La madre de Sibora Gagani: "Todavía no sé qué día exacto Marco mató a mi hija. ¿Es justo que solo él lo sepa?"
- Elisabetta Shahini se siente desinformada respecto al caso de la joven y se muestra indignada con la pena que la Fiscalía pide para el italiano por el crimen de Paula, que fue clave para hallar el cadáver de Sibora tras 9 años desaparecida.
- Más información: "Te voy a hacer lo mismo que a Sibora": piden 28 años de cárcel para Marco por matar a Paula en Torremolinos
Más de 2.000 kilómetros separan la casa de Elisabetta Shahini, en Nettuno, Italia, del piso del barrio de El Calvario de Torremolinos, donde se localizó en julio del año pasado el cadáver de su hija, Sibora Gagani, tras nueve años desaparecida. Estaba en una caja, tras una pared, y en su pecho reposaba aún un ramo de flores marchitas. Su cuerpo fue localizado tras la confesión de su presunto asesino y expareja, Marco, apenas unos días después de que este matara también a otra joven, Paula, en el mismo municipio. El asesinato de Paula acabó provocando que se resolviera en dos semanas el sufrimiento de casi de una década.
Tras unos meses muy duros, el 18 de noviembre de 2023, la familia de Sibora pudo enterrarla en su tierra natal. Al fin podían sentirla cerca. Por fin tenían un lugar en el cementerio donde llorarle y recordar los momentos vividos con ella tras tanto sufrimiento. Sin embargo, un año después del entierro, los sentimientos de la madre de Sibora son muy difíciles de explicar con un simple puñado de palabras. Se siente abandonada, desinformada y muy sola en Italia.
Se ha enterado por la prensa de que la Fiscalía ha pedido 28 años de cárcel para Marco por el asesinato de Paula y el maltrato que ejercía sobre ella durante años. También ha conocido por los periódicos que el presunto asesino de su hija amenazó a Paula diciéndole literalmente que "le iba a hacer lo mismo que a Sibora".
"Esto es muy duro. 28 años por lo de Paula me parece una pena muy escasa y ojalá sean muchos más", dice la mujer, que insiste en que está muy enfadada e indignada porque siente que "ya nadie se acuerda del caso de Sibora".
"Todavía no sé qué día exacto Marco mató a mi hija. ¿Es justo que solo él lo sepa y yo no?", expresa Elisabetta con rabia. Un año después de enterrar a su hija, asume que el dolor es aún más grande porque su hija "está dentro de una tumba y solo puedo verla a través de una foto en el cementerio y él sigue vivo".
"Quiero justicia. Quiero que esta pesadilla acabe cuanto antes para que Sibora al fin descanse en paz de una vez. Este hombre debe pasar la vida en la cárcel por matar a dos niñas que solo son culpables de haberse cruzado con él", sostiene. Para ella, "ningún castigo vale" después de haber sufrido tanto tiempo.
Si el fiscal pide 28 años por el maltrato y el asesinato de Paula, reconoce que espera que por Sibora solicite "muchos más". "Hay que recordar que escondió el cuerpo durante nueve difíciles años", lamenta.
Cronología
La noche del 6 de junio de 2023, la Policía Nacional encontró el cadáver de Sibora en el interior de una caja de madera emparedada tras una pared de la vivienda en la que la joven vivió con su expareja y presunto asesino, Marco.
El hallazgo no fue casual. Llegó tras nueve años de incertidumbre a raíz del crimen de Paula, otra joven que tuvo la mala suerte de unir su camino con el de Marco, al que, cabe recordar, dos mujeres habían denunciado antes por violencia de género. Estos antecedentes, sin embargo, no hicieron saltar ninguna alarma y el 17 de mayo el italiano la mató a cuchilladas.
Durante una discusión, le asestó varias puñaladas con el cuchillo profesional de cocina que días antes había sustraído del bar donde trabajaban hasta causarle la muerte. Ella llevaba puesta una mochila en la espalda, pues "estaba intentado huir de la casa cuando le asestó la última puñalada, mortal, por la espalda", dice el fiscal.
Tras el suceso, Marco se dio a la fuga y así se inició una persecución que acabó con su detención horas más tarde a pocos metros del lugar de los hechos. Apenas un día después, el 18 de mayo, EL ESPAÑOL de Málaga desveló en primicia que una expareja de Marco había desaparecido en 2014 también en Torremolinos. Era Sibora. Pese al transcurrir del tiempo, no había ni una pista ni un rumor sobre su paradero. Ni tampoco una llamada al pequeño pueblo romano de Nettuno donde reside parte de su familia.
