En climatología, las noches tropicales son aquellas en las que los termómetros no bajan de 20 grados y se han vuelto tan comunes en las últimas décadas que los expertos han tenido que extender el umbral hasta los 25 grados, a partir de cuando se puede comenzar a hablar de noches tórridas. Sin embargo, estas también empiezan a ser muy comunes.

En Málaga, en ninguna de las noches del mes de julio las temperaturas bajaron de los 20 grados y en casi la mitad se quedaron por encima de los 25. Según los datos recogidos por la Red Hidrosur en la estación meteorológica ubicada en La Farola, entre el día 10 y el 21 del pasado mes, se encadenaron hasta 12 noches tórridas consecutivas.

La media de las mínimas registradas durante los 31 días de julio fue de 24,5 grados, 5,5 grados más que el promedio para este mes que marca el Atlas Climático en la capital para el periodo de referencia 1981-2010.

La noche en la que hizo más calor, según la estadística de Hidrosur, fue la del día 20, cuando los termómetros marcaron 26,9. Sin embargo, el registro de la Agencia Estatal de Meteorología ha ido apuntando diariamente cotas mucho más altas en otros puntos de la capital y de la provincia: el día 13, por ejemplo, se llegaron a alcanzar los 36.8 grados a las 00.00 en estación meteorológica ubicada en el aeropuerto.

Los datos confirman que las noches extremadamente cálidas son cada vez más habituales y, además, se están extendiendo a otras estaciones del año. La tendencia lineal, según un estudio de la Aemet, muestra que si hace 70 años el periodo en el que era más probable que se registrasen era entre el 30 de junio y el 12 de septiembre, en la segunda década del siglo XXI, se ha extendido entre el 2 de junio y el 4 de octubres. En concreto, ha pasado de 74 a 124 días, llegando hasta los días de primavera y otoño.

Esta tendencia, según las proyecciones climáticas, continuará e incluso se acentuará a lo largo del siglo XXI por los efectos ya casi imparables del cambio climático. Según Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, este fenómeno es consecuencia casi exclusiva de la actividad humana, bien por el calentamiento global o bien por el efecto de la isla de calor.

Este fenómeno meteorológico, que se origina por la propia estructura de las ciudades y los materiales de elementos como el asfalto o las fachadas de los edificios que desprenden por las noches el calor acumulado durante el día, provoca el aumento de las temperaturas en las grandes ciudades, sobre todo en las nocturnas.

Un estudio reciente liderado por la Unidad de referencia de Cambio Climático y Salud del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) apuntaba además a su efecto sobre la salud y el aumento del riesgo de hospitalizaciones que desencadena.

“En personas con enfermedades crónicas y en el umbral de la pobreza, sin aire acondicionado, los valores nocturnos elevados se han convertido en un riesgo para la salud”, alertaba Martín Vide.

De hecho, la mezcla de temperaturas diurnas de récord y noches tropicales que viene repitiéndose este verano en Málaga de forma constante está despertando preocupación entre los expertos. “Las temperaturas nocturnas son particularmente peligrosas para la salud humana porque el cuerpo es incapaz de recuperarse del calor permanente, lo que lleva a un aumento de ataques al corazón y a muertes”, aseguraba hace unas semanas el experto en calor extremo de la Organización Mundial de la Salud, John Nairn.

UN JULIO DE RÉCORD

A falta de confirmación oficial, este mes de julio ha sido “el mes más caluroso y también el más caluroso jamás registrado", vaticinaban desde el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea (Copernicus) y la agencia de las Naciones Unidas de Meteorología (OMM).

En Málaga, se han batido récord de temperaturas máximas y mínimas. Según los datos de Hidrosur, la media de las máximas fue de 31,3 grados y el día más caluroso, el pasado 24 de julio, con 38,4 grados en la estación de La Farola. Los registros diarios de la Aemet, no obstante, situaron los termómetros por encima de los 40 los días 19 y 20 de julio, en plena ola de calor.

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