Bajo el manto de una noche fresca de finales de verano en el autocine de Málaga, este domingo se cocía algo. El festival Sabatic Fest desplegó su encanto, ofreciendo un elenco de lujo con Nena Daconte, el grupo La La Love You y Maldita Nerea como protagonistas. La brisa fresca acariciaba las almas expectantes, mientras el escenario, rodeado de 16.000 metros cuadrados de césped, aguardaba la explosión de sonido que estaba por comenzar.

Un domingo, 17 de septiembre, es un día extraño para la celebración de un concierto. Inicialmente, iba a tener lugar el día 25 de agosto, aunque la fecha tuvo que ser cambiada. Pese a ello, son bastantes las personas que acudieron a la cita. Muchas otras tuvieron que devolver su entrada. Los que están, ansían que comience la noche.   

El reloj marcaba las 21:00 horas y el primer turno estaba destinado a Nena Daconte. La cantante, acompañada por su baterista y bajista, apareció en el escenario. La madrileña Mai o María Isabel Meneses llenó primero el aire de canciones menos conocidas de su repertorio como 'Marta', 'Hojas Secas' o 'No te invité a dormir'. Aunque, pese a no ser las más famosas, fueron cantadas por el público al unísono. 

La euforia entre los asistentes se descontroló una vez Nena Daconte cantó 'En qué estrella estará', esa que consiguió cinco números uno en la lista de los 40 principales y que todas las personas han escuchado, al menos una vez en su vida. Las canciones 'Dispare' y 'Tenía tanto que darte' también fueron cantadas a chillidos por el público. 

Nena Daconte en el Sabatic Fest de Málaga. Raquel Alcalde

La madrileña se movía con gracia y soltura por el escenario, haciendo un directo único para aquellos que se sentían identificados con las letras de sus canciones. Fue inevitable escuchar algún que otro piropo al grito de “¡Guapa!”. Su actuación llegó a su fin, aunque no sería la última vez que el público la vería sobre el escenario. Había guardada una sorpresa para más tarde. 

Minutos más tarde, Roberto Amor, David Merino, Lydia Carré y Oscar Hoyos, integrantes de La La Love You, irrumpieron en el escenario con una explosión de energía y color. Su actitud era desenfadada y vibrante, con ganas de pasarlo bien y divertir al público. Canciones como 'El principio de algo', 'Big Bang' o 'Laponia' electrificaron el ambiente, así como 'Todo mal'. Su presencia sobre el escenario no fue, no obstante, nada mal.  

Roberto Amor y David Merino, integrantes de La La Love You.

La La Love You traía sorpresas. Tres espectadores fueron invitados a subir al escenario donde se convirtieron en animadores improvisados para la canción 'La Pócima del Amor', mientras una gigantesca pelota blanca saltaba y se movía entre las manos de la multitud.

Sorprendentemente, Nena Daconte volvió a salir mientras el grupo cantaba su versión de 'Tenía tanto que darte'. Las voces de los cuatro se fusionaron en un momento que hizo latir más fuerte los corazones del público. Los asistentes estaban extasiados por el directo tan único que el grupo había creado. 

El clímax llegó con Maldita Nerea, que puso el broche de oro a una noche mágica. Su actuación comenzó con la canción 'Nunca estarás sola' que fue cantada al unísono entre los que allí se encontraban. 

'No pide tanto, idiota', 'Perdona si te llamo amor', 'En el mundo genial de las cosas que dices' y 'Un planeta llamado nosotros' hicieron eco en cada rincón del autocine, mientras el público pedía encore tras encore. Jorge Ruiz, el líder del grupo, no pudo hacer oídos sordos y continuó con canciones de su repertorio. 

Jorge Ruiz, vocalista de Maldita Nerea, en el Sabatic Fest de Málaga. Raquel Alcalde

El final de su actuación y de la noche lo puso la letra y la melodía de 'El secreto de las tortugas'. El murciano no pudo irse sin agradecer al batería, bajista y guitarrista, así como a todo el público. Sin embargo, los que allí estaban no parecían tener ganas de irse a casa. Esta vez nada pudo hacerse. 

Los últimos acordes se desvanecieron en el aire, pero el entusiasmo de la audiencia seguía palpable. Las luces tenues del escenario iluminaron rostros sonrientes mientras la multitud se dispersaba lentamente. Cada una de las actuaciones había sido mágica. La noche festivalera se convirtió en un capítulo de recuerdos veraniegos.  Para muchos, el broche final de sus vacaciones y de su verano. 

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