La vieja aspiración del Ayuntamiento de Málaga por mejorar las condiciones estéticas y dignificar la imagen que actualmente presentan los bares y restaurantes de ciertos puntos estratégicos del Centro Histórico vuelve a estar sobre la mesa. De hecho, ya están siendo objeto de negociación con los empresarios hosteleros, a la hora de plantear un documento consensuado, los borradores de dos emplazamientos ciertamente conocidos: el entorno del Teatro Cervantes y la Plaza del Carbón.

La concejal de Comercio, Elisa Pérez de Siles, confirma que desde hace meses se viene avanzando en esta línea de acción, que quedará integradas en los denominados planes de aprovechamiento de esos sectores. 

A la espera de que próximamente se puedan conocer más detalles sobre la iniciativa, Pérez de Siles pone en valor la labor de apoyo que en esta materia están realizando la Gerencia de Urbanismo y la Oficina del Centro Histórico, por ejemplo. Uno de los aspectos que será objeto de revisión es el relacionado con los toldos que instalan los negocios en sus terrazas.

La idea es que a lo largo del mes de septiembre se disponga de un informe "exhaustivo" sobre el modo en que se han colocado, sobre cuáles son los que cumplen la normativa y, cuáles no. A esta primera aportación se añade la intención de que desde Urbanismo se profundice en el cumplimiento que los negocios hosteleros hacen de la nueva ordenanza de publicidad, de manera que esos preceptos pasen a ser incorporados como obligatorios dentro de los planes de aprovechamiento. 

"No solamente vamos a trabajar en la estética, en mejorar la imagen y la gama cromática, sino que además vamos a verificar ciertas normativas sectoriales", remarca la también portavoz del equipo de gobierno.

La pretensión de Comercio es la de abordar los planes de aprovechamiento de manera progresiva, de manera que su puesta en marcha permite comprobar el beneficio de su aplicación. "Vamos a tocar algunas zonas que son especialmente emblemáticas", comenta Pérez de Siles, quien precisa que el primer emplazamiento que está siendo objeto de negociación con los empresarios hosteleros es el entorno del Teatro Cervantes. "Me hace ilusión empezar por esta zona porque es un emplazamiento cultural de referencia y se puede mejorar la estética de los bares", explica.

La otra ubicación es la de la Plaza del Carbón, donde proliferan los negocios hosteleros. En ambos casos, ya hay borradores avanzados, sobre los que se quiere avanzar en las próximas semanas.

Aunque son los primeros emplazamientos, no serán los únicos en los que se quiere intervenir. La intención es que el trabajo se extienda a otras zonas neurálgicas de la hostelería malagueña como la Plaza de la Merced, la Plaza del Obispo, la Plaza de las Flores… 

Preguntada por si el objetivo final es que todos los bares y restaurantes luzcan el mismo mobiliario y colores, la concejala precisa que eso no será así, dado que no todos los establecimientos venden el mismo producto. "No es lo mismo exigir un mobiliario de unas determinadas dimensiones a un restaurante que a una heladería, que vende un producto mucho más pequeño", indica. En cualquier caso, una de las consecuencias de la aplicación de estos planes es la desaparición de las mesas y sillas de plástico, generalmente regaladas por marcas de bebida.

Confirma que sí se quiere que todos tengan una misma gama cromática y que pulan de manera minuciosa el factor estético, como es el caso de la rotulación, los separadores de las terrazas. "La finalidad es lograr que estéticamente y visualmente sea más bonito, más atractivo y que sirva también para dignificar el entorno en el se localizan", insiste.

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