Málaga es como Roma: a cada paso que damos nos encontramos con una iglesia o una capilla. Lo cual viene fetén si en cualquier momento nos asalta una crisis de fe y nos tenemos que meter rápidamente en una parroquia para consagrar nuestra alma inmortal a sagrado.
Pero más allá de las cuestiones religiosas, los templos católicos que señalan al cielo en el territorio de la provincia de Málaga también son elementos que, por sí mismos, delimitan periodos y sucesos, estilos arquitectónicos y hechos destacables que atraen nuestra atención, ya sea el interés de un creyente, como la curiosidad de un ateo. Los buenos estudiosos los hay en todas partes y saben sumar al valor religioso de los santuarios su valor histórico.
Y es que el patrimonio pío malagueño es uno de los más importantes de Andalucía y, por tanto, de España y en él encontramos ermitas, santuarios y parroquias, grandes o pequeñas, importantes o humildes, que nos convertirán en testigos de la Gracia Divina hecha piedra.
Ermita de la Virgen de la Peña de Mijas
En la localidad chichilarga encontramos muchas iglesias y todas tienen algo que las distingue. El santuario de la Virgen de la Peña es obra de unos frailes mercedarios muy hacendosos y pacientes (como suelen ser los frailes) que lo excavaron en roca viva en 1548.
La cosa tuvo su recompensa: años después, en 1586, la Virgen María se apareció a los pastores Juan y Asunción Bernal Linaire. (Hay quien llama la atención sobre el hecho de que la Virgen siempre se aparece a pastores, pero es que en aquella época es lo que había; si hoy decidiera mostrarse ante alguien, sin duda se revelaría a influencers y community managers, claro).
Juan y Asunción estaban a lo que es propio del pastoreo cuando vieron en lo alto de la torre del castillo a una paloma que se transfiguró en la Virgen y es por ello por lo que esta ermita, que también se la conoce como la iglesia del Compás, alberga la imagen de la patrona de todo el municipio.
De hecho, en la localidad se dice que la figura fue descubierta entre las murallas del viejo castillo, donde la habían ocultado para impedir que, ocho siglos antes, cayese en manos de los moros.
Parroquia de Nuestra Señora de Fátima en Málaga
Junto a la margen derecha del río Guadalmedina, en el populoso barrio malagueño de la Trinidad, encontramos un templo católico de lo más curioso: la parroquia de Nuestra Señora de Fátima. Lo primero que llama la atención es su frontal, diseño del arquitecto Fernando Morilla Cabello, quien construyó esta iglesia en 1961, con ayuda de obreros, por supuesto.
El joven templo es una mezcolanza muy interesante de estilos como el moderno, claro, junto con el aprovechamiento de elementos neogóticos. Destacan, como hemos escrito, el alto hastial de su fachada que se encuentra compartimentado para integrar las campanas, un rasgo que se replica en el interior con la sucesión de arcos ojivales que soportan la cubierta.
Ermita de la Virgen de los Remedios en Cártama
Esta iglesia se encuentra situada en el cerro de la Virgen, cerca del castillo de Cártama, y fue construida en el siglo XVIII sobre una antigua edificación del XV, combinando una arquitectura sencilla y popular con el recargamiento neobarroco de su decoración interior y del camarín que hace las veces de torre.
De hecho, la existencia de este templo está constatada ya desde el siglo XVI, fecha que coincide con una aparición mariana en la zona, que, al tiempo, acabó con una epidemia de peste que según registros de la época asoló a la localidad en 1579. Y es por ello por lo que se le concedió el nombre de Virgen de los Remedios.
Para acceder al tempo hay que recorrer un sinuoso camino, siempre en pendiente, pero desde el cual se disfruta de unas inmejorables vistas del Valle del Guadalhorce. Desde 2004, todo el conjunto donde se emplaza la ermita y el castillo está declarado como Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía. Y es que esta parroquia es un excelente ejemplo de la imbricación social, cultural y religiosa que comienza tras la Reconquista cristiana de la provincia.
Iglesia de Stella Maris en Málaga
Existen parroquias donde los elementos externos llaman la atención de manera poderosa. Y luego está la iglesia de Stella Maris, en plena Alameda Principal malagueña, que destaca precisamente por su sobriedad y, gracias a ello, esta considerada como uno de los grandes triunfos de la arquitectura actual.
Su arquitecto, José María García Paredes, logró diseñar, en apenas 500 metros cuadrados, un complejo que alberga un espacioso y luminoso templo y todas las dependencias propias de un monasterio.
Sencillez, construcción con materiales austeros y funcionalidad son las características de este conjunto que fue declarado Bien de Interés Cultural por la Junta en 1987 y que está integrado en el registro de Documentación y Conservación de la arquitectura y el urbanismo del Movimiento Moderno (DOCOMOMO).
Ermita La Milagrosa de La Viñuela
En la aldea de Los Romanes de la pequeña localidad de La Viñuela contemplamos la ermita de La Milagrosa que es una humilde capilla callejera, reconstrucción de una anterior y pegada a una vivienda.
Está situada en la calle principal, data de principios del siglo XX y alberga una imagen de la Virgen Milagrosa. Y todos los años, cada 15 de agosto, festividad de la patrona, la imagen es conducida hasta la iglesia, para partir en procesión junto a la Virgen de los Dolores por las empinadas calles de la localidad.
Iglesia de San Antonio de Padua en Alpandeire
En plena Serranía de Ronda, en la localidad de Alpandeire se ubica la parroquia de San Antonio de Padua que fue fundada en 1505 y cuya arquitectura barroca la hace destacar de manera muy poderosa. Tanto es así que es conocida como la Catedral de la Serranía.
En sus sótanos acoge un cementerio antiguo, donde, cuenta la tradición, han aparecido cadáveres hace mucho tiempo enterrados embalsamados e intactos. De hecho, se conservan dos momias en buen estado en la cripta de la iglesia, que se cree pertenecen a un matrimonio pudiente que aportó gran parte de su capital a la construcción del templo. ¡Siempre hubo clases! Incluso después de muertos.
Santuario y camarín de la Virgen de la Victoria en Málaga
La historia de la iglesia de la Virgen de la Victoria es larga y profunda, así que trataremos de ser breves y escribiremos que ostenta la singularidad de ser la casa matriz de la orden de los Mínimos en España y que su torre camarín es uno de los bienes arquitectónicos más importantes de la ciudad.
Con anterioridad al que podemos disfrutar hoy en día, existió otro camarín que fue arrasado por un incendio en el siglo XVII. En 1700 se concluyó la nueva estructura con diversos niveles: en el inferior se dispuso el enterramiento de los condes de Buenavista, uno de los espacios tétricos más destacados del barroco español; en el intermedio una sacristía; y en el superior el camarín propiamente dicho, una sala de planta octogonal dedicada a la Virgen y donde el horror vacui se hace protagonista gracias al uso de las yeserías y del simbolismo mariano.
Quienes han visitado este espacio, gracias a iniciativas culturales como Cultopia, pueden dar fe de la extrema belleza del camarín de la Victoria. Sin embargo, y esto es lamentable, su situación es precaria debido a problemas causados por filtraciones de agua que están provocando el desprendimiento de sus ornamentos. Algo que, más pronto que tarde, debería ser remediado para conservar un patrimonio de una hermosura excepcional y un valor histórico incuantificable.
Ermita del Calvario en Mijas
Y, para finalizar, regresamos a Mijas para escribir sobre un templo que vigila la espiritualidad del pueblo desde el monte: la ermita del Calvario. En mitad del verde espesor de la sierra mijeña, esta pequeña iglesia se construyó en el año 1710 y, antiguamente, se utilizaba como retiro espiritual de los monjes Carmelitas que vivían en el convento que existía donde hoy se levanta la ya mencionada ermita de la Virgen de la Peña, patrona de Mijas (bendice a tu pueblo, que su amor te entrega).
Hasta el Calvario se llega por una senda que es, literalmente, un vía crucis. El paseo entre pinos es en realidad muy sencillo y agradable, y visitar esta capilla proporciona una vistas panorámicas brutales de toda Mijas y parte del litoral malagueño inmediato, cubriendo monte y mar.
Tanto es así que, si el día está despejado, nuestra vista alcanzará (si no es de topo) hasta los picos africanos al otro lado del Mediterráneo, aunque siempre habrá quien no se crea que lo que está viendo son los montes de Marruecos.