La Fórmula E despierta el interés de los gigantes tecnológicos
Apenas queda un es para el inicio de la tercera temporada de la Fórmula E y el interés sigue multiplicándose por el que por el momento es el único campeonato de monoplazas eléctricos con el visto bueno de la Federación Internacional de Automovilismo. Con los equipos y las formaciones de pilotos más o menos definidas (entre los equipos grandes tan sólo queda Jaguar Racing por confirmarlos) muchos de los ojos se han centrado en el que se espera que sea el asalto definitivo de la Fórmula E al corazón de los aficionados del automovilismo.
Hasta el momento, las dificultades de una nueva disciplina eco-friendly para hacerse un hueco entre los seguidores de este tipo de eventos deportivos habían sido muchos. Los fans a los motores de combustión, al olor a gasolina y al sonido proveniente de los tubos de escape se encontraron algo perdidos al ver competir unos monoplazas que ni hacían ruido, ni echaban humo. La extrañeza inicial ha ido dejando paso en interés y no sólo por parte de los seguidores, sino también por las grandes empresas tecnológicas.
El chasis de un monoplaza futurista:
Tal y como ha demostrado con su nuevo alerón, los responsables de la Fórmula E quieren darle una estética futurista a la competición aprovechándose precisamente de eso, de que se está utilizando una tecnología de propulsión que muchos consideran el futuro junto a la pila de combustible. El plan inicial apuntaba a que en la temporada 2018-19 los monoplazas iban a tener un look todavía más rompedor, que les diferenciara de los coches que hoy en día protagonizan la GP2, Fórmula 1, Fórmula V8 o el resto de campeonatos pertenecientes a la categoría de los denominados ‘open wheels’. Y viendo de lo que ha sido capaz Daniel Simon con el diseño del ROBOCAR (campeonato de vehículos autónomos que servirán de carreras teloneras) podemos estar seguros de que saben cuál es el camino.
Varias empresas se presentaron a la licitación para ser las proveedoras de los chasis para esta quinta temporada de la Fórmula E (en concreto 20 unidades, dos para cada uno de los 10 equipos, más repuestos), entre ellas la histórica DOME Racing, la cual presentó un prototipo con cúpula abierta a modo de parabrisas, diseñado por en colaboración por Ken Okuyama (padre del Enzo Ferrari). El F105 de los japoneses finalmente no pasó el proceso de selección de la FIA, decidiendo confiar en los actuales suministradores, Spark Racing Technologies que según los rumores podría trabajar en colaboración con Dallara para desarrollar el nuevo monocasco de fibra de carbono que lucirán los futuros monoplazas del campeonato de eléctricos.
Una particular carrera entre los proveedores de baterías:
Los más suspicaces se habrán dado cuenta de que hemos hablado de que los equipos únicamente tendrán dos coches cuando actualmente se ven obligados a utilizar hasta cuatro. Esto es debido a que la autonomía actual de las baterías no les permite completar una carrera sin tener que pasar por boxes a cambiar de monoplaza. En dos años, la evolución de los acumuladores de energía se espera que sea suficiente para no tener que realizar este movimiento en el pit lane, pudiendo hacer todo el ePrix con un único coche. Dicha evolución debe ser alimentada por la carrera entre las distintas empresas tecnológicas interesadas, la continua superación, el ir siempre por delante de tu competidor.
FIA y Fórmula E buscan un recambio para Williams Advanced Engineering, la cual ocupó el puesto de Nissan después de que la firma nipona decidiera echarse atrás en el último momento al no lograr la eficiencia deseada. Esto puso en serio riesgo el inicio de la primera temporada de la historia del campeonato, lo que hubiera sido un ridículo espantoso para los organizadores.
Hasta el momento han sido numerosos los nombres de grandes multinacionales tanto tecnológicas como de lubricantes, que se han mostrado muy interesadas en dicho puesto de suministrador, entre las cuales destacan la francesa TOTAL (a través de SAFT, una empresa de baterías de litio), los gigantes japoneses Panasonic y Sony, así como el deseo de otras marcas ligadas al automóvil como Renault, DS, Mahindra, la propia Williams y Red Bull. Tal y como podemos ver, el futuro de los propulsores eléctricos interesa y mucho entre las grandes firmas, y no únicamente a aquellas con relación directa con el sector. Ahora hace falta tener también un campeonato atractivo para los aficionados al automovilismo, algo que se ha demostrado no ser nada sencillo.