Dimensiones

El Mazda MX-30 tiene unas medidas de 4,39 metros de largo, 1,79 metros de ancho y tiene una altura de 1,57 metros.

Son, por tanto, unas medidas prácticamente idénticas a las del CX-30, lo que denota que ambos modelos comparten muchos elementos, como, por ejemplo, la plataforma.

Una estructura que es idéntica pero que ha supuesto un gran reto para la marca puesto que ha tenido que ser reforzada en algunas partes para poder alojar la batería y, además, eliminar el pilar central (el travesaño situado en la mitad de la mayoría de los coches).

Con estas dimensiones, podemos señalar que el Mazda MX-30 se sitúa a medio camino dentro del segmento tal y como se puede ver a continuación:

• Lexus UX | 4,49 metros
• Mercedes EQA | 4,46 metros
• Volvo XC40 | 4,42 metros
• Mazda MX-30 | 4,39 metros
• Kia e-Niro | 4,37 metros
• Citroën ë-C4 | 4,36 metros
• Peugeot e-2008 | 4,30 metros
• Volkswagen ID.3 | 4,26 metros

En relación con el maletero, tiene 366 litros. Con esta capacidad de carga, el Mazda MX-30 tiene un buen maletero. A continuación detallamos la capacidad de carga de sus rivales:

• Kia e-Niro | 451 litros
• Peugeot e-2008 | 405 litros
• Mazda MX-30 | 366 litros
• DS3 Crossback e-tense | 350 litros
• Hyundai Kona EV | 332 litros
• Kia e-Soul | 315 litros

En relación a la habitabilidad, las puertas delanteras son convencionales pero las traseras se abren en sentido inverso. Además, hay que abrir las delanteras para que se puedan abrir las traseras.

A nuestro juicio este sistema lo vemos algo complicado y pensamos que si bien es cierto que el diseño es muy atractivo, creemos que penaliza en el exceso la funcionalidad de las puertas. No vemos una gran practicidad esta apertura de puertas, sobre todo para los pasajeros traseros.

Además, las dimensiones del coche y el sistema de puertas condicionan mucho la habitabilidad del mismo. Delante el coche cuenta con 141 centímetros de ancho y 100 centímetros de alto. Estas medidas son algo pequeñas sobre todo se si comparan con algunos modelos generalistas más vendidos, tal y como se puede ver a continuación.

Las plazas traseras son las más justas, con 133 centímetros de ancho y 90 centímetros de alto. Aquí es donde el Mazda MX-30 es más criticable, tal y como se puede ver a continuación, sobre todo en altura.

Motores

A la hora de analizar el sistema de propulsión vemos que Mazda ha optado por un motor eléctrico de 145 CV (107 kW) que funciona por la energía almancenada en una batería.

La batería, que está situada en el piso del vehículo, tiene una capacidad de 35,5 kWh. Con esta batería la autonomía de este modelo según el ciclo WLTP es de 200 kilómetros.

Con estos datos vemos que el MX-30 se sitúa en una posición retrasada en lo que a la autonomía se refiere.

En este sentido desde Mazda argumenta que prefieren apostar por baterías más pequeñas porque en su fabricación emiten menos emisiones que las baterías más grandes.

Además, también señalan que la mayoría de los usuarios en Europa circulan cerca de 40 kilómetros al día, por lo que con un par de cargas a la semana tendrían para moverse de lunes a viernes.

Queda claro en este sentido que Mazda ha apostado por un coche con una capacidad de batería menor y una autonomía limitada. Lo que nos sorprende es que con esa batería más pequeña el peso del coche siga siendo elevado.

El gasto oficial es de 16 kWh cada 100 kilómetros, sin embargo nosotros pensamos que está más cerca de 18 kWh. Es una cifra de consumo razonable. El mayor inconveniente es que al tener la batería con poca capacidad (los 35 kW mencionados) la autonomía real rondará los 180-190 kilómetros, una cifra que pensamos que es muy pequeña para un coche de estas características.

Equipamiento

Del Mazda MX-30 llama la atención la calidad de los acabados. Es cierto que mientras que en otros cohes eléctricos se ha priorizado un ahorro en el coste de los materiales, Mazda, en cambio, ha hecho todo lo contrario. Ha cuidado el interior del coche hasta el más mínimo detalle.

Además, no solo sorprenden por la calidad de los materiales y por el ajuste de los mismos. Sino también por la utilización de elementos sostenibles como el corcho (bajo la consola central) o incluso de materiales PET. También llama la atención que pueda ofrecer asientos de ‘cuero’. Y decimos cuero (entre comillas) porque en realidad no es cuero, sino que es piel sintética.

En este sentido, el Mazda MX-30 nos recuerda (en calidad y tecnología) bastante a otro eléctrico también de origen japonés: el Honda e.

También llama la atención las tres pantallas que ofrece este modelo. Una primera pantalla que se corresponde con el cuadro de instrumentos y que tiene 7,7 pulgadas, otra segunda pantalla de 8,8 pulgadas en el centro de la consola y, por último, una más en una parte inferior situada tras la palanca de cambios.

A la hora de hablar del MX-30 los responsables de la compañía señalan que se han centrado mucho en el diseño. Al ser el primer eléctrico de la marca buscaban hacer algo especial y con muchas reminiscencias al deportivo RX-8.

Por ello, además del diseño coupé, este modelo cuenta con un sistema de apertura de puertas muy curioso. Este MX-30, a diferencia del CX-30, tiene las puertas traseras en apertura contraria a la marcha. Más adelante comentaremos cómo es el acceso a las puertas y la habitabilidad interior.

En marcha notamos el elevadísimo confort de marcha y la calidad de conducción. Para la prueba de conducción hemos optado por un recorrido sinuoso. Sabemos que los Mazda son coches con alma, y queremos ver si este eléctrico también la tiene.

Y lo cierto es que su comportamiento sorprende. Tiene una pisada muy noble, muy estable, entra en la curva sin dilación, la dirección trasmite mucha información… De hecho el coche se comporta tan bien que parece que estamos (por su dinamismo) al volante de un coche tradicional de combustión. Todo en él tiene un tacto sobresaliente.

Curioso es también el sonido que ofrece el coche. Es un sonido interior (artificial) que es más acusado cuanto más acelera. Sin duda es un aspecto curioso del coche.

También son destacables las levas tras el volante, ya que podemos jugar mucho con la retención. La posición por defecto es D, pero hay dos niveles de retención adicionales, tanto por arriba (menos retención) como por debajo (más retención). Así podemos dejar correr el coche sin apenas frenarse o todo lo contrario. Funciona muy bien este sistema y hace la conducción muy deportiva.

Conclusión

Mazda ha puesto el listón muy alto con su primer eléctrico. Este SUV tiene un comportamiento sobresaliente. Su dinamismo y respuesta nos recuerdan al tacto de un coche de combustión. Si no fuera por la ausencia de ruido pensaríamos que estamos ante un Mazda convencional con motor tradicional. Destaca por su aplomo, por la dirección, dinamismo, calidades, equipamiento y tecnología. Además, aunque su precio es alto, está en línea con sus rivales…

¿Aspectos a mejorar? A nuestro juicio la batería tiene una capacidad algo limitada. Es cierto que en el día a día, la mayoría de nosotros recorremos solo 40 kilómetros. Pero contar con 200 kilómetros de autonomía pensamos que es una cifra muy justa. A ello se suma un sistema de puertas que si bien es cierto que es original, condiciona mucho la habitabilidad y la funcionalidad.e