Esta última semana ha dejado una estampa desoladora en las playas malagueñas, en las que han aparecido varados varios delfines. Estos ejemplares se han recogido por todo el litoral malagueño. Han sido vistos en zonas como Málaga capital, Torremolinos, Estepona, Nerja o Manilva. A ellos, se suman la aparición de la gran ballena en Estepona el pasado jueves. Pero ¿qué está pasando en Málaga estos días?
José Luis Mons, responsable del Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas de Málaga (CREMA), declara a este periódico que este episodio no es nada común. "La aparición de los delfines está siendo más frecuente de lo habitual y estamos a la espera de que la Junta de Andalucía, que es a la que le corresponde, nos de los resultados del estudio y averigüen algo. Nosotros estamos realizando necropsias y enviamos las muestras", relata el experto.
De hecho, este mismo domingo han encontrado un delfín fresco macho bastante joven en Estepona, a la altura del puente de Laguna Village, según han compartido en sus redes vecinos testigos. Así, según ha podido saber este periódico otro ejemplar, algo más deteriorado que el anterior, ha aparecido en Manilva, a la altura del chiringuito Juan.
La ballena
A la aparición de estos delfines se le suma la de la ballena en Estepona el pasado jueves. El cadáver del animal, de más de catorce metros de longitud, se encontró varado en la playa de La Rada de dicho municipio malagueño. El hallazgo provocó mucha expectación y fueron cientos los curiosos que se acercaron a la orilla a ver cómo retiraban el cuerpo sin vida del animal.
Según señalan desde el CREMA, el posible motivo del fallecimiento de la ballena fue la ingesta de plásticos. Mons relata que los trozos pequeños de plásticos quedan atrapados en las barbas de las ballenas y los grandes son imposibles de expulsar, lo que puede causar la muerte de estos animales. Sin embargo, en estos casos tampoco se descarta que puedan entrar en juego otros motivos como los derrames de petróleos y otros elementos químicos.
Muchos se preguntaban qué iba a ocurrir con la ballena ya que de los miles de cetáceos que mueren anualmente, son pocos los que llegan a la orilla. Normalmente, se descomponen y sirven de alimento para otros animales en el fondo del mar. Finalmente, este fin de semana hemos podido dar respuesta a esta pregunta.
Ecologistas en Acción y vecinos de la zona de Estepona denunciaban en sus redes sociales la presencia del cadáver del animal en el puerto. Al parecer, según indican desde el Consistorio de la localidad se depositaron los restos de la ballena en el puerto a la espera de que el levante amaine y poder llevarlo mar adentro, a seis millas, como indica el protocolo.
"Lo hemos intentado varios días, pero para poder retirarla con garantía y por la seguridad de los marineros y buzos que se va a encargar de ello hemos decidido esperar a que amaine el temporal, no hay otra opción. Tras tantos días, el riesgo de que explote con la acumulación de gases es más alto", manifiestan a este periódico desde el Ayuntamiento de Estepona.
La Sociedad Española de Cetáceos (SEC) explica en este documento que, tratándose de un animal de gran tamaño, que supere los cinco metros tras avisar de la presencia de este, la institución ha de acordonar el lugar para evitar que los curiosos contacten con los restos o los deterioren, tal y como se hizo. Así, respecto a su retirada, explican que, coordinados con los equipos de recogida de muestras biológicas, en este caso, el CREMA, las posibilidades de eliminación de estos grandes ejemplares son realmente complicadas y deben estar previstas.
Entre las opciones que ofrecen destacan llevarlo mar adentro y fondearlo, que es el objetivo del Ayuntamiento, o despiezarlo en el caso de que haya interés de recoger el esqueleto del ejemplar, retirando los restos, precisamente para evitar lo que están criticando vecinos de la zona, que aseguran que no pueden tener las ventanas abiertas por el desagradable olor que hay en el ambiente y esperan que pronto el temporal amaine y la situación se solucione.
El motivo principal por el que no se ha despiezado el ejemplar es que por el estado de descomposición en el que se encontraba cuando lo encontraron -estiman que llevase muerto entre ocho y diez días-, un tiempo que hace que sea imposible que se exponga en el Museo Alborania-Aula del Mar de Málaga.