Sin embargo, tras el crimen de Paula comienza a pronunciarse por primera vez el nombre de Sibora. En ese momento, la Policía Nacional, centrada únicamente en la figura de la joven asesinada esos días en Torremolinos, amplía el foco de análisis y asume la necesidad de desentrañar lo ocurrido también con la joven italiana.
La historia da un giro radical cuando, según confirma oficialmente la Policía, Marco confiesa de manera espontánea que él había matado a Sibora y que había escondido su cuerpo tras una pared en el piso en el que ambos vivieron en la misma localidad malagueña donde asesinó a Paula.
En los primeros intentos, los agentes de la Brigada Local de Policía Judicial de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena, con la colaboración del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas -GOIT-, usaron densímetros y microcámaras para inspeccionar el interior de las paredes de la vivienda, pero no lograron ningún resultado.
Tampoco fueron fructíferas las dos inspecciones oculares realizadas por la Policía Científica ante la sospecha de que Marco hubiera usado alguna sustancia abrasiva para acabar con las pruebas.
No fue hasta la noche de este martes cuando, en un cuarto intento, los agentes acuden al piso junto de profesionales adscritos a Sistemas Especiales de la Subdirección General de Logística e Innovación para probar una "novedosa técnica" con instrumental de rayos X.
Las oportunidades de esta tecnología junto a la información aportada por los entonces actuales inquilinos de la vivienda fue lo que acabó abriendo paso a un nuevo capítulo, presumiblemente el último, del caso Sibora.
Tras localizar una alteración en la construcción de una de las paredes del inmueble, gracias a la colaboración de los vecinos, que descubrieron que los dos áticos que debían ser gemelos, no lo eran, los agentes se dispusieron a echarla abajo y fue ahí donde, rodeada de cal, localizaron una caja de madera en cuyo interior estaba el cuerpo de una mujer, todo parece indicar que el de Sibora. Sobre ellos, un ramo de flores. Y en una bolsa, un cuchillo manchado de sangre con el que presumiblemente la había matado.
28 años de cárcel, indemnizaciones...
Para el fiscal, el asesinato de Paula a puñaladas se trata de un delito de asesinato en el ámbito de la violencia de género, por el que pide que se le imponga al acusado la pena de 25 años de cárcel, y de otro de malos tratos habituales en el ámbito de la violencia de género, por el que solicita una pena de tres años de prisión. Considera que concurre la circunstancia que agrava de parentesco y de género.
Insta a que se le retire la patria potestad respecto al hijo con la víctima y que se indemnice a cada uno de los tres menores, a través de la representación que ostenta el Servicio de Protección de Menores de la Junta de Andalucía, con 139.878 euros; así como a cada uno de los progenitores de la fallecida en 108.932 euros y a los hermanos, a una con 23.828 euros y a otro con 31.565 euros.
La acusación particular en representación de los padres y hermanos de la víctima, dirigida por el letrado Guillermo Smerdou, se ha adherido a la calificación del fiscal. El juicio se celebrará por el procedimiento del Tribunal del Jurado.
En una carta manuscrita remitida al Juzgado de Instrucción número 3 de Torremolinos, que instruye ambas causas, el hombre reconoció parte de culpa en lo ocurrido con Paula y se mostró "totalmente arrepentido", apuntando, según su versión, que ella le habría atacado con un cuchillo por celos, hubo un forcejeo y en algún momento de la pelea la agarró por el cuello, aunque no recuerda todo lo que pasó. También negó haberla maltratado.
Respecto a Sibora, causa que aún se está instruyendo, dijo que no es el responsable de su muerte, que solo ocultó el cuerpo, aludiendo en una declaración ante el juzgado a la supuesta vinculación en los hechos de un grupo de personas (mafia albanesa) que le habrían dejado dinero a la víctima y que la habían amenazado.
Los informes realizados al acusado, apunta el ministerio público, determinaron que tiene sus capacidades intelectivas y volitivas "conservadas" y por tanto, "sabía lo que hacía y quería hacerlo"; además de que concluye que "desvalora a sus parejas, su único valor es ser las madres de sus hijos".
Esos estudios también reflejan "celos, impulsividad y dependencia emocional de sus pareja, pero baja empatía y frialdad emocional, fuerte control de sus parejas, sesgos cognitivos respecto a roles de género, y factores de riesgo compatibles con violencia física y psíquica, aunque no sea posible establecer un perfil invariable de maltratador".
En este sentido, la madre de Sibora a EL ESPAÑOL de Málaga que Marco trataba de ser muy gentil con la familia de la joven, pero lamenta que solo lo fuera "en apariencia". "No sé cómo era con mi hija, desde luego me cuadra que la engatusaba... Pero si hubiera sido tan bueno, no la mataba", zanja.