El arranque de las obras de la que está llamada a ser una de las grandes operaciones inmobiliarias de Málaga, el desarrollo de La Térmica, se reprograma. Pese a que la intención inicial de los promotores privados del sector, liderados por el fondo de inversión Ginkgo, era iniciar los trabajos de urbanización a principios de este mes de junio, peticiones de última hora de la Dirección General de Costas, de la Dirección General de Carreteras y de la Consejería de Cultura van a obligar a posponer a septiembre u octubre el paso definitivo.
Así lo confirman fuentes próximas a la iniciativa, que va a suponer una inversión próxima a los 150 millones de euros. Estas mismas fuentes aclaran que ninguna de las peticiones realizadas por estos organismos tiene carácter "suspensivo"; es decir, no van a afectar de manera seria al calendario ni implica la aportación de documentos de peso.
Quizás el de mayor valor es la demanda de Cultura, que ha solicitado a los promotores un informe arqueológico del sector. Lo que en otros emplazamientos de la urbe, caso del Centro histórico, sería motivo de preocupación, no parece serlo en la parte más extrema del litoral oeste de la capital de la Costa del Sol.
De hecho, en el marco de la tramitación burocrática de todo el expediente, incluyendo el plan especial y el proyecto de urbanización, se han ejecutado hasta 108 catas arqueológicas sobre los terrenos, con el objeto de determinar la posible incidencia arqueológica.
Pese a que el pistoletazo de salida de los trabajos se ha visto desplazados levemente en el tiempo, lo que parece mantenerse es la intención de activar "cuando antes" el proceso de comercialización de las viviendas que Ginkgo, junto a Inmobiliaria Espacio, va a desarrollar en el sector. Sobre ello, las fuentes apuntan a que durante el próximo mes de julio se pretende poner en marcha el proceso.
Será en ese momento cuando se podrán conocer todos los detalles de la tipología de vivienda que sale al mercado en La Térmica, así como sus precios. Todo hace indicar que los mismos se mantendrán en sintonía con lo que está ocurriendo en su entorno más directo, donde se levantan ya dos de las tres torres promovidas por Metrovacesa y Sierra Blanca, con valores que superan en muchos caso el millón de euros; o el edificio Octavia, de Nuovit, con pisos de hasta 3,5 millones de euros; o el Torre Mare, de Habitat, inmueble en el que el precio máximo roza los 850.000 euros.
Atendiendo a los detalles del proyecto de urbanización, que tiene un coste próximo a los 24 millones de euros, el calendario de obras se alargará unos 24 meses. Esta fase permitirá fijar la base de los casi 116.000 metros cuadrados sobre los que se levantarán un máximo de 870 viviendas, de las cuales 273 son de protección oficial.
Entre las cargas añadidas del sector se incluye la demolición y el traslado de la subestación eléctrica que actualmente se encuentra en una de las parcelas, lo que se valora casi en 12 millones de euros, así como la construcción de un aparcamiento subterráneo.
Fases de la urbanización
La primera de las fases previstas afecta a la manzana central del proyecto, así como a la superficie a urbanizar del paseo marítimo. Ello incluye dos viales que sumarán inicialmente 300 plazas de aparcamiento en superficie que, una vez liberado el espacio de la subestación se ampliarían hasta las 464 requeridas según la edificabilidad.
La segunda etapa de la urbanización abarca la zona norte y todos los viales perimetrales; es decir, la prolongación de la calle Villanueva de Algaidas, la calle Manolo Segura, el bulevar Pilar Miró, Camino de la Térmica y la avenida de Molière.
El desarrollo de La Térmica aúna los intereses de Ginkgo y del Ayuntamiento, que es propietario de casi la mitad de los aprovechamientos del sector. Tras meses de negociación, los dos socios cerraron el plan de reparcelación, que deja en manos privadas todo el desarrollo del residencial libre.
En el caso del Ayuntamiento obtiene aprovechamientos más que interesantes en su actual estrategia. Así, se queda con la reserva hotelera, que cuenta con un techo edificable de 11.550 metros (a materializar en un edificio de planta baja más 14 alturas), cuyo valor es de 11,5 millones de euros (a razón de 1.000 euros el metro). A esta cifra hay que agregar los 4.975.627 euros en los que se tasa el comercial de este mismo terreno (4.737 metros de techo, a 1.050 euros el metro).
La segunda gran pieza corresponde a las oficinas, con un techo de 12.564,8 metros (a materializar en un bloque de planta baja más 9 alturas), y cuyo precio de mercado se estima en 10.679.000 euros. A los mismos hay que sumar los 2.579.850 euros en los que se estima el valor de mercado de los 2.457 metros de techo comercial que hay en esta misma pieza de suelo.
Y hay una tercera aportación, correspondiente a los suelos de VPO (valorados en unos 5,9 millones), que ya fueron empleados por el Consistorio como pago por parte de los terrenos de Arraijanal. También obtiene de forma gratuita, libre de cargas y repartida en varios complejos inmobiliarios, 57.247,10 metros cuadrados de zonas verdes y libres, 6.377 metros para equipamiento deportivo y sistema general y 23.360 metros de viario.