Pablo Puyol: "Los malagueños necesitamos un gran teatro de comedia en nuestra ciudad"
El malagueño estrena 'En otro lugar', una película donde comparte pantalla con su amigo Miguel Ángel Muñoz.
28 mayo, 2022 05:00Noticias relacionadas
Pablo Puyol (Málaga, 1975) nos atiende desde el coche. De hecho, interrumpe la charla en un momento para despedir a sus acompañantes cuando volvía a casa de un rodaje de lo que será uno de sus próximos proyectos. No le falta el trabajo y reconoce estar muy feliz por ello. "¡Qué dure, qué dure!", dice.
Este viernes 27 de mayo ha estrenado En otro lugar, un filme donde comparte pantalla con Miguel Ángel Muñoz, un viejo amigo con el que se encontró por primera vez en la mítica serie Upa Dance. Próximamente volverá la serie, pero sin el malagueño. No han querido contar con él y es algo que "respeta".
Define este nuevo trabajo como "una película que cuando sales del cine te llena el corazón de felicidad". "Después de todo el jaleo que hemos pasado en los últimos años, son muy necesarias las películas de comedia como esta, las feeling good movies", añade.
Mientras disfruta de los primeros días de estreno de esta película, sigue como actor en la serie de La 1 Servir y proteger, tiene la obra Un secreto a voces con Miguel Ángel Martín, Virginia Muñoz y Noemí Ruiz en La Cochera Cabaret y también tiene un musical de pequeño formato en el Teatro Alfil de Madrid cada jueves junto a la actriz Mar Jiménez. ¡Todo un workaholic!
¿Cómo ha sido el reencuentro con tu amigo Miguel Ángel Muñoz?
¡Genial! Ha sido un reencuentro laboral, porque en el ámbito personal seguimos manteniendo la amistad. Es verdad que a veces pasa más tiempo de la cuenta desde que nos encontramos una vez a la siguiente. Estar trabajando tanto dificulta mucho lo de vernos más, pero mantenemos el contacto.
Nos tenemos mucho cariño, vivimos cosas muy importantes hace muchos años y durante mucho tiempo fuimos como hermanos. Creo que también esta relación nos ha ayudado mucho en la construcción de la relación de nuestros personajes. Es una relación mucho más creíble en la pantalla.
¿Cómo llevas lo de no estar en Upa Dance Next?
Es una historia en la que me hubiera gustado estar. Le tengo mucho cariño y fue algo muy importante de mi vida. Me hubiera gustado participar, pero si no han querido contar conmigo ellos tendrán sus razones y ya está, yo no puedo hacer más... con todo el dolor de mi corazón.
Volviendo al estreno de tu nueva película, interpretas al tío de Miguel Ángel, un gay médico que ama la vida. ¿Ha sido fácil encarnarlo?
No ha sido difícil preparar mi personaje. Se parece a mí en muchos aspectos. Es un tío que vive la vida a tope, cada minuto de la vida es importante y es un tipo con mucha energía. Intenta contagiar al personaje de Miguel Ángel siempre para que tire para delante, porque su personaje es mucho más apocado y tímido y necesita que alguien tire de él, algo que no pasa en la realidad, porque Miguel Ángel tiene una actitud explosiva y no para. ¡A veces hay que frenarle!
En el aspecto de mi personaje sí ha sido relativamente fácil, he podido jugar mucho con la comedia, que es con lo que más a gusto me siento y no ha sido difícil también por la relación tan fluida que tengo con Miguel Ángel.
Dices que el personaje es muy libre en el amor. ¿Es fácil ser libre en una relación amorosa cuando eres actor?
Bueno, es duro, porque es complicado mantener una relación con estos trabajos que llevamos dos meses aquí, dos meses allí, luego vacaciones súper largas... y tu pareja tiene que entenderte perfectamente. Mi chica lo hace porque se dedica a esto. Lo entiendo perfectamente, ella lo entiende y las agendas son las que son y nos complican, pero también nos dan muchas alegrías. Se aprende a vivir con ello y tratamos de disfrutar lo que podemos cuando estamos juntos e intentamos llevarlo lo mejor que podemos cuando no.
Os vais al campo movidos por una herencia, pero ¿se iría Pablo Puyol al campo una temporada a desconectar de este mundo loco y del ritmo frenético que llevamos todos últimamente?
¡Yo sí! Soy una persona muy tranquila y, de hecho, lo he hecho varias veces. No descarto hacerlo perennemente. Disfruto de mi jaleo cuando está, del trajín del trabajo con estrenos, diferentes horarios, pero no me gusta todo el tiempo. Disfruto más de la tranquilidad estando con mi gente, con mi familia, con mis amigos.
Me iría una temporada como ya hice hace un tiempo, cuando me fui a vivir a un campo en Almayate, en una casa un poco aislada. Fui muy feliz. Me gustaba mucho el tipo de vida que llevaba y por eso no lo descarto.
¿Qué tal llevarías tú estar sin las tecnologías? ¿Eres del team redes sociales o a veces te gustaría llevar un Nokia en el bolsillo?
Si te soy sincero, tengo redes sociales porque en esta sociedad si no las tienes no estás en el mapa. Hay que tenerlas, pero soy poco de ellas. Creo que me han pillado un poco tarde y no soy especialmente avispado tecnológicamente hablando y tampoco me interesan mucho. Con tener un wifi decente para ver series y películas, me vale. Es lo que más hago, sin duda.
Pero usas Instagram... Algo que se ve mucho en tus redes es Málaga. Pese al trabajo, tu relación con la ciudad que te vio nacer es algo que ningún trabajo podrá romper, ¿no?
Para nada. Diría que con el paso del tiempo cada vez se incrementa más. Por trabajo y circunstancias de mi vida he tenido que vivir lejos de ella mucho tiempo y durante mucho tiempo no es que no la echara de menos, pero sí que es verdad que la vida que llevaba no me permitía echar de menos Málaga, ni casi pensar en su existencia.
Sin embargo, llegó un momento en el que tuve claro que tenía que estar en Málaga, con la gente que me quiere y quiero. El sitio donde me siento a gusto y donde soy yo mismo. Por suerte lo he podido hacer. Vivo en Málaga todo el tiempo que puedo y que el trabajo me deja. Al final, el trajín está en Madrid muchas veces. A ver si hablo con Antonio a ver si ya definitivamente me pone en el Teatro del Soho como ayudante de dirección o lo que haga falta para quedarme en Málaga indefinidamente.
Hace poco decías que si te tocara la lotería abrirías un local para montar un teatro de comedia. ¿Echas en falta más infraestructuras culturales en nuestra ciudad?
Yo creo que nunca son suficientes. Por suerte, vivimos en una ciudad que ha enfocado su crecimiento turístico a través de la cultura, algo que me parece maravilloso. Está poniendo a Málaga en un punto muy especial en Europa y en el mundo, algo que creo que está muy bien pensado y que da mucho beneficio a Málaga.
La cultura genera un turismo que viene a disfrutar en Málaga de los museos y los teatros, no a emborracharse y tirarse de balcones. Vienen a degustar los manjares que tenemos en nuestra tierra, del clima y ahora le suman la cultura, les entregamos algo más.
Eso sí, los malagueños necesitan un gran teatro de comedia. El Cervantes tiene su público y programación, algo más clásica y de compañías más "serias". El Soho también tiene su criterio, más dirigido quizás a musicales y obras de teatros más serias también. Ahora mismo Málaga no tiene un teatro de comedia y eso impide que muchas compañías que hacen comedia de nivel en España no puedan venir a nuestra ciudad.
Incluso yo mismo, que tengo una obra con Miguel Ángel Martín, Virginia Muñoz y Noemí Ruiz, Un secreto a voces y, literalmente, no tenemos otro espacio que La Cochera Cabaret para poder hacerla. Me parece terrible... La Cochera es fabulosa, pero su aforo no permite traer a grandes compañías. Si me tocara un Euromillón, sería lo primero que haría: abrir un teatro de comedia en Málaga.
¿Te dejarías asesorar por Antonio Banderas? ¿Qué tal te llevas con él?
Sin duda. Es un tipo que se está dejando un dineral por la cultura en Málaga. De su propio bolsillo, nada de bancos, como dicen por ahí. Podría haberse ahorrado todo ese dinero e irse a vivir fuera, pero no. Ahí está.
Es un tipo brutal, un currante, un adicto al trabajo. Es admirable la pasión que le mueve la interpretación en todas sus facetas. Es muy chulo estar cerca de él porque te contagia esa energía. Puedes tener conversaciones diversas con él porque es muy cercano. Me encantaría seguir trabajando con él a su lado. Siempre que me ofrezca algo interesante siempre estaré para lo que necesite. Y si no me lo ofrece, quedaremos y tomaremos unas copas, que tampoco está mal, ¿no?