No todo vale a la hora de ahorrar combustible cuando conducimos. La seguridad y el cuidado de algunos elementos de nuestro coche deben primar, por eso te detallamos algunas conductas que, aunque habituales, no son beneficiosas.
¿Marchas largas?
La creencia popular de que conducir con marchas largas ahorra combustible tiene algunos peros. Los expertos señalan que un coche de gasolina no debería circular por debajo de las 1.500 rpm, mientras que un Diesel no debería hacerlo por debajo de las 1.200 rpm. Lo que mejor funciona en estos casos es el sentido común.
Adecua la marcha y la velocidad a las condiciones de la vía, evitando que el coche vaya revolucionado o que, al contrario, lo notes ahogado. Esto último, además, puede salirte caro, ya que, aparte de consumir más carburante, desgastas los cilindros y fuerzas la culata del motor. Si la rompes, vete preparando un mínimo de 3.000 euros en el taller.
¿Adiós retrovisores?
Es cierto, circular con los retrovisores exteriores plegados ahorra combustible, ya que se mejora la aerodinámica y la resistencia al aire del coche es menor. No obstante, es merecedor de multa y, lo más importante, comprometes gravemente tu seguridad y la del resto de usuarios de la carretera. Aquí recurrimos al manido 'no lo intente en casa'.
¿Acelerar recién arrancado?
Otro de los mitos más extendido de la conducción eficiente es que es recomendable calentar el motor antes de empezar a circular. Antiguamente, cuando los motores funcionaban con carburador, sí tenía sentido, pero en la actualidad, funcionando con inyección no tiene ningún sentido.
Por eso, cuando arranques, no pises el acelerador e intenta en los primeros momentos circular de manera relajada y sin forzar la maquinaria.
Estos son algunos ejemplos, pero hay algún falso mito de la conducción eficiente que sería interesante que conocieras.
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