Este verano, los récord de temperatura se suceden en Málaga con una asiduidad pasmosa. El pasado mes fue el julio más cálido desde que hay registros en la capital, con récord en máximas (44,2 grados el día 19) y mínimas (31,6 el día 20). Y agosto ha empezado en la misma línea: durante los primeros dos días del mes, la capital se mantuvo rondando los 32 grados de forma constante y se batió el récord de temperatura nocturna para este mes.
Así lo ha confirmado este jueves la Agencia Estatal de Meteorología: este pasado miércoles, 2 de agosto, se registró la temperatura mínima más alta para este mes en el aeropuerto de la capital, con un valor provisional pendiente de validación de 30,3 grados.
Dormir bajo una calima extrema se está volviendo habitual en la capital de la Costa del Sol. Según los registros de la propia Aemet, durante la pasada madrugada, los termómetros se han mantenido por encima de los 30 grados hasta las 07.00 de este jueves.
A las 00.00, en el aeropuerto de la capital los termómetros marcaban 34,6 grados. Hasta las 04.00, el registro se situó por encima de los 32. A las 07.00 bajó hasta los 29,8 pero tan solo tres horas más tarde, a las 09.00, ya había alcanzado de nuevo los 31,2.
El pasado mes de julio, se encadenaron hasta 12 noches tórridas consecutivas, aquellas en los que los termómetros no bajaron de los 25 grados. Fue entre los días 10 y 21.
Un fenómeno peligroso cada vez más habitual
La estadística señala que estas noches con temperaturas para no dormir son cada vez más habituales y, además, se están extendiendo a otras estaciones del año. Si hace 70 años se concentraban en 74 días del año, en esta segunda década del siglo XXI se extienden por hasta 124.
Esta normalización está desatando las alarmas de los expertos, que vienen a subrayar, en primer lugar, que estos fenómenos son producto casi exclusivo del cambio climático y las acciones impulsadas por el hombre; y en segundo, que tienen un riesgo importante para la salud.
Según el especialista en calor extremo de la Organización Mundial de la Salud, John Nairn, las altas temperaturas nocturnas son "extremadamente peligrosas" porque impiden que el cuerpo se recupere del calor permanente y esto provoca un aumento de ataques al corazón y de muertes.