuación a llevar a cabo en el cuerpo frente a la calle San Agustín quedará limitado, con carácter exclusivo, a la consolidación de los paramentos verticales y a la sustitución de los forjados unidireccionales", se señala en el documento.
Esto hace que se opte por trasladar la zona de Archivos, desde la planta semisótano del cuerpo frente a la calle San Agustín, al volumen situado en el espacio central en su planta primera; el núcleo de comunicación vertical pasará de la planta semisótano al vestíbulo principal del cuerpo frente a la calle San Agustín. También serán reconfigurados los espacios interiores del cuerpo frente a la calle San Agustín.
Un viaje en el tiempo
Lo que parece evidente es que la fase arqueológica realizada sobre el inmueble, que data del siglo XVI, ha permitido profundizar en un viaje de más de 25 siglos. Tras una primera etapa fenicia, que coincide con la fundación de la ciudad entre los siglos VII y V antes de Cristo, destaca el hallazgo de una batería de piletas de la época romana donde se almacenaba el "garum", la salsa a base de pescado por la que Málaga era famosa en la capital del Imperio.
Ya a partir de la Reconquista cristiana, han sido hallados restos de edificios de nobles y, de la época desde la construcción del convento, las criptas donde eran enterrados los monjes agustinos, con numerosos restos óseos, otro de los grandes descubrimientos. También han salido a la luz vestigios de aljibes de la época conventual e, incluso, de la estancia en la ciudad de las tropas napoleónicas durante dos años.
De acuerdo con las previsiones actuales, las piletas romanas serán visitables, mientras que la gran cripta principal tendrá un acceso para investigadores. Otros elementos como la muralla fenicia podrán divisarse a través de un vidrio, mientras que algunos muros quedarán "descarnados" para que se puedan observar los distintos estratos de las épocas constructivas.