Málaga se despide este jueves de una ola de calor que ha dejado temperaturas por encima de los 40 grados tanto en el interior y como en el litoral de la provincia, aunque más que un adiós es un hasta luego.
Los últimos coletazos se vivirán a primera hora de este jueves, antes de que llegue el viento de levante —previsiblemente a mediodía— para refrescar el ambiente. Pese a ello, es posible que los termómetros alcancen cotas próximas a los 40 grados en zonas de interior como Antequera o Ronda y hasta 37 en la capital.
El viernes volverá un tiempo "normal" del verano, según explica el director del Centro Meteorológico de Málaga, Jesús Riesco. En la capital, las máximas pasarán en menos de 48 horas a marcar más de 42 grados a bailar entre los 29 o 30. En el interior, sin embargo, serán más elevadas, en torno a los 35.
Esta jornada será una especie de impasse, ya que los termómetros no tardarán mucho en subir. La previsión que manejan desde la Aemet es que durante el fin de semana las máximas vayan al alza de nuevo, aunque no hasta valores como los que se han repetido en las últimas horas.
Sin embargo, las dos próximas semanas serán más cálida de lo normal, apunta Riesco. ¿Quiere decir eso que viene otra ola de calor? "En principio, no habrá temperaturas tan extremas, pero no se descarta", apunta Riesco.
Los que sí se sabe a ciencia cierta es que fenómenos como estos son cada vez más habituales. "La tendencia es que haya más olas de calor y más duraderas", asegura el director del Centro Meteorológico de Málaga.
Los expertos llevan años advirtiendo del aumento de este tipo de fenómenos extremos por el cambio climático. Desde 1975, Málaga ha vivido 39 olas de calor—40 con esta última—, pero la mayoría de ellas (21) han sido en la última década.
Los datos constatan no solo que son más frecuentes, sino también más largas y más intensas. En conjunto, han afectado a 238 días, pero 146 de ellos han tenido lugar entre 2012 y 2022.
En la misma línea, las máximas durante estos eventos no pasaban de los 34 grados entre 1975 y 1990. A partir de los 90, esta cota comenzó a subir hasta incluso los 44 grados.
Con ello, después de una primavera "extraordinariamente cálida" —con 2,5 grados más de lo normal en el periodo comprendido entre 1991 y 2020—, la provincia avanza en un verano que también "va a estar entre los más cálidos de la historia", como ya ocurrió en 2022. Lo único que queda es esperar la próxima ola de calor —y una acción decidida frente al cambio climático para frenar la tendencia—.
Temperaturas máximas... y muertos
Lo peor de estas olas de calor no son las temperaturas máximas registradas, sino las muertes que provoca. Durante el verano de 2022, en Málaga fallecieron 313 personas a causa del calor, según un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
En Europa, las muertes por calor alcanzaron a 61.672 personas, 11.324 de ellas en España que, junto a Italia (18.010), suma cerca de la mitad de los fallecimientos en el continente.
Según el investigador del ISGlobal Joan Ballester Claramunt, primer autor del estudio, estas cifras pone en cuestión que los planes de prevención activos "son todavía insuficientes". "La aceleración del calentamiento de los últimos diez años subraya la necesidad urgente de reevaluar y fortalecerlo", asegura.
De no hacerlo, el estudio augura que Europa se enfrentará a un promedio de más de 68.000 muertes prematuras cada verano en 2030 y más de 94.000 hacia 2040.