El 15 de mayo del pasado año fue el peor día de Mariano Águila Calderón. Su padre, vecino de San Pedro de Alcántara (Málaga), tuvo un aparatoso accidente de moto. Su pronóstico era crítico. En el hospital le indujeron en coma debido a la gravedad de las heridas. Así estuvo 45 días hasta despertarse. Mariano ha lanzado una campaña en la plataforma Gofundme para recaudar dinero y así pagar la rehabilitación de su progenitor.
"Debido a la gravedad del accidente, mi padre actualmente presenta alteraciones motoras y cognitivas a causa del traumatismo craneoencefálico, las fracturas T5 y T6 afectaron a la médula, y al llevar ya 9 meses en el hospital no puede mover las piernas y los brazos solo parcialmente", cuenta en la plataforma de micromecenazgo donde ha recaudado hasta el momento más de 28.000 euros.
Su esperanza, dice en el texto de la campaña, no se agota "y es por eso por lo que os pedimos ayuda". Su padre necesita una residencia donde poder recuperarse con ayuda de psicólogos, fisioterapeutas y logopedas. "Es muy cara. El centro al que queremos llevarle está en Sevilla, a mucha distancia de casa, por lo que no podemos ir y venir, y necesita hospitalización", reconoce.
Con los ahorros que disponen pueden llevarle durante algunos meses, pero su tratamiento está programado para seis meses como mínimo y no tienen los medios económicos necesarios para ello. "Incluso con la dependencia reconocida (tras más de 6 meses de trámite), las ayudas no llegan y los números no salen", se lamenta Mariano.
Tras 45 días en coma, Mariano despertó y desde ese momento la cosa cambió. "Fueron muchos meses de idas y venidas. Poco a poco comenzaron los cambios. Empezó a mover los brazos, a respirar sin necesidad de la máquina (por varios problemas, le hicieron una traqueotomía por donde poder respirar) y a responder con la mirada", cuenta su hijo.
Tras estar 3 meses en Málaga, le trasladaron al Hospital Costa del Sol donde comenzó a articular alguna palabra y fue en septiembre cuando comenzó a reconocer a su familia (los llamaba por sus nombres). "Gracias a los profesionales de ambos hospitales, a día de hoy mi padre puede hablar, puede mover parte de sus articulaciones superiores, y puede comer", destaca.