La coronación de Carlos III que se lleva a cabo este sábado tiene una serie de símbolos con grandes historias detrás. Y dos buenos ejemplos de ello son los carruajes que utilizará el monarca británico en la ceremonia. En concreto son dos los vehículos en los que viajará Carlos III, si bien el más importante es al que sube ya como rey.

Esta situación, además, supone una novedad en la coronación. La tradición marcaba hasta ahora que se utilice el mismo carruaje antes y después de la ceremonia. En cambio, Carlos III ha decidido ir primero en un carruaje más cómodo, para después utilizar otro más glamuroso.

Por tanto, el primer carruaje, a modo de aperitivo es el carruaje del jubileo de platino. Se trata de un vehículo arrastrado por caballos reciente. En concreto, fue creado para celebrar el jubileo de diamante de 2012, una celebración marcada por el 60 aniversario de la elevación al trono de Isabel II.

Carruaje del jubileo de platino de 2014. GTres

Este carruaje se utilizó por primera vez en la apertura del Parlamento en junio de 2014. Entre sus características principales destacan que mide cinco metros de largo (como un coche de grandes características) y que pesa más de tres toneladas (más que un vehículo). Este elevado peso hace que sean necesarios seis caballos para poder tirar de él. En cuanto a los detalles técnicos, cabe señalar que fue construido en Australia y que en su construcción se emplearon elementos como el aluminio y seis estabilizadores hidráulicos que evitan que balancee.

En la parte superior del carruaje está la corona tallada en roble que curiosamente puede sostener una cámara para grabar los viajes. También sobresale el hecho de que cuenta con piezas donadas de sitios históricos de Reino Unido. Por ejemplo, los pasamos de los asientos del principal buque de la corona, materiales de la catedral de Canterbury, así como de la residencia oficial del primer ministro (10 de Downing Street).

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Carruaje de oro del Estado: otra joya de la corona

Sin embargo, el carruaje más importante, el que de verdad es una auténtica obra de arte y pieza de museo, será el segundo que utilice Carlos III. Será en torno a las 14 horas y a él se sube ya desde la Abadía de Westminster y hasta el palacio de Buckingham. Este viaje de vuelta lo realiza en el carruaje de oro del Estado (Gold State Coach).

Se trata de un carruaje de ocho caballos que fue encargado en 1760 por el rey Jorge III. En su momento, en el siglo XVIII costó alrededor de 7.500 libras (unos 9.000 euros al cambio, si bien actualmente su valor puede ser de varios millones de euros).

Lo más trascendental de este carruaje es que ha sido utilizado en todas las coronaciones desde que se creara. Por tanto, en su interior se han sentado Jorge IV (1820), Guillermo IV (1830), Victoria (1837), Eduardo VII (1901), Jorge V (1910), Jorge VI (1936), Isabel II (1952) y ahora Carlos III (rey desde 2022).

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Siete metros de largo y casi cuatro de alto

Otro aspecto muy llamativo es son sus dimensiones. Entre otras razones porque mide 7 metros de largo y alrededor de 3,6 metros de alto. Es, por tanto, como dos coches de largo y de alto.

Este carruaje, que se muestra a los visitantes del palacio de Buckingham, tiene la principal característica que, aunque es dorado, no está hecho de oro macizo. Entre otras razones porque con sus enormes dimensiones si fuera hecho de oro, además de ser mucho más costoso, sería muy complicado su desplazamiento por el peso excesivo. De ahí que en realidad sea de madera, cubierta por finas capas de pan de oro. El interior sí está tapizado y forrado de terciopelo y raso, según destacan desde la colección real.

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Otro aspecto curioso de este vehículo es que solo puede ir a una velocidad del paso de una persona. Entre otras razones por su antigüedad (260 años) y por su elevado peso (4 toneladas, casi como tres coches de combustión).

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Muy frío en invierno

Una de las anécdotas que acompañan a este carruaje es que la reina Isabel II en su coronación se subió a este carruaje, si bien como el día era muy frío y húmedo el personal de la corona colocó una botella de agua caliente debajo del asiento para que la reina entrara ‘algo’ en calor.

Carroza de coronación de Carlos III. GTres

Además de la coronación, este carruaje no solo se ha utilizado en la coronación. También se ha empleado en la apertura del Parlamento por reyes como Jorge III, Jorge IV y Guillermo IV. Sin embargo, a la reina Victoria no le gustaba el carruaje y por este motivo no lo utilizó en este acto.

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Otros detalles del carruaje son que cuenta con pinturas en algunos de sus paneles. En una de ellas se pueden ver a Marte y Minerva, si bien no están luchando. A pesar de que Marte es el dios de la guerra, en esta ocasión sustenta la corona, símbolo de la monarquía británica, recordando así al rey que tiene que nutrir de paz a su nación.

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El tercer carruaje más antiguo

También tiene como curiosidad el hecho de que a pesar de sus 260 años de antigüedad no es el carruaje más longevo de Reino Unido. Hay otros carruajes con más edad todavía. El más antiguo es de 1698 que es el carruaje estatal del portavoz que se cree que se hizo para Guillermo III.

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En el día a día con un eléctrico

Si bien el garaje de un rey como Carlos III es abundante, uno de los coches con los que más se suele ver al monarca es con un Audi e-Tron eléctrico. A este SUV de gran tamaño y sistema de propulsión de cero emisiones se ha subido, por ejemplo, hace solo unos meses para acudir un domingo a la iglesia junto con la reina consorte cerca de Balmoral.

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De esta manera, Carlos III se mantiene fiel a su tradición de ser un rey ‘preocupado’ por el medioambiente, tal y como ha demostrado en algunos de sus discursos y actos. Además, no es el primer coche eléctrico al que se ha subido, ya que también se le ha podido ver con un Jaguar i-Pace, un SUV de cero emisiones de la marca británica.

Por el contrario, su madre, la reina Isabel II, mostraba su predilección por los vehículos de la marca Land Rover, principalmente con un enfoque más de 4x4 puro. En general podemos señalar que la casa real británica, al menos en sus últimos reyes, ha tenido una gran afición por el mundo del motor, ya que la reina madre estuvo conduciendo hasta cerca de los 90 años.

Carlos III con un vehículo eléctrico. GTres

Una pasión heredada también del duque de Edimburgo, que murió en 2021. El duque trabajó en sus últimos 16 años en la creación de su propio coche fúnebre, un Land Rover Defender que fue utilizado para llevar el féretro.

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