La moda de convertir locales comerciales en viviendas se acelera en Málaga. El fenómeno, más que evidente en los últimos años, tiene continuidad de manera apreciable en los dos primeros meses del año, en los que la Gerencia de Urbanismo ha concedido 45 licencias para el cambio de uso. El dato supone una media algo superior a los 5 por semana y confirma el interés que este tipo de operaciones sigue despertando entre los propietarios de estos inmuebles.
Especialmente relevante es el comportamiento en febrero, cuando, según los datos de licencias del organismo municipal, fueron validados más de 40 proyectos de cambio de uso. La inmensa mayoría de ellos con el objetivo de abrir al uso residencial lo que antes era una tienda o un establecimiento; aunque se cuenta algún expediente que tiene como protagonista una oficina.
Como consecuencia de estas autorizaciones, en estos dos primeros meses del año se ha abierto el camino para la ejecución de unas 65 viviendas en un total de 47 locales comerciales. A estos hay que agregar tres unidades residenciales más en otras tantas oficinas.
Es llamativo el aprovechamiento que se pretende sacar de un local de poco menos de 200 metros cuadrados de la calle Ingeniero de la Cierva y que va a ser dividido para dar cabida a cuatro viviendas. En el expediente no se precisa la superficie de cada una de ellas, pero es obvio que van a ser de un tamaño muy reducido.
Algo semejante se pretende hacer en Héroe de Sostoa con un local va a ser desgajado en tres viviendas de 55,72, 41,27 y 40,99 metros cuadrados, respectivamente. Algo semejante ocurre en las calles Benahavís y Góngora, donde otros dos espacios comerciales van a ser adaptados para tres viviendas. Todos estos inmuebles se localizan en el distrito de Carretera de Cádiz.
Precisamente, el impacto que la transformación de antiguos espacios comerciales a pisos turísticos está teniendo sobre algunos barrios de la ciudad ha hecho que el Ayuntamiento ya esté manejando la posibilidad cierta de aplicar una moratoria. No obstante, salvo novedad, la misma no se aplicará de manera inmediata, sino en el marco de las medidas que se están estudiando para poner coto a la proliferación de las viviendas turísticas.
Y, por lo que se sabe, no va a ser algo inmediato. Porque por más que la voluntad municipal sea la de avanzar en la regulación de esta modalidad de alojamientos, la realidad es que aún no tiene marcado el rumbo a seguir. Con este objetivo, según ha podido saber EL ESPAÑOL de Málaga, se maneja la opción de contratar una asistencia técnica que ayude a afrontar el proceso.
Hasta que se ponga en marcha el mecanismo, es de esperar que la concesión de permisos por parte de Urbanismo a promotores o particulares que quieren seguir aprovechando el tirón actual del sector inmobiliario no se frene.
Casi 200 viviendas el año pasado
¿Qué ocurrió el año pasado? Los datos recopilados por este periódico, tomando como fuente los expedientes de licencias de Urbanismo, elevaban a 125 las autorizaciones otorgadas, con posibilidad de desarrollo de unas 170 viviendas. Eso hasta el mes de noviembre, con lo que no es descartable que el ejercicio cerrase con unos 200 inmuebles.
Advierten, eso sí, los expertos, de que antes de aventurarse a afrontar un cambio de uso es preciso conocer la viabilidad o no de la operación, porque no en todos los inmuebles es posible de acuerdo con la normativa municipal. Y es por ello aconsejable comprobar el número máximo de viviendas permitidas en el edificio donde se encuentra el inmueble a transformar.
La manera más sencilla es dividir el número de metros cuadrados construidos de uso residencial del inmueble por una media de 70 metros. El resultado será el número máximo permitido, con lo que en el supuesto de que el número de viviendas sea inferior al valor obtenido, cabría la posibilidad de cambiar el uso.
A partir de ahí, el proceso es simple, quedando acotar los costes a afrontar. Un cambio de uso que no requiera de obras puede exigir una cuota mínima de unos 120 euros, cifra que se incrementará en caso de que sí sean precisas actuaciones de adaptación del inmueble. En ese supuesto, el coste medio de las tasas puede ser de unos 7,5 euros por metro cuadrado de superficie construida. Cifras a las que habrá que sumar el coste de la intervención de adecuación.