Hay un dicho popular que afirma sin temor a dudas: "Cateto tú, que no'ntiendê l'andalûh". La frase, lapidaria por su certeza, puede encontrar nuevos exponentes en pequeños dialectos internos de la comunidad autónoma. El malagueño, entendido como habla por su idiosincrasia, se acoge en este marco.
Las palabras, frases y modismos que moldean la forma de hablar de la Costa del Sol proyecta una riqueza léxica y comunicativa absoluta. Expresiones que, pese a existir en otros lugares, solo aquí adquieren una entidad propia.
EL ESPAÑOL de Málaga ha planteado una selección con algunos términos que resultan indispensables si quieres sumergirte en algunos de los municipios de la provincia mediterránea.
1. Pechá: Es el mazo madrileño de los andaluces. Cuando un malagueño utiliza el adverbio autóctono es para referirse a la gran cantidad de algo.
2. Cachopán: Es una persona de gran corazón, incapaz de hacerle daño o pensar mal de alguien.
3. Arrecío: En Málaga no decimos que tenemos mucho frío, decimos que estamos arrecíos, porque a pesar de nuestro privilegiado clima siempre hay días que estamos arrecíos.
4. Illo: De illo se puede decir que su origen es sencillo. El término de origen es chiquillo, pero en el sur nos gusta ahorrar, sobre todo en fonética. Hay en partes de Andalucía en la que se acorta a quillo como en Sevilla, pero en Málaga vamos un paso más allá y lo acortamos a illo.
5. Apamplao: Podemos usar el sinónimo atontao, pero para los malagueños apamplao va más allá es una persona que está distraído, que tiene que espabilar.
6. Cucha: Es junto al illo nuestra expresión favorita para llamar la atención de alguien.
7. Jartá: Jartá sirve tanto para comer, para personas como para casi todo lo imaginable. Por ejemplo, si vas a la calle Larios en Navidad escucharás a más de un malagueño decir que hay una jartá de gente.
8. Chorra: Se usa como qué chorra, para expresar ¡qué potra! ¡Importante! No confundir con chorraera; porque como todo el mundo sabe, tú no te tobogas, tú te chorras.
9. Arrejuntar: En Málaga se escuchan palabras únicas en especial en los momentos donde hay cotilleos de por medio, como cuando se juntan las señoras mayores de tu pueblo con sus sillas a hablar en la puerta con sus amigas. Ahí escucharás como dos personas se han arrejuntao. Arrejuntarse es cuando dos personas en relación de pareja o marital, conviven con relaciones sexuales sin casarse.
10. Palique: El palique son esas conversaciones sobre temas poco trascendentes que tienes con cualquier persona.
11. Perita: Guay, chulo, molón… Todas las palabras responden a una misma condición: bueno o excelente. Sin embargo, un malagueño auténtico recurrirá siempre al tradicional perita.
12. Zara: En este caso, no se refiere a la conocida marca de ropa, sino a los regalices negros y duros de la marca Zara. Es habitual que este nombre propio se use también para los regalices rellenos (rojos, rosas, blancos…) que venden en los quioscos. En ocasiones, también se utiliza el término sara o pasta. Julián Sesmero, en el prólogo de Filigrana de colores, escribe: “… y pasta zara a la puerta de los colegios y de los cines”.
13. Merdellón: Adjetivo para designar a una persona muy desaseada, muy mal hablada, tosca, vulgar, ordinaria, que arma escándalo, habla a voces, busca bronca, sale a la calle en pijama... La Wiki Malagapedia recoge que, según la teoría popular, el origen se sitúa en los inicios del siglo XIX, cuando las tropas de Napoleón invadieron España. Por aquel entonces, los franceses se referían a los ciudadanos malagueños como merd de gens (gente de mierda). Sin embargo, esta versión no termina de coincidir con la sintaxis francesa, ya que la manera correcta de decirlo sería gens de merde.
14. Taró: Niebla muy espesa, persistente y con poca visibilidad que se produce al amanecer en Málaga, principalmente en verano y a principios de otoño, provocadas por vientos secos del sur que activan la evaporación marina, cubriendo la bahía y ascendiendo hacia los Montes. Suele disiparse a media mañana, aunque a veces persiste hasta el principio de la tarde.