Un refugio antiaéreo de la Guerra Civil escondido en pleno centro de Málaga
En 1936 se construyó un túnel de 50 metros a espaldas del Banco de España, en la calle Guillén Sotelo, para proteger a los concejales republicanos.
31 julio, 2021 17:03Noticias relacionadas
¿Alguna vez has subido a la Alcazaba de Málaga por el ascensor? ¿Has visto una vieja cancela con un cerrojo al lado del acceso, a espaldas del Banco de España? Para muchos habrá pasado desapercibida, pero tras esa puerta se esconde un fascinante refugio antiaéreo de la Guerra Civil. Un trocito de nuestra historia en pleno centro de la ciudad que lleva 85 años oculto a ojos de la mayoría de transeúntes.
El túnel de 50 metros fue excavado en 1936 para proteger a los concejales republicanos del Ayuntamiento. Este no disponía de un sótano para protegerlos de las bombas del bando nacional. El periodista Alfonso Vázquez aclara en un artículo de La Opinión de Málaga el motivo, revelado por el historiador Manuel Olmedo: "La aviación de los nacionales tenía como principal objetivo el Banco de España".
La jefa de Patrimonio Histórico-Artístico del Consistorio, Fanny de Carranza, y el operario municipal Alfonso Gómez enseñan con suma amabilidad el espacio en calle Guillén Sotelo donde por momentos una debe ir en cuclillas. Al entrar, se divisa de inmediato una sala más ancha a mano derecha. "Empezaron a excavar por allí pero debieron dar con la pizarra y pararon", aclara la arqueóloga.
El cerro de la Alcazaba está lleno de pizarra en su interior. "Si las lajas están muy verticales y le quitas el sustento, caen como cuchillos. Es poco estable. Se debe de revestir. Pasó con el túnel de la Alcazaba y se revistió de hormigón", explica. Más adelante, se ve otra sala en dirección a la Aduana. La arqueóloga siempre la ha visto llena de tierra, humedad y desprendimientos de pizarra.
De Carranza lleva interesada en el refugio desde hace 43 años, cuando empezó a trabajar en el Ayuntamiento como auxiliar administrativa. "Desde el principio vi que había una puerta ahí. La abrimos, nos metimos y lo que había era un pasadizo estrecho, oscuro, que tuvo en su momento hasta conducción de luz", cuenta entusiasmada la técnica superior de arqueología con plaza desde 1991.
"Que yo conozca sólo se conserva este refugio en Málaga ciudad. Lo que hay en el bar La Odisea, en la Coracha, no es refugio. Es una mina de agua. Quizá haya más en la provincia, pero como nunca han tenido un uso", reconoce De Carranza, que aclara que nada tiene que ver este con los kilométricos refugios de Almería o Cartagena. Estos tenían como objetivo proteger a la población.
A la arqueóloga le gustaría poner en valor el espacio, aunque no es fácil. "Hay que bajarle el suelo bastante (nunca ha visto el suelo virgen), quitarte toda la tierra de los desprendimientos y dotarlo de iluminación", enumera. La técnica y el operario están pendientes a diario de no haya desprendimientos importantes y controlan que no ocurra ningún percance. No hay un mantenimiento del espacio como tal.
Como pega con la puerta de la Alcazaba, muchas veces la gente lo confundía con el acceso. Éste se excavó en los años 40 para montar un ascensor que no se hizo. En el 1992 (tras el desembolso en la Expo de Sevilla) se invirtió en la Alcazaba y Gibralfaro. El túnel y la chimenea del ascensor estaban cavados, se revistió y se puso en uso. "Este se quedó como siempre, con una cancela para que no se metiera nadie", aclara.
El túnel está excavado sin terminar y al fondo acaba abruptamente. "Tenían intención de continuarlo y ampliarlo, y darle una salida por el otro lado del monte. Nunca ha tenido uso. Málaga quitando los bombardeos del 37 no tuvo más", asegura. La arqueóloga insiste en que se debería limpiar y quitar la tierra de los desprendimientos. "Cuando llueve hay filtraciones por riego, ya que tenemos un aljibe encima", apunta.
Vida útil
El refugio, asegura, podría tener una vida útil. "Ahí no hay espacio para musealizar. Pero se podría abrir para que la gente entrara a verlo. O se podría limpiar, iluminar y poner unos paneles con unas fotos en la entrada. Y que quien se asomara en lugar de observar un boquete viera un refugio con fotografías y el plano del recorrido sin que tengan que entrar", pone como ejemplo.
De Carranza tiene intención de trasladar su petición a la gerencia de Urbanismo y así se permita la entrada a cualquier interesado en verlo. "Para ser visitable necesita del informe de los técnicos de la gerencia de Urbanismo, que saben si hay peligro de derrumbe importante. Quitar las filtraciones de agua para hacer instalación eléctrica", aclara.
La técnica piensa que "Málaga debe compaginar la conservación de sus restos arqueológicos y su pasado, que es fundamental que la gente lo conozca, con el desarrollo de la ciudad". "Las ciudades deben conocer su pasado para sentirse orgullosas de lo que son", insiste De Carranza, que pide al menos que se ponga otro tipo de puerta para el que pase por la calle sepa que es eso. Se trata ni más ni menos que un vestigio de la Guerra Civil. No lo olvidemos.