La plaza de los libros libres, situada en la Plaza San Pedro Alcántara, se ha dispersado por toda Málaga por culpa del vandalismo. Lo que solía ser un punto cultural donde se daban encuentro los amantes de los libros, que dejaban y se llevaban ejemplares, ahora se ha ampliado a toda Málaga.
Antonio César y María, los creadores, han identificado a un "ladrón", en sus propias palabras, que se llevaba libros de las estanterías de la plaza para venderlos al peso. "Ya nos hemos dado cuenta de quién es y él lo sabe. Cuando pasa por la plaza hay muchas miradas desafiantes tanto nuestras como del resto. Al final allí somos todos los mismos en un mismo corrillo. Creo que sabe de sobra que si lo vuelve a intentar, no va a poder", cuenta Antonio César a este periódico.
Pese a las llamadas de atención, el individuo seguía actuando de la misma forma "llevándose incluso carteles que decoraban la estantería", así que decidieron que un "ladrón" no iba a poder con una iniciativa vecinal que nació como apoyo a la librería Proteo tras su incendio el pasado 6 de mayo.
De esta forma, ambos han decidido que van a repartir los libros por toda Málaga. En los últimos días, han colocado libros en los jardines de la Catedral, al lado del Patio de los Naranjos; en las pistas deportivas de Cortijo Alto; en la Plaza de la Merced; o en el jardín vertical del Centro de Málaga.
"Si todo va bien, estos días habrá libros por Campanillas. Nadie va a parar este movimiento que solo se basa en fomentar la cultura y, sobre todo, la lectura. También vamos a pedir en un colegio de Cortijo Alto si podemos amarrar libros de una enciclopedia del mundo animal en la valla del patio para los niños", dice Antonio César.
¿Sigue la plaza de los libros libres funcionando? Sigue. Antonio César y María ponen ahora menos libros, pero siguen dejando ejemplares para evitar que el origen de todo este movimiento desaparezca. "No vamos a dejar que muera. Es que aunque parezca que no, hay personas que siguen acudiendo a la plaza para traer sus libros. Nosotros solo añadimos a veces un par de ejemplares cuando antes los traíamos treinta o cuarenta a la vez", explica uno de los creadores del movimiento.
Aunque parezca que la idea inicial de la plaza se disipe, todo lo contrario. Se multiplica. "Nos pareció curioso que un día que dejamos libros en Cortijo Alto, alguien dejó allí unos cuantos, por lo que la historia sigue. Sin que haya una preparación, el personal responde", dice con una sonrisa Antonio César, sorprendido porque "a veces no hace falta poner ningún cartel para que la gente entienda la idea".
Sin embargo, cabe recordar que todos los libros que reparten por Málaga llevan indicado dentro que pertenecen al movimiento de la plaza de los libros libres, por lo que si algún librero de una tienda de segunda mano lee este artículo y recibe uno de estos ejemplares, los creadores del movimiento ruegan que actúen contra ello, ya que todos están identificados adrede.
Las apariciones de este individuo se suman a las de diferentes "sectas o clubs de espiritismo", según relata Antonio César. "Estamos hartos de repetir que esta idea nació para compartir conocimiento, no adoctrinamiento. Ambas acaban en miento, pero no son para nada lo mismo. Todos los libros que traen estos colectivos son retirados de inmediato", declara.
Algunos colectivos que traían libros han llegado a rebatirles que por qué no podían poner sus libros "si tan libre era su plaza". "Yo les digo que el día que me abran sus centros de culto, o lo que tengan, para poder debatir con ellos por qué lo que dicen es mentira, les dejaré ponerlos. Ambos tenemos el mismo derecho para defender nuestras ideas, si él no me deja entrar y yo le tengo que dejar, esto acaba siendo abuso, lo contrario a repartir conocimiento", zanja.