El 16 mayo de 2009 fue detenido en el vestíbulo de un hotel de Marbella Raffaele Amato, capo del clan Amato-Pagano de la Camorra. A Amato lo llamaban El Español porque era uno de los hombres importantes de la mafia napolitana en España, hasta el 2002 fue el enlace entre los narcotraficantes históricos gallegos y el clan al que por entonces pertenecía: la familia Di Lauro.
Hablaba perfectamente español y cuando la policía le echó las esposas insistió en preguntar cómo le habían localizado. No se resistió cuando se percató que a los agentes españoles le acompañaban agentes de Nápoles. Un jefe siempre espera ese momento de la detención y ya era la segunda vez que lo detenían en nuestro país.
La organización de Raffaele Amato controlaba el barrio napolitano de Scampia y los municipios vecinos de Arzano, Casavatore, Mugnano y Melito. Eso no solo significa que vendían droga en ese territorio, también extorsionaban a los comerciantes y manejaban los contratos públicos de esas localidades. Amato dirigía una organización que generaba decenas de millones de euros al año, funcionaba como una gran empresa y él ejercía de presidente.
Tras esa importante detención, un juez de instrucción del Tribunal de Nápoles activó 109 órdenes de aprehensión contra los miembros de su clan para desarticularlo al completo. Es habitual usar la palabra capo cuando se detiene a un mafioso italiano sin que esa persona ostente ese cargo, pero Amato sí que es un capo real.
En Raffaele Amato está inspirado Salvatore Conte, el personaje de la exitosa serie italiana Gomorra interpretado por un extraordinario Marco Palvetti. Era una pieza clave del narcotráfico europeo y de la guerra entre los clanes Españoles de la Camorra contra el que hasta entonces era el clan mafioso más importante de Nápoles; los Di Lauro. Aquella contienda comenzó en octubre de 2004 tras un doble asesinato de dos miembros de los Di Lauro; que, en respuesta, dejó un reguero de muertos en pocos meses en la región de Campania (Italia) entre mafiosos y personas inocentes de las que salieron vencedores los clanes apoyados por los Amato-Pagano.
A ellos los llamaban Los Españoles, porque muchos mafiosos de esos clanes se refugiaron durante el conflicto en España. En un principio fueron subordinados de los Di Lauro pero todo se torció porque Paolo Di Lauro, capo de la familia, estuvo obligado desde 2002 a mantener un perfil bajo y a huir de la justicia delegando el poder en uno de sus hijos: Cosimo. Esta decisión no fue aceptada por varios capos aliados de los Di Lauro y optaron por revelarse contra ellos.
En octubre de 2004 Raffaele Amato, de mutuo acuerdo con otros capos camorristas, dejó de abonar la cuota mensual que el clan Di Lauro les solicitaba. La decisión de comenzar la guerra fue tomada en una reunión en Sitges (Barcelona) en septiembre de 2004, según ha contado el mafioso arrepentido Carmine Serrato. Los Amato-Pagano pagaban por vender droga en varios edificios de los barrios napolitanos de Secondigliano y Scampia. A principios de los 2000 eran los principales puntos de venta de droga de toda Europa.
Amato es el capo más carismático de Los Españoles y, antes de ejercer como jefe, también fue hombre de confianza del capo Paolo di Lauro. Y lo era por muchas razones: en 1994 recibió el encargo del propio Di Lauro para ser utilizado como fianza en un alijo de cocaína muy importante que debía de llegar a Nápoles. Ese año viajó a Colombia para encontrarse con narcos colombianos con los que ya tuvo en su momento contacto en España, y que lo mantuvieron retenido en una vivienda mientras la droga llegaba a Nápoles. Lo habitual en estos casos, en los que se habla de cantidades de varios millones de euros, es pagar algo menos de la mitad del alijo cuando llega al destino final, por lo que se utiliza a personas de relevancia de las organizaciones para asegurar el buen futuro de la operación. Si algo sale mal, la vida de la persona puesta en fianza corre serio peligro.
Raffaele Amato, Lo Spagnolo, comenzó siendo un sicario despiadado de los Di Lauro, por eso fue detenido la primera vez en 2005 en Barcelona por 8 asesinatos cometidos en la zona de Mugnano (Nápoles) entre 1991 y 1993. Arriesgó al desplazarse de Italia a España, porque un boss que abandona su territorio es muy probable que su hueco lo rellene otra miembro de la organización. Amato mantuvo su territorio.
Lo hizo porque sus contactos con narcotraficantes a nivel internacional le permitían ofrecer los mejores precios de droga de todo Nápoles. Y también gracias a Raffaele Imperiale, uno de los proveedores de drogas más importantes de Europa. Imperiale, nacido en Castellammare di Stabia al sur de Nápoles, mantuvo la existencia de los Amato-Pagano, porque sus entregas de cocaína y de otras drogas no fallaban —según las últimas revelaciones de varios mafiosos colaboradores de la justicia italiana—. También consiguió abastecer de armas a los clanes que quisieron hacer la guerra contra los Di Lauro.
Los camiones de basura
En agosto de 2006 Cesare Pagano, cuñado de Raffaele Amato y capo del clan Pagano, alquiló una villa en Marbella para disfrutar con la familia y recibir visitas de negocios. En una de esas tardes de agosto, se reunieron Cesare Pagano y Raffaele Amato con Raffaele Imperiale para charlar sobre nuevas inversiones mientras permanecían huidos de la justicia italiana. En esa época, con la droga que Imperiale les proveía a los seis capos de Los Españoles, ingresaban cada uno 15 millones de euros al año.
Los envíos de cocaína llegaban semanalmente a Nápoles en camiones de basura y de flores que iniciaban su trayecto en los Países Bajos, Imperiale vivió muchos años en Ámsterdam y ahí comenzó a establecer contactos con el narcotráfico internacional. En esa plácida tarde de agosto, Imperiale les ofreció a los dos capos la posibilidad de invertir en Dubái. No se tiene conocimiento si los Amato-Pagano aceptaron tal negocio, pero Imperiale por su cuenta si lo realizó. En 2006 el famoso Burj Khalifa aún se estaba construyendo, y los Emiratos Árabes Unidos estaban comenzando a despegar su economía. Imperiale era un adelantado a su tiempo, ahora Dubai es uno de los centro del crimen organizado mundial.
Estos últimos años ha refugiado a los principales narcotraficantes del mundo, incluido a él, y mucho dinero sucio ha sido invertido alli. Para comunicarse con los capos, Imperiale les entregó a cada uno un móvil Blackberry con un sistema de encriptación realizado por unos hackers rusos. Lo que Encrochat o Sky ECC realizaron estos últimos años, Imperiale lo hacía hace tres lustros.
Las inversiones en la Costa del Sol
Raffaele Amato, aparte de disfrutar en Málaga, invirtió en el sector inmobiliario en la Costa del Sol. Lo hizo a través de la inmobiliaria La Mer Vacanze Inmobiliare con sede en Barcelona. Tras ser detenido en 2009, se le incautaron en la provincia varios inmuebles por valor de dos millones de euros y tres millones de euros en efectivo en una cuenta bancaria en Montecarlo. El año pasado fue mencionado en los Pandora Papers, revelando que su dinero fue blanqueado por una empresa ficticia desde el Reino Unido para adquirir propiedades en España.
La forma con la que blanqueó parte de su dinero en Málaga fue la siguiente: unos testaferros del clan camorrista abrieron 4 cuentas corrientes en el Banque Monegasque de Gestion con 3.318.000 euros. Primero transferían el dinero a la sociedad offshore Palm Tree Enterprise con sede en las Islas Vírgenes Británicas. Esa offshore era gestionada desde el banco inicial y era titular un empresario del sector de la alimentación de Casavatore, un municipio controlado por los clanes Amato-Pagano.
Luego, el dinero se volvía a transferir a otra cuenta bancaria, esta vez a una del National Westminster Bank de Londres. Ese banco británico era el último paso para que el dinero llegase a España. Elmelinda Pagano, mujer de Amato y hermana de Cesare Pagano, fundó la sociedad La Mer Vacanze Immobiliare en 2003 con la apariencia de una inmobiliaria en Barcelona. Desde esa sociedad, adquieron terrenos en la Costa del Sol con la idea inicial de Raffaele Amato de construir dos urbanizaciones en esas propiedades. No se realizó esa obra porque el clan comenzó a desarticularse. Todo este entramado societario antes detallado se dirigía desde Radnor Inv, un holding de Panamá.
Los Amato-Pagano siempre tuvieron predilección por Málaga, como reveló Biagio Esposito, exmiembro del clan, que afirmó en un interrogatorio en diciembre de 2010 que un miembro de la organización era propietario de un chalet en Alhaurín de la Torre junto al de un familiar del capo Cesare Pagano. En 2017 también se detuvo en Alhaurín de la Torre a un importante miembro de los Amato-Pagano: se trataba de Giuseppe Lavarone. Se escondía también en un bonito chalet del municipio, y en ese momento ejercía de enlace del clan entre España e Italia.
Raffaele Amato se encuentra ahora mismo en la prisión Bancali de Cerdeña bajo el régimen carcelario 41bis, el más de duro de Europa porque se aisla a los capos mafiosos totalmente del mundo exterior. Sus días dorados en la Costa del Sol quedan lejos.