La parte más luminosa de la ciudad de moda, de esa Málaga que acapara titulares en los medios internacionales y que se ha convertido en una especie de escaparate para el inmobiliario y el mundo tecnológico, se contrapone a una urbe más oscura, en la que sus vecinos se pelean casi a diario por abandonar la pobreza.
Son esos los barrios y calles más pobres de la capital de la Costa del Sol, puntos de la geografía en la que ni las estadísticas oficiales son capaces de medir en detalle la renta neta anual de sus vecinos. Porque es justamente esto lo que ocurre en algunas zonas del popular barrio de La Palmilla.
La información que puede consultarse en el Atlas de Distribución de Renta de los Hogares, publicado meses atrás por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que ofrece datos de 2020, confirma que en calles como Francisco Carter, Pablo Casals, Mari Ángeles Arroyo, Concejal Pedro Ruiz García o Antonio María Isola, el dato se encuentra "bajo secreto estadístico, por debajo de la cota inferior".
Y es por este motivo por el que la cifra que se ofrece como renta neta por persona en estas vías es la inferior existente, que alcanza los 4.188,99 euros. Esto supone que esas personas no llegan a disponer ni de 350 euros al mes en su bolsillo.
La cifra, imprecisa, es la más baja de cuantas se pueden encontrar en toda la geografía de Málaga. No quedan muy lejos los 4.506,24 euros que se atribuyen a los vecinos que malviven en el núcleo chabolista de Los Asperones, o de los 4.560,06 euros de la Plaza de la Palmilla y la calle Cigüela. También en el entorno de La Palmilla, en las calles Mark Twain, Arlanza y Bullaque, los residentes ‘presumen’ de rentas netas anuales que apenas rozan los 6.000 euros.
La paradoja es que poco más o menos un kilómetro de donde se localizan las calles más pobres de Málaga se levantan dos torres de 30 plantas, con varios cientos de viviendas en venta. Alguna de ellas supera el millón de euros.