No solo de Feria vive el turismo. A las puertas de que arranquen las fiestas de agosto, la situación hotelera de la capital se aproxima al no hay billetes. Las predicciones que se manejan para esta primera mitad de las fiestas son positivas: volver a los números de 2019 (año récord)
Sin embargo, la propia idiosincrasia del sector obliga a pensar a largo plazo (más allá de estos ocho días), definiendo un modelo y unos objetivos. EL ESPAÑOL de Málaga ha mantenido una conversación con el concejal delegado de Turismo, Jacobo Florido. El edil popular defiende la necesidad de atraer nuevos mercados, diversificar la oferta y "poner coto" a los problemas de ruido derivados de esta actividad en el Centro.
Desde abril, además de ser el concejal de Recursos Humanos, también ha asumido las competencias del área de Turismo. ¿Le ha dado tiempo a pensar en el modelo que quiere para Málaga?
He continuado con la labor que había desarrollado mi antecesora, con muchos proyectos finiquitados, pero sin poder llegar a presentar por culpa de la pandemia. Estoy en busca de alternativas y otros mercados que hacen falta para Málaga. Se viene trabajando, mucho y bien, en atraer al turismo americano, algo que puede hacer que seamos puerto base de muchos cruceros. Pero también estamos intentando ir a por el asiático, con una apuesta por Singapur, donde hay un público potencial con mucho poder adquisitivo.
¿Cómo valora ese cambio en sus responsabilidades?
De hecho, sigo llevando Recursos Humanos, un área a la que dedico mucho tiempo, pero es verdad que son completamente diferentes: una es de cara al exterior y la otra interna. No es que esté más cómodo aquí, es que yo vengo del Turismo. Fui diputado de turismo, consejero delegado en Costa del Sol… Es un sector que conozco, me gusta y no me pilla de nuevas. Eso me permite tener mayor soltura.
Hablemos del modelo implantado en Málaga. ¿Cuál es el statu quo?
Ha evolucionado muchísimo, marcándose un antes y un después desde que se decidió apostar por el turismo cultural y de museos. Esto ha elevado muchísimo el nivel; solo hay que ver los hoteles 5 estrellas que se han instalado y que se van a instalar. Las grandes operadoras de grandes marcas han puesto sus ojos aquí. ¿Por qué? Porque el visitante que viene, gasta. Eso es irrefutable. Es objetivo, y quien no lo vea, no está viendo la realidad.
¿Que después tenemos un cierto sector minoritario que no atiende a unas normas de comportamiento…? Pues estamos intentando ponerle coto a ello. El martes fueron 150 las denuncias por ruido y comportamiento incívico. Estamos poniendo coto, pero no podemos poner un policía detrás de cada turista o crear una barrera en la cuesta del Romeral para preguntarle a cada persona a qué viene a Málaga. Los derechos y libertades individuales, por suerte, están por encima de todo.
¿No tiene la sensación de que ese tipo de comportamientos se han incrementado?
Puede ser un tema de probabilidad. Aunque sea minoritario, en números enteros hay más cantidad de casos. El 1% de 200 es más que el 1% de 100. Málaga es una ciudad que invita al buen clima y a un programa de restauración, pero también quiero decir aquí que los hosteleros están muy implicados en ello porque no les favorece ese público. Muchos no aceptan despedidas de soltero y no les dejan entrar. Insisto, es un tema de derechos y libertades individuales, lo cual es intocable.
Pero si se apuesta por la apertura de este tipo de establecimientos en el Centro, pubs entre otros, de algún modo se está incitando a que vengan.
También estaban antes.
Se han abierto nuevos.
Porque al haber mayor número de turistas, hay más invitación a abrir este tipo de establecimientos. Pero no creo que sean todos. Insisto, es muy significativo que cada vez vengan grupos hoteleros de mayor entidad. Es un hecho. Un dato irrefutable. Puedes repetir muchas veces una imagen, pero no responde a la tónica general.
Estamos intentando atraer a grandes marcas que están estudiando la posibilidad de instalarse en Málaga
El turismo de Málaga ha pasado de basarse en las actividades de sol y playa a ofrecer una amplia gama de alternativas: culturales, gastronómicas… ¿Cómo ha evolucionado?
Hay que añadir también el turismo de congresos, que se está incrementando mucho. Estamos entre las cuatro ciudades de España que más eventos de este tipo celebra. Vamos a superar con creces los datos de 2019. ¿Esto que supone? Que suba la estancia. Ya hemos superado los dos días; estamos de media en 2,2, lo cual es muy importante. Se debe a que se ha aumentado el turismo de congresos, que suele durar tres días. Además, hay que añadir el resto de la oferta museística, gastronómica... Aquí hubo un concejal llegó a decir que las políticas de turismo cultural eran algo catetil. Todo eso hemos tenido que escuchar.
¿Qué peso tiene cada una de estas actividades dentro del sector?
El turismo de congresos es muy importante, aunque el cultural sigue estando ahí. Es una de las principales razones por las que se escoge Málaga como destino. Creo que es la segunda ciudad después de Madrid donde tiene más peso el turismo cultural. Hay que añadir también el turismo gastronómico; creo que era la sexta razón por la que un turista venía a Málaga y cuando se iba se convertía en la segunda.
Son muchos los grupos que están pensando instalarse; tenemos a grandes cocineros que han puesto a la ciudad en el mapa gastronómico. No me quiero olvidar del turismo de shopping. Estamos intentando atraer a grandes marcas que están estudiando la posibilidad de instalarse en Málaga.
¿Qué ocurre con el caso de los cruceristas? ¿Tienen alguna percha para volver?
Yo defiendo que Málaga sea puerto base. No soy partidario de tener un montón de cruceros parados para que el visitante esté ocho horas. Es verdad que puede ser la primera puerta para que luego puedan volver, pero lo que interesa y deja gasto es ser puerto base. Por eso es importante el mercado estadounidense y los vuelos con EEUU.
¿Se refiere a que Málaga deje de ser una sucursal para que sea sede principal?
Exacto. Si es puerto base, el turista tiene que estar aquí desde antes, quedarse a dormir, a comer… No es lo mismo que estar ocho horas, con las actividades contratadas desde el crucero. Entiendo que al Puerto le interese cuanto más, mejor, pero como ciudad, es más interesante ser puerto base que escala.
Cuando comenzó la desescalada de la pandemia se empezó a plantear la posibilidad de que el turismo dejara de ser la actividad principal ante el riesgo de que se repitieran situaciones de paralización. ¿Sigue siendo Málaga una capital tan dependiente del turismo?
¿Y entonces la fama que estamos teniendo en el mundo tecnológico? Oracle, Vodafone… Hay algunos que no soportan el éxito de Málaga e intentan inventar teorías que, en mi humilde opinión, son infundadas. Cuando el alcalde decía que quería convertir Málaga en Silicon Valley, vimos carcajadas y risas de algunos, pero ese trabajo que se ha hecho previamente está teniendo su repercusión. Ahí está el Banco Santander, con sede de más de 1.000 personas, consultoras importantes… Es un foco tecnológico muy importante, aumentando su peso. No vivimos solo del turismo.
¿Hay turismofobia en Málaga?
Sí. Y eventofobia. Algunos quieren la Málaga de Colau: cambiar los turistas por manteros. Tengo la sensación de que ciertos grupos políticos, para captar votos, fomentan una ilusión hacia personas que sí pueden estar padeciendo el exceso de ruido. Soy implacable ante el ruido y los comportamientos incívicos. De hecho, estamos trabajando en ello para que se puedan penalizar mucho más. Los vecinos tienen todo mi apoyo, pero es muy complicado. Esto es el mediterráneo, esto es Andalucía. Cuando se sale a la calle, no podemos pretender apagar el centro a las 10 de la noche, porque entonces la gente se va a ir a otro sitio. Es verdad que es un turismo minoritario, pero hay que ponerle coto fuerte.
A colación del ruido, ¿está el Ayuntamiento en guerra con los vecinos del Centro?
Para nada.
Tuiteaban desde la Asociación de Vecinos del Centro Antiguo: “Empieza la cuenta atrás para que nos expulsen de nuestras casas”, en relación con la Feria del centro.
Pregunten a los malagueños que pasaría si quitamos la feria del centro. ¿Qué opinarían? Se llevan celebrando años. Pero no, para nada estamos en guerra. Creemos en la convivencia, pero es la semana grande de Málaga y son los vecinos del Centro los que sufren un mayor perjuicio. También pasa cuando celebramos la feria del Puerto de la Torre. De hecho, estamos hablando con la Policía Local para aumentar refuerzos y que se sea contundente con los comportamientos incívicos.
Defiendo que Málaga sea puerto base. No soy partidario de tener un montón de cruceros parados para visitas de ocho horas
¿Cómo ve el futuro del turismo en Málaga?
Me encantaría llegar a los tres días de pernoctación media, porque implicaría varias cosas: ser un gran referente, que ya lo somos, en turismo de congresos; que el mercado americano, el tercero en los últimos seis meses, esté compitiendo con el británico. También me encantaría que el mercado asiático (Singapur) pusiera sus ojos en Málaga y que las grandes marcas de shopping se centren en nuestra ciudad. Significaría que está viniendo un visitante de alto poder adquisitivo.
No quiero dejar pasar la oportunidad de preguntarle por la Junta. Su nombre estaba en las quinielas.
Sí. Y también en la legislatura anterior me ofrecieron cosas. Y yo dije que mi mayor ilusión en política era ser concejal del Ayuntamiento de Málaga, y por tanto ese sueño lo tengo cumplido. Todo el mundo es conocedor de mi postura.
¿Alguna viceconsejería?
Diversos puestos, pero estaba recién salido de Diputación y mi gran ilusión era ser concejal de la mejor ciudad del mundo. Creo que no hay cosas más bonitas que ser edil en tu tierra. Encima, concejal de gobierno.
¿No piensa a veces a lo grande?
En mi humilde opinión, irme a la Junta no es avanzar. Respeto a los compañeros que lo hacen, pero a mí me gusta el acta. Distintos son otros organismos, como puede ser Madrid. Si llegara el caso… Pero ahora mismo, habiendo conseguido mi aspiración, no puedo ir a la Junta de Andalucía. No veo más importante estar en la administración autonómica que en la local.