El pasado sábado, el cuerpo sin vida de Carlos Rueda, que estaba desaparecido en Málaga desde el 8 de abril, era hallado en el arcén de la MA-20 a la altura del falso túnel de Carlos Haya. La Policía Nacional, con la colaboración de Policía Local y Protección Civil, trataba de localizar a esta persona desde el día 10 de abril, cuando la familia interpuso una denuncia por la desaparición del septuagenario.
Avanzada la investigación y tras los informes preliminares de la autopsia, fuentes policiales han confirmado a EL ESPAÑOL de Málaga que detrás de la muerte del anciano, que padecía problemas de salud mental y de colon, no se observan indicios de criminalidad ni la participación de terceros en el caso.
La búsqueda del anciano se centró, en un principio, en su barrio, La Corta, así como sus inmediaciones. Algunos vecinos lo vieron deambulando por la zona, pero en ningún momento se dejó ayudar cuando se le ofrecía llevarle a casa. Rueda nunca había faltado en casa ninguna noche, según contó su nieta a este periódico.
El pasado lunes, 8 de abril sobre las seis y media de la tarde, su familia lo vio por última vez con vida. Dijo que iba al Centro de Málaga a pedir dinero, como solía hacer habitualmente, frente al Corte Inglés. Pero nunca volvió. El sábado por la tarde, la incertidumbre acabó con el peor de los escenarios posibles.