A Pepe Suárez se le notan las ganas de regresar al tajo. Por tercer año consecutivo este doctor en Arqueología va a capitanear un equipo multidisciplinar e internacional, integrado por alrededor de 100 especialistas, que seguirá desentrañando los misterios de Cerro del Villar. Desde el 26 de agosto hasta el 20 de septiembre, este amplio contingente, entre los que destaca la presencia de miembros de la Universidad de Chicago, tomará el mando de las excavaciones.
EL ESPAÑOL de Málaga charla con Suárez para entender lo mucho que está por llegar en este yacimiento fenicio, uno de los más importantes de todo el Mediterráneo y donde, según concluyen todas las investigaciones, radica el origen de Málaga. Las dos primeras campañas de investigación permitieron al equipo continuar la labor realizada por María Eugenia Aubet, que concluyó en el año 2003.
Aquel trabajo original permitió conocer más detalles sobre el urbanismo de la ciudad fenicia que se levantó sobre estos suelos aledaños al río Guadalhorce y que data del siglo VIII a. C. Aquellas excavaciones permitieron sacar a la luz una calle principal, la calle comercial y un edificio en el perímetro.
"Queremos seguir definiendo esos edificios para ver si son residencias particulares de comerciantes, de familias importantes e incluso si podemos tener indicios de algún edificio público", expone Suárez como uno de los primeros objetivos. Otro de los retos es avanzar en el conocimiento de otra construcción descubierta en la campaña del año pasado, de gran tamaño, situada en lo que parece ser la línea de un posible fondeadero, donde apareció un ancla.
El doctor resalta, igualmente, la voluntad de añadir nuevos conocimientos sobre el pavimento de conchas encontrado, con el objetivo de determinar "si eso pudo ser parte de un almacén o un edificio que supera lo doméstico y que puede tener que ver con alguna infraestructura que podía tener a su vez un espacio de culto".
Excavaciones tras casi dos décadas
El regreso de los arqueólogos a Cerro del Villar, tras casi dos décadas de ausencia, ha permitido abrir nuevos frentes de exploración, respondiendo a algunos de los interrogantes sobre el origen y el modo de vida de este espacio urbano, al tiempo que generando nuevos misterios. Uno de ellos, sin duda, tiene que ver con una pieza de pequeño tamaño y que, a simple vista, pasaría casi desapercibida: un ungüentario.
Su descubrimiento el año pasado fue inesperado, adquiriendo la condición de acontecimiento festivo en la excavación. Su buen estado de conservación, pero, sobre todo, el punto exacto de la parcela en la que fue encontrado, han alimentado los enigmas que hay en torno a su aparición.
"¿Qué sentido tiene el ungüentario?" Se pregunta el propio Suárez, quien apunta que han aparecido piezas similares, pero formando parte de ajuares en contextos funerarios.
Ejemplo de ello es lo ocurrido con la necrópolis de Campos Elíseos, en la ladera del Monte Gibralfaro, en Málaga. "Lo que hemos visto es que en el Cerro del Villar es que esa pieza está ahí puesta, pero no aparece relacionada con ningún enterramiento ni ninguna cremación", explica. Razón más que suficiente para ampliar la excavación en el sector donde fue hallada “para ver qué está pasando en el Cerro del Villar”. "Es un misterio porque no guarda relación con otros hallazgos en otros contextos de Málaga", insiste.
"Hay que ver si son depósitos rituales, ofrendas de carácter cultual (RAE: 'Perteneciente o relativo al culto religioso') o un espacio funerario y no hemos dado con él. Nos tiene un poco expectantes porque no sabemos, es la primera vez que se detecta ese ámbito en el yacimiento y queremos ver en qué consiste", remarca. De acuerdo con los datos ya disponibles tras el estudio detallado que se ha hecho del ungüentario, la idea es que date de finales del siglo III o la primera mitad del siglo II antes de Cristo.
Con el objetivo de desentrañar el misterio del ungüentario, la pieza fue sometida a una tomografía. "Es como un TAC que permite ver el interior de los recipientes antes de proceder a su documentación; imagina una urna que contiene los restos de una cremación", explica Suárez, quien destaca que se trata de un avance muy útil antes de iniciar el proceso de extracción del contenido.
Esa labor, esencial, se ha llevado a cabo en el marco de la Unidad de Arqueometría recientemente inaugurada en los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación (SCAI) de la UMA y liderada por la doctora Lidia Cabello Ligero.
Restos romanos
Atendiendo a las explicaciones del líder de la expedición, la tercera campaña de excavación va a distribuirse en diferentes recintos. Otro de ellos estará centrado en la parte romana, cuya presencia queda en evidencia después de que fuese desenterrada una pileta, que se mantuvo en uso hasta el siglo V después de Cristo. "Pero queremos ver el origen de la factoría y para ello profundizaremos en ese perímetro e intentamos ver ya no cuándo se abandona, sino cuándo se construye".
"El sitio del Guadalmedina, la Malaka que conocemos, la entendemos como vinculada necesariamente al éxito de este primer proyecto de Cerro del Villar, donde se levantó un asentamiento con una importante extensión y una amplia complejidad"
La amplia labor ya desarrollada sobre este espacio, en diferentes etapas temporales, constata la envergadura del Cerro del Villar. Suárez es claro al confirmar que "el sitio del Guadalmedina, la Malaka que conocemos, la entendemos como vinculada necesariamente al éxito de este primer proyecto de Cerro del Villar", donde se levantó un asentamiento con una importante extensión y una amplia complejidad.
El equipo afronta ahora la tercera de las campañas de investigación programadas en el marco del acuerdo de la Universidad de Málaga con las instituciones públicas. Y, la previsión, es que el año que viene, se dé paso a una cuarta intervención. Pero, dadas las dimensiones del espacio, ¿cuántas campañas serían precisas para desentrañar los misterios del Cerro del Villar?
Suárez pone en valor que se trata de un yacimiento "muy rico" y que para intervenir plenamente en el mismo serían necesarias varias décadas. Por ello, subraya la necesidad de consolidar este proyecto como "el gran referente de la investigación arqueológica de Málaga". Un reto al que puede ayudar la dimensión internacional que ya tiene el yacimiento con el afianzamiento de la relación con la Universidad de Chicago.
"Es importante que lo que se está haciendo en el Cerro del Villar sea conocido más allá de nuestras fronteras; eso hace que el nombre de Málaga sea conocido internacionalmente", destaca Suárez, quien incide en que esa es otra de las "grandes" aportaciones de la labor que se viene realizando estos años, colocando este yacimiento "en primera línea de la investigación mundial".