El fenómeno de la vivienda turística, lejos de frenar, sigue expandiéndose por la provincia de Málaga y, de manera muy particular, por la capital de la Costa del Sol. Los datos oficiales de la Junta de Andalucía confirman que son ya más de 12.000 (12.022) los pisos turísticos registrados en la base de datos de la Administración regional, con casi 62.600 plazas. La cifra se dispara en la provincia a un total de 72.784 pisos.
Lo llamativo de esta estadística no es solo el volumen real, sino cómo la misma se ha incrementado desde que a finales del pasado mes de enero el Gobierno andaluz tomó la determinación de modificar determinados aspectos del decreto regional para que sean los ayuntamientos los que puedan intervenir, poniendo límites al sector.
La realidad es que cuatro meses después se han incorporado al Registro de Turismo 5.300 nuevos alojamientos en la provincia, de los que casi 1.200 se localizan en la ciudad de Málaga. Esto representa una media de 10 cada día en la urbe malagueña.
Y, salvo sorpresa mayúscula, la bolsa de inmuebles de esta naturaleza seguirá engordando. En buena medida por el deseo de los propietarios que tienen esa posibilidad de dar de alta sus inmuebles y anticiparse a una posible restricción por parte del Ayuntamiento de la ciudad.
Por más que el Consistorio ha anunciado su intención de tomar cartas en el asunto, apuntando la necesidad de realizar una modificación del Plan General de Ordenación Urbanística, no existe aún una hoja de ruta clara. De hecho, incluso en el caso de que la Gerencia de Urbanismo allane por completo el camino burocrático para establecer porcentajes máximos de este uso turístico en determinadas zonas de la ciudad, su aplicación necesitará aún de meses.
El último movimiento dado por el departamento encabezado por Carmen Casero ha sido el de adjudicar a una empresa sevillana, la misma que ha elaborado el Plan de Vivienda y Suelo de Málaga, una asistencia técnica para analizar la situación del sector, medir la verdadera presencia de los pisos turísticos, así como su situación legal. La intención del equipo de gobierno es que sea un punto de partida para avanzar en la adecuación del planeamiento.
La comparativa de los datos oficiales permite medir parcialmente la dimensión de un fenómeno que, en determinados barrios, es desde hace tiempo motivo de conflicto. Y no sólo en el Centro histórico, cuyos residentes vienen denunciando desde hace años por el impacto negativo de esta modalidad, sino también es espacio tradicionales de la periferia, donde los habitantes, generalmente de avanzada edad, tienen que convivir con turistas que entran y salen cada pocos días. Y no siempre cumpliendo las normas más elementales de civismo.
Los 12.022 alojamientos ahora inscritos en el Registro de Turismo de Andalucía son prácticamente 2.000 más que en agosto de 2023, cuando se superó la barrera de las 10.000 unidades. A finales de 2022, la cifra era de 8.327 pisos.
El privilegio de haber sido la vivienda turística número 12.000 en la base de datos autonómica corresponde a una vivienda localizada en la Carretera de Capuchinos. Algo más de ocho años antes, el 11 de mayo de 2016, fue cuando aparece la primera referencia en este listado, correspondiendo a un inmueble situado en la calle Mezquitilla.
El crecimiento, año a año
Atendiendo a la fecha de inscripción, 800 de los pisos turísticos de la capital fueron reconocidos formalmente en 2016 (aunque muchos de ellos empezaron a operar más tarde); otros 1.257 corresponden al año 2017. La cifra crece hasta 1.699 en 2018. En el año 2019 fueron 1.375 las referencias recogidas. Y la estadística cae claramente en el año de la pandemia de la Covid, 2020, con apenas 536 nuevas inscripciones. El dato vuelve a crecer hasta los 737 en 2021 y se dispara hasta los 1.655 en 2022.
Cuando se produce la verdadera explosión es en 2023, con 2.589 inscripciones en el apartado de viviendas turísticas solo en la capital de la Costa del Sol. ¿Qué ha sucedido en los cinco primeros meses de 2024? Que los mensajes oficiales sobre la intención de aplicar límites parecen haber provocado un efecto llamada, hasta el punto de contabilizar 1.374 nuevas inscripciones. Esto supone una media de 9 diarias, por encima de las 7 diarias de todo el año 2023.