Ni la Agencia Estatal de Meteorología lo vio venir. Málaga está despidiendo el mes de agosto con inestabilidad. Signo de ello, una espectacular tormenta de verano que ha afectado a la capital durante la madrugada del domingo al lunes dejando todo un festival de rayos y relámpagos.
Pese a que las temperaturas eran típicas de esta época del año (24º de mínima y 32º de máxima en la capital) la estampa no dejaba de ser muy otoñal con cielos nublados y algo amarillentos -por la presencia de la calima que ha provocado que en algunos puntos de la provincia caiga barro- y con un soniquete que daba a pensar que los cielos malagueños iban a partirse.
La tormenta ha dejado caer algunos chaparrones suaves que no han hecho más que generar una situación de bochorno aún mayor en la provincia. Parece que en principio no habrá más tormentas similares hasta la llegada de septiembre, pero no se descarta un panorama ligeramente inestable con algunos chubascos débiles y jornadas con algunas nubes.