¡Cómo será la cosa que hasta Obama se ha dejado caer por Málaga! Está la agenda local últimamente como para un compromiso. Seguro que les ha pasado: ese primo al que ven "de higos a brevas", que pocas veces se preocupa del estado de salud la familia pero que, así sin mucho margen, le llama para decirles que viene de visita en un par de días. Típico aprieto, mitad provocado por la falta de ganas de ver al aludido, otra mitad merced a un calendario no apto para agendas improvisadas.
Es un poco lo de estos días en Málaga, que de pronto te trae a la selección española a La Rosaleda (¡qué ganas demostró tener ese campo de fútbol de primer nivel), que lo mismo reúne en un fin de semana a los líderes políticos de las principales fuerzas del país… que lo mismo viste de largo su Palacio de Ferias, para albergar una cita que viene para quedarse, y cuyo prestigio se demuestra con el cartel inicial, con ‘ un tal’ Obama como primer espada. ¡Vaya plaza, vaya corrida, vaya toros!
Vino el presidente número 44 de los Estados Unidos de América este lunes. Lo hizo para protagonizar la apertura de un encuentro que finaliza ahora y que ha vuelto a poner a Malaga en el mapa. Ya lo estaba, pero cada vez se acostumbra más a situarse ahí, en el centro de la atención mediática nacional e internacional. Cerca de 14.000 congresistas se debaten estos días entre acudir al DES 2022 o, sencillamente, hacer pellas y plantarse en una de nuestras playas a comerse un buen espeto (o unos boquerones al limón!); a visitar los buques insignia de nuestro amplio catálogo de museos; o a pasear por unas calles que reciben al de fuera como si fuera de casa… e incluso mejor. Málaga benéfica y hospitalaria. ADN de ‘la verde y morá’.
 
La ciudad está de punta en blanco porque se sabe en el objetivo. Tal vez el blanco no sea tan blanco como siempre, porque aún se dejan sentir (y mucho) los efectos de la calima, pero ya me entienden. Todo bien plantado, el mantel siempre estirado y la puerta sin pestillo, para que se sucedan, uno tras otro, acontecimientos que nos pueden hacer sentir orgullosos de lo que se ha ido construyendo entre todos, con el impulso de una administración a la que hay que reconocerle el empeño, las ganas, el esfuerzo en momentos de viento en contra y la persistencia incluso cuando algunos criticaban la apuesta municipal por algo que, a su parecer, no servía.
Ejemplos de lo que les cuento hay. ¡Vaya que si los hay! Bendita hemeroteca, que nos ayuda a recordar, por ejemplo, lo que un todavía por entonces portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento, Juan Cassá, decía de la iniciativa como Málaga Valley, que sirvió de germen para todo lo que viene ocurriendo a la ciudad en estos años. Ojo que estas cosas no tienen un único padre, y el árbol toma fuerza a razón de las muchas semillas plantadas, pero no deja de ser curioso revisar (con el desembarco de grandes multinacionales, con la apuesta de buques insignia del sector tecnológico). En septiembre de 2015 se aventuró a dejar perlas como que “no sirve para nada” o que, sencillamente, lo de Málaga Valley era “una chapuza”.
Motivos, todos ellos, que provocaron que en ese momento, el gobierno municipal retirase la financiación a un proyecto llamado a ser reclamo para las principales empresas nacionales e internacionales, con el objetivo de crear un ecosistema de innovación, bajo la marca de Málaga. ¿Les suena? “Nos parece muy bien que exista, porque no hace nada malo, pero que no dependa de fondos municipales”, decía la por entonces portavoz socialista en la Casona, una María Gámez que afeaba que la incitaba no “tuviera utilidad práctica y atendiera problemas reales”. La hemeroteca y su peso en oro.
Como es el tiempo el que da o quita razones, toca reconocer que aquella foto que dos o tres veces al año se hacían en las escalinatas del Ayuntamiento acabó por cuajar. Pocos entendían su relevancia. Fuimos muchos los que por momentos pensamos que había más humo que realidades palpables en esas instantáneas y solo algunos supieron reconocerle a esos encuentros el peso real que tenían: el germen de la ciudad tecnológica que se ha ido montando, y la base de un proyecto que ahora empieza a recoger frutos de nombres Dekra, Vodafone, Globant, TDK o la mismísima Google.
Innovación, como llave para la atracción de riqueza y por tanto, generación de empleo. Un plan que parece haber salido bien al Ayuntamiento de Málaga, al que el propio Pedro Sánchez reconocía esta semana su impulso, en el marco de esa gran cita internacional, el DES 2022, que la capital acoge con orgullo… cómo quiere acoger las próximas cuatro ediciones (ya firmadas y con el listón alto, sin duda)… y como quiere acoger (ya veremos) la Exposición Internacional de 2027. De reto a reto y tiro porque me toca.
Y sí: Obama dijo poco. Una conferencia de una hora contada (a no sé qué puñado de euros el minuto), en la que pocas conclusiones se pudieron sacar, más allá de lo valioso de vivir de primera mano un encuentro con alguien de la magnitud de tal ponente. Y seguramente esa es la clave. Seguramente es ese el valor real de contar en casa con tal personaje, porque más allá del discurso… de su mensaje… su nombre llena hoteles y eleva la marca Málaga a cotas impensables hace sólo quince años. Es el valor real de la conferencia de Obama. Al tiempo.