Oliver es un pequeño malagueño de apenas 2 años y cinco meses. Sus padres, también malagueños, Alejandro y Lena, son unos trotamundos y desde hace unos años, por motivos laborales, residen en México, concretamente en Playa del Carmen, donde Alejandro se dedica profesionalmente al sector del buceo. La vida de Oliver cambió hace apenas unas semanas, cuando los médicos le diagnosticaron un potente tumor cerebral de grado 3, concretamente una tumoración de la fosa posterior PB (Ependimoma) a la par que una hidrocefalia, que es la acumulación de líquido cefalorraquídeo.
Desde aquel día, Alejandro y Lena estaban desesperados por ayudarle, pero estar a 9.000 kilómetros de su país no lo facilitaba demasiado. Alejandro, con angustia, recuerda en conversación con este periódico cómo en el país donde residen desde hace meses le dieron un plan de cuidados paliativos para su bebé explicándoles que "no estaban capacitados" para acabar con su tumor cerebral.
Tras días de sufrimiento, este sábado llegaba una noticia genial para Lena y Alejandro, que tenían puestos sus ojos esperanzados en Barcelona, donde se encuentra el Hospital Sant Joan de Deu, que había sido notificado del caso de Oliver y se había ofrecido a operarle cuanto antes.
Sin embargo, la situación no era tan sencilla, puesto que con el estado de salud de Oliver no era recomendable que el niño viajase tantas horas sin personal médico a su lado. Han sido muchas las personas que han intentado poner su granito de arena en la causa a través de donaciones, pero un héroe anónimo se ha puesto en contacto con ellos este fin de semana dispuesto a costear el viaje del niño hasta Barcelona, hacia donde volarán cuanto antes.
“Si no se le opera ya pueden quedarle apenas unas semanas de vida”, reconoce su padre, que llevó al niño al hospital el día 13 de octubre al ver que no comía y caminaba con dificultad. Sabía que algo iba mal.
Desde entonces el estado de Oliver ha ido decayendo poco a poco. El miércoles pasado le intervinieron con urgencia para drenar el líquido cerebral que le presionaba la cabeza. Según ha confirmado su papá a este periódico, este sábado el niño seguía estable-
Mil intentos
Lena y Alejandro han intentado optar por la sanidad privada para salvar a su pequeño, pero el presupuesto que le daban se situaba entre los 100.000 y los 120.000 euros, una cifra que no pueden permitirse, al igual que el coste del avión medicalizado (200.000 euros). Es por ello por lo que llevaban días intentando recaudar fondos para su pequeño.
“No somos de pedir ayuda y jamás pensé que nos veríamos envueltos en una situación tan extremadamente difícil como esta”, reconocía Alejandro en una carta destinada a todos aquellos que se interesaran en la historia de Oliver.
Los padres también intentaron contactar en un principio con la Embajada de España en México, pero todas sus solicitudes fueron denegadas porque consideran que la Seguridad Social del país podía dar solución al problema de Oliver -algo que no es así, según el relato de la familia-.
La última opción que barajaban los padres era optar por un vuelo habitual de Cancún a Madrid, asumiendo el riesgo, para después trasladar al niño hasta Barcelona en una ambulancia medicalizada por la que les pedían entre 5.000 y 7.000 euros que, según la familia, tampoco les cubría el Ministerio de Sanidad.
Su madre ha publicado en Instagram un mensaje de agradecimiento a todos los internautas que han donado dinero a la causa para salvar al pequeño Oliver. "Sé fuerte, mi pequeño luchador. Todo va a estar bien", ha escrito Lena.