Que el ser humano mantiene una relación mística con lo que ingiere no se le escapa a nadie. Sólo tenemos que pensar en la película Ratatouille (2007), en la magdalena de Proust, las cenas de Nochebuena con sus dulces navideños típicos o, sin ir más lejos, el propio Cuerpo de Cristo. También nos valdría el recuerdo de los buñuelos que freía una abuela muy amada y que siempre llevaremos en nuestro interior.
Es por ello por lo que rendir homenaje a lo que comemos y bebemos es justo y necesario y más en una provincia como la de Málaga con una tradición gastronómica y agrícola que llega, sin exagerar, hasta el origen mismo del ser humano. Y en las diversas comarcas y localidades malagueñas han surgido museos temáticos en los cuales los alimentos son expuestos y explicados en toda su gloria.
Si queremos convertirnos en auténticos gourmets es indispensable una visita a estos espacios que contextualizan la relación del territorio y el patrimonio con la historia, la cultura, el folclore y la evolución social. Ahí es nada. Porque la cuestión no se reduce a engullir y punto, sino que la cosa tiene, nunca mejor dicho, más miga y llega mucho más lejos. Por poner un ejemplo: no se comprendería el devenir actual de Málaga si no tenemos en cuenta la plaga de filoxera que acabó con sus vides a finales del siglo XIX.
Son numerosos los museos gastronómicos y centros de interpretación temáticos que jalonan el territorio malagueño, que cuenta con varias denominaciones de origen en sus productos. Los hay del vino, la pasa, el aguardiente o el aceite, de los cuales ya hablamos en un reportaje previo aparecido en EL ESPAÑOL de Málaga sobre los siete pueblos que componen la Ruta del Aceite. Sea cual sea tu alimento o bebida preferidos, aquí seguro que encuentras el museo en el que podrás participar de una experiencia inmersiva con catas, degustaciones y talleres para todos los públicos. Bon appétit!
Museo del Pan de Alhaurín el Grande
Si eres de los que siempre dice «yo sin pan no puedo comer», éste es tu museo. Abierto en 2007, se trata del primer museo del pan de estas características que existe en España. ¡Y aquí lo tenemos bien cerquita! Pertenece y forma parte de la célebre panadería de El Colmenero de Alhaurín y fue montada por Antonio García, fundador de esta empresa que se ha expandido por toda la geografía malagueña.
Que el pan es parte primordial de nuestra civilización y de las que nos precedieron, es un ejemplo más de lo escrito al comienzo del artículo, y en este museo se pormenoriza la historia completa de este alimento sin el cual la especie humana no sería lo que es hoy. La labor documental dejará clara a cualquier persona que lo visite lo que ha significado el pan para el ser humano.
Símbolo de unión entre culturas y religiones, el Museo del Pan de Alhaurín el Grande cuenta con dos plantas, más de 200 metros cuadrados de exposición (dedicada a los cereales y su cultivo, a la molienda con un molino árabe en funcionamiento, a la panadería de época…); un aula para dar cabida a una treintena de personas y donde se realizan talleres en los que incluso aprenderemos a hacer pan; y cuatro obradores, con un total de 2.500 metros cuadrados dedicados al mundo de la panadería, la pastelería y sus derivados que aúnan una cafetería y una tienda.
Museo del Vino en Málaga
Málaga es un paraíso vitivinícola gracias a su diversidad climática y orográfica, por lo que el Museo del Vino de Málaga no es el único espacio dedicado a los caldos malagueños. Pero este centro recoge todos los vinos de la provincia, siendo un lugar en el que conviven la historia, la cultura, el arte y la formación.
El Museo del Vino es propiedad del consejo regulador de la Denominación de Origen Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga y pone a disposición del visitante de una exposición de más de 400 litografías (etiquetas y carteles vinícolas cuyas ilustraciones son verdaderas obras de arte). Cuenta, además, con un centro de interpretación donde muestra la vid y se detalla su cultivo junto con la evolución del vino en Málaga; una sala de catas (la entrada incluye dos degustaciones), un aula de formación y, claro, una tienda.
La ubicación de este museo también merece una mención aparte: es el palacio de Biedmas, localizado en la plaza de los Viñeros, un inmueble del siglo XVIII rehabilitado en 2008.
Museo de la Miel de Colmenar
¿Sabías que los veganos no toman miel? ¡Ni siquiera cuando están acatarrados! Y todo el mundo sabe que una cucharadita de miel en la leche de almendras caliente es mano de santo para atajar cualquier resfriado o variante ómicron. En fin, cada cual con su afición. Pero si te apetece conocerlo todo sobre este alimento, una visita al Museo de la Miel de Colmenar, seas o no vegano, es lo suyo.
Este centro de interpretación temático muestra las variedades que existen dentro de las propias mieles de Málaga, cómo se cultivan y recogen, al tiempo que inculca valores a la sociedad sobre por qué es de vital importancia proteger a las abejas ya que su papel polinizador es absolutamente fundamental en el sostenimiento de la vida en el ecosistema global.
Para ello, además de una gran exposición en la que se explica cualquier aspecto que rodea a la historia de la apicultura, el Museo de la Miel también organiza actividades como una ruta en la que, entre otras sorpresas, veremos a las abejas y su actividad al aire libre. Una actividad que está recomendada en especial para los más pequeños y que es totalmente segura. Y recuerda: no es lo mismo la miel da, que la miel regalá.
Museo de la Pasa de Almáchar
Dicen que para la memoria es bueno tomar rabillos de pasa, por lo que si tenemos menos retentiva que Dory, lo propio es que nos pasemos por el Museo de la Pasa de Almáchar, una localidad cuyos vecinos, como los elefantes, nunca olvidan nada.
Montado en una casa de dos plantas que revive la arquitectura axarqueña de principios de siglo, este museo recrea la tradicional forma de vida de este pueblo que se ha dedicado históricamente a la producción de pasas, mostrando herramientas y enseres elementales a esta agricultura: tijeras de podar, cuerdas de esparto, estacas de paseros, cribas, carburas para la siembra nocturna...
Museo de la Castaña en Pujerra
Este centro de interpretación pujerreño se encuentra dentro de una casa típica de la localidad y fue inaugurado hace casi una década, en 2012, con el objetivo de dar a conocer todo lo relacionado con el fruto más característico del Valle del Genal.
El Museo de la Castaña de Pujerra es un espacio pionero por utilizar este fruto como eje transversal para proporcionar explicación a muchos aspectos históricos y culturales de Pujerra y su entorno. Un municipio que no se puede comprender sin tener en cuenta a la castaña.
Además de contener un espacio expositivo en cuanto a trabajo, métodos de recolección, comercio y diferentes formas de consumo de la castaña, el museo recrea la que sería una vivienda tradicional pujerreña de mediados del siglo XIX. La estructura del inmueble, los techos de madera y la gran cantidad de detalles con materiales antiguos, muebles, enseres y aperos del campo, convierten este museo en un lugar sorprendente. Eso sí, para tus niños la visita va a ser una auténtica castaña.