Según la Federación Española de Naturismo son siete las playas naturistas o nudistas con las que cuenta la provincia de Málaga. Claro que luego, en las cosas de echarse abajo el traje de baño, siempre hay espacio para lo oficioso. Y es que la costa malagueña brinda numerosos recovecos y requiebros donde practicar los hábitos que a cada cual le proporcione paz de espíritu, también para los que gustan de gustos más naturales. No por nada viene tanto visitante a visitarnos.
Antes de nada, tenemos que ser sinceros y reconocer que nos hemos controlado mucho para no jugar con los dobles sentidos, algo que el tema del nudismo en conjunción con el rico léxico español nos pone en bandeja de plata. Sin embargo, disfrutar de un día de playa con nuestro traje de nacimiento no es cosa de risa y podemos salir escaldados si nos pasamos de frenada con chanzas, por muy deliciosas y de buen gusto que éstas sean.
Aun así, puede que se nos cuele algún chiste blanco o algún pequeño eufemismo: por favor, no nos lo tengan en cuenta y no salgan escocidos. De eso ya se encargará la arena de la playa que se cuela por cualquier resquicio que encuentra.
Las playas nudistas oficiales
Pero al turrón: las playas que sabemos que son nudistas sí o sí en el litoral playero malagueño son: Benalnatura en Benalmádena; Arroyo Vaquero en Estepona; Guadalmar en Málaga capital (de cuyo litoral ya realizamos un buen repaso); Artola o Cabopino en Marbella; Playamarina en Mijas; cala Torre del Pino en Nerja y la playa de Almayate en Vélez-Málaga.
Las calas oficiosas
Estos arenales para bañistas sin bañador tienen carácter oficial, pero también existen otras, más bien, de carácter oficioso. Y es que en la Red de Redes se mencionan playas, o se matizan las ya existentes, en cuanto a las posibilidades de dejar toda nuestra piel a pleno sol. Por ejemplo, en este sentido se dice que, en Nerja, la playa de las Alberquillas también acoge a visitantes sedientos de libertad textil.
Otros dicen que en Estepona la verdadera playa nudista es la de Costa Natura, mientras que en algunas guías especializadas también se informa de que en el litoral benalmadense se pueden ver partes pudendas en las calas de Las Viborillas y de la Yuca; o que en la playa de la Chullera, en Manilva, la luz llega a todas partes.
Sin embargo, como hemos dicho, nosotros nos fiamos a pies juntillas de la clasificación de playas nudistas de la provincia de Málaga ofrecida por la Federación Española de Naturismo. Porque, para qué decir otra cosa: son personas que no esconden nada.
Playas para gustos desnudos
Como vemos, desde Manilva a Nerja encontramos calas naturistas y, como ocurre con las del resto del litoral de la provincia, e incluso como pasa con las personas, cada una tiene personalidad propia: unas son más naturales, otras tienen más servicios; urbanas o semiurbanas; en algunas el nudismo se encuentra con la práctica del sexo al aire libre (un secreto a voces que no es secreto ni es nada).
Un ejemplo de arenales naturistas con profusión de servicios es la mencionada esteponera Costa Natura. Localizada dentro de Arroyo Vaquero (o fuera, depende de qué guía se consulte; en esto de las fronteras playeras tenemos más problemas que en Cataluña), por su carácter relajado y retirado es un espacio reservado al nudista que alberga el que fuera el primer complejo naturista oficial de España: el homónimo Costa Natura.
Con más de tres décadas de antigüedad, este espacio es un lugar tranquilo y casi privado donde los naturistas practican el nudismo sin que nadie les moleste en su natural práctica. 30 años de experiencia limpiando las huellas de los culetes pringosos de crema solar de las sillas y hamacas que dan para mucho.
De igual forma, la chichilarga Playamarina, cerca de la playa del Chaparral, es una cala de accesos fáciles y cómodos, y protegida de las miradas indiscretas. Además, cuenta con los servicios habituales, y es perfecta para no dejar nada a la imaginación y disfrutar del sol en cada centímetro cuadrado de nuestra piel.
Por su parte, hay otras playas más salvajes donde el mayor peligro es que nos raspemos los bajos con algún saliente rocoso mientras paseamos como Dios nos trajo al mundo. Un ejemplo de esto es la manilveña cala de la Chullera, una playa muy tranquila y bien conservada que se podría denominar como una de las últimas playas vírgenes de la provincia. Rodeada por rocas y acantilados bajos compone un paisaje precioso, donde la riqueza ecológica y las aguas limpias nos recuerdan lo que debería ser toda costa que se precie.
Otro ejemplo de playa natural y naturista, salvaje y virgen, pero ni mucho menos en el sentido sexual, es la marbellera Artola. También conocido como Cabopino, este arenal tiene nombres mil, cada uno con un grado inferior de buen gusto al anterior: Cabopito, Cabopene, Rabopito… Las sucesivas combinaciones no mejoran el asunto.
Esta playa se centra en las Dunas de Artola, un impresionante paraje natural protegido en pleno corazón de la Costa del Sol ya que, en el cinematográfico año 2001, la Junta de Andalucía lo declaró Monumento Natural. Salpicadas de una delicada vegetación autóctona, entre sus subidas y bajadas nos podemos perder solos o acompañados de una, dos, tres, o cuatrocientas personas, para contemplar los bellos narcisos de mar; lo que no deja impasible a nadie.
Además, el muro dunar se complementa con un elevado patrimonio histórico representado en la Torre Ladrones, una construcción defensiva de origen romano declarada Bien de Interés Cultural.
Como venimos diciendo, las fronteras entre las diversas playas nudistas son, a pesar, o precisamente por las fuentes consultadas algo difusas: cosa a parte es dónde se le caiga a cada cual el bañador; las lindes son difusas en todos los sentidos, así que lo mejor es actuar con respeto. Tanto los aficionados al nudismo como los que prefieren tener una fina tela protegiendo sus partes nobles, sobre todo cuando se acercan a una roca o a una chumbera